La educación de las personas supone ir formando los diversos aspectos de la misma, pero cuando se habla de la educación integral, hay que hacer un esfuerzo más, formar en valores, y….aunque no se le de la debida importancia, educar en la estética. Tenemos en cuenta el nivel de conocimientos, el deporte, que educa en el esfuerzo, informática, idiomas, modales…pero se trata de trabajar la inteligencia, la imaginación, el razonamiento abstracto, el espíritu crítico o incluso los sentimientos. Y la belleza tiene que ver con todo esto, no en vano, el arte ha sido una de las principales formas de transmitir la cultura y la religión a lo largo de la historia.
Además, aunque suene un tanto cursi, apreciar la belleza lleva a saber comportarnos y estar correctamente, así como a poder disfrutar de una parte muy importante de la vida, del arte, la música y otras tantas facetas de la misma. Estimular la sensibilidad a través del arte y la cultura debería ser una asignatura, no de apuntes, sino de vivencias, y no sólo del colegio, sino de la vida.
Apreciar la belleza y trabajar la sensibilidad, aspectos que para muchos tiene un sentido peyorativo, ayudan también a detectar o a desarrollar acciones o actitudes inapropiadas en una determinada situación, a valorar las que si lo son, o simplemente a disfrutar de una puesta sol. Los niños a los que se les educa en el buen gusto son niños correctos y educados y futuros adultos que también lo serán.
El marido de Carolina Herrera en una entrevista del matrimonio para Telva, comentaba lo siguiente sobre la tan de moda utilización de la vida privada en las redes: Esto “ no tiene nada que ver con la educación. Es vender tu intimidad al mundo, un ejemplo más de la etapa mediocre que estamos atravesando. Fíjate en los políticos, son bastante mediocres y lo son porque tienen un público mediocre. Antes teníamos otros principios. El ojo estaba educado hacia la belleza. Ahora hay un culto al feísmo.”
Pero esto tiene arreglo, porque la belleza, el buen gusto, la sensibilidad hacia lo armónico se empieza a inculcar desde que son pequeños, desde casa. Lo más básico es comenzar a orientar y destacar lo bello, incluso en las cosas más sencillas, para lo que los niños tienen una sensibilidad especial, el tema es seguir desarrollándola. Hay que abrir los ojos para poder ver el arte, la belleza, y trabajar la capacidad para descubrirla.
“El primer paso para conocer lo bello es despertar la capacidad para detectarlo.“
Otra forma de empezar es animarles a realizar actividades artísticas, incluso realizarlas con ellos. Al igual que pasa con el deporte, el desarrollo de este tipo de actividades ayuda a subir la autoestima del niño. Al trabajo de ensayar una partitura, le acompaña el resultado de ser capaz de tocar una melodía. Borrar y repetir un dibujo, concluye en un bonito cuadro, o una buena combinación de colores… así el niño se da cuanta de que puede desarrollar algo bonito.
Hay diferentes facetas artísticas por las que se puede empezar a trabajar :
Desarrollar un gusto musical. La música, que además ayuda a desarrollar muchas capacidades intelectuales, sociales y personales, además del ritmo, la sensibilidad y capacidad auditiva, mejora la psicomotricidad, y la lógica (gran ayuda para las matemáticas, indispensables para el ritmo).
Podemos desarrollar el gusto por la música con el aprendizaje de un instrumento, ya que su practica además entrena para un hábito. En ocasiones también habría que llevarles a conciertos o audiciones apropiados a su edad. O bien intentar relacionar la música con situaciones, en esta línea hay algunas películas antiguas de Disney, que desarrollan historias de forma musical, sin diálogos, como el caso de Pedro y el Lobo. A todos nos ha dejado huella la banda sonora de determinadas películas, recuerdo la banda sonora de la película de la Misión que mi padre nos ponía en el coche cuando íbamos de viaje… hay tantas!!.
La pintura, empieza casi al mismo tiempo que a andar y hablar, cuantos garabatos con el primer lapicero …
Este desarrollo es consustancial a la propia evolución del hombre en su necesidad de expresar y transmitir. Coger un lápiz y ver que sale un trazo, que puedes representar algo, es casi sorprendente para un niño y, como en lo demás, hay una evolución. Se pueden aprovechar muchos momentos para incentivarles en ello, desde dibujos en diarios, tarjetas de felicitación, trabajos del colegio (aunque esto último se ha perdido mucho con los trabajos en internet) o haciendo copias de cuadros famosos, los impresionistas son una buena forma de comenzar en esta línea. Hoy día casi todos los museos organizan visitas especiales para niños, en vivo la obra impresiona más, detectar los trazos, la impresión cercana de los colores, y en muchas ocasiones las espectaculares dimensiones, son un aliciente más que provocan la atracción, y cuanto menos despiertan curiosidad.
Modelar, además de acercar a la escultura, es un buen entretenimiento que no necesita mucho más que plastilina inicialmente. Si bien se puede ir evolucionando con arcilla, papel maché y otros materiales sencillos, y ayuda a la psicomotricidad .
La arquitectura, la tenemos alrededor. Nuestras ciudades presentan elementos característico que diferencian unas de otras, incluso culturalmente ya que el desarrollo de la ciudad es un libro de su historia. Se puede analizar las construcciones propias en relación con otras ciudades o pueblos, o monumentos arquitectónicos. Aprovechar los viajes así y destacar la belleza o no de edificios, diferenciar los tipos de casas, incluso materiales utilizados, es otra forma de detectar el arte y aprender historia.
No podemos olvidarnos de la naturaleza, principal origen y fuente de creación. Los paseos y excursiones por el campo, las maravillas que nos ofrece para observar, los colores, incluso los sonidos y olores. La belleza de una puesta de sol o un atardecer, tan diferentes en el campo y en el mar, por ejemplo, colores que han servido de inspiración a tantos artistas.
Es una labor que no termina nunca, la creación artística es inagotable, hay nuevas experiencias artísticas, y la belleza está en tantos aspectos de la vida…
*Cuadro: María Jesús Muñoz