Pasada la Nochebuena todas las miradas están puestas ya en el fin de año. El 2019 agota sus últimos suspiros y el 2020 comienza a otearse en el horizonte, y con el nuevo año renovamos una nueva esperanza, una nueva ilusión.
Seguro que muchos ya están repasando mentalmente la lista de propósitos con la que comenzaron el año y reconocen que ni aprendieron inglés, ni se apuntaron al gimnasio y este año tampoco correrán la San Silvestre vallecana…
Yo también, lo reconozco, he fantaseado con la idea de enfundarme unas mallas y correr 10 km el 31 de diciembre, evadiéndome de la realidad de la misma manera que cuando veo el catálogo de Ikea.
Pero este año me ha dado por pensar en el año nuevo de otra manera
Soy fan de Marie Kondo, esa Japonesa que ha revolucionado el mundo ayudando a la gente a ordenar su casa, sus cosas. Con una máxima: «eliminar todo aquello que te sobra».
Os diré que descubrí a Marie Kondo antes de saber que existía, de verdad. Viví el placer de deshacerme de los superfluo –materialmente hablando–, tras afrontar dos mudanzas, con familia numerosa ¡En el espacio de 9 meses!
En cada una de ellas me desprendí de gran cantidad de cosas que en realidad nunca quise, pero que por aquello del por si acaso, no era capaz de tirar… Hasta que empecé y… ¡Qué descubrimiento, oye!
Ya no pude parar
Y una vez que empecé… Ya no puedo parar. Descubrí que con la mitad de la mitad de las cosas que tengo soy más feliz, despejar la casa me ayudó a despejar la mente, deshacerte de lo superfluo te da sensación de libertad.
Fue cuando ya había vivido esa experiencia, cuando en un viaje Madrid – Barcelona en AVE, me acerqué a uno de los puestos de prensa de Atocha y, mientras esperaba la hora de embarcar reparé en el éxito de superventas de Marie Kondo: «La Magia del orden”.
Me reafirmó en la certeza de que lo más sensato es deshacerte de aquello que no te hace feliz
Lo compré, sabía que tenía que leerlo. Abandoné mis planes de trabajar durante el trayecto y devoré las páginas entre la ida y la vuelta. Me reafirmó en la certeza de que lo más sensato es deshacerte de aquello que no te hace feliz. El pilar fundamental del método que ha llevado a Marie a la fama es conservar sólo lo imprescindible y, que nos hace felices y desechar todo lo demás.
Dar algo de ti
Os diré que también me deshice de ese libro, no porque no me hiciera feliz su lectura, sino porque pensé que a otros podría hacer también feliz, así que lo regalé. Si no has probado a regalar un libro que especialmente te haya gustado, sí, sí, el mismo ejemplar que tú has leído, te animo a hacerlo. Es una sensación gratificante, eso sí, elige bien al destinatario, porque sin duda es darle algo de ti, no todo el mundo lo merece.
Pero, por qué os hablo ahora de Marie Kondo… Pues porque ahora pienso en el fin de año de otra manera, este año he decidido pensar lo que queda de 2019 a lo Marie Kondo.
¿Y si en vez de cargarme para el año de obligaciones tantas veces incumplibles, de propósitos que me hacen sentirme frustrada antes de comenzar, probase a pensar en todo lo que puedo dejar atrás al acabar este año, y no llevármelo al próximo 2020?
Motivos y motivaciones
Marie recomienda empezar el orden de la casa buscando un motivo para hacer limpieza, ¿qué tal si buscamos un motivo para empezar el 2020 sin lastre? Quizá baste con el propósito simplemente de ser más feliz en el año nuevo, de disfrutar más de lo que hago.
Así que este año lo voy a intentar. Voy a deshacerme de las malas experiencias y dejarlas en 2019. Que no traspasen la barrera del 31 de diciembre. Elegiré del año 2019 solo aquellas cosas que quiero recordar, porque me han hecho feliz, aunque solo fuera un minuto.
Elijo el viaje a Londres en familia, el nacimiento de mi sobrino que es para comérselo; esa tarde en casa de mi hermana que hace el mejor bizcocho de España y parte del mundo entero; la boda de mi hermano pequeño; las risas con los amigos; con los de siempre y con los nuevos; ese momento de tensión que Mariano no me perdonará nunca pero que al final fue un éxito, él sabe cuál es. Las vacaciones en la playa aunque este año fueran cortas. Todas las pequeñas victorias en mi nueva aventura política compartidas con ese gran equipo; esas partidas de Catán con los más pequeños de la casa.
Así que limpiaré de enfados la categoría familia ¡Entera! Suegra y cuñados incluidos. Seguramente me vengan a la cabeza uno a uno los enfados del año
Y una vez escogido lo que quieres conservar, limpia por categorías, dice Marie. Así que limpiaré de enfados la categoría familia, entera, suegra y cuñados incluidos. Seguramente me vengan a la cabeza uno a uno los enfados del año. Como Marie aconseja, les diré adiós, y si a alguno me apetece apegarme le diré «Lo siento amigo, pero no puedo llevarte conmigo al 2020«. Tengo que escoger solo algunas cosas y no puede ser un enfado. Pero si es un enfado de los buenos, ¿uno de suegra? me tentará… Lo siento, no caben, de esa categoría no me puedo llevar nada.
Dice Marie Kondo que si lo haces bien, si sigues uno a uno los pasos, la casa no se vuelve a llenar, que el orden permanece, al menos, en lo material. El año que viene os contaré si alguno de los enfados volvió, yo haré lo posible porque no.
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