Lo de «más vale reír que llorar» podría aplicarse a esta noticia. Sin embargo, quedarnos en la sorna no sería sino reflejo de la mediocridad que asola España, sobre todo en materia política desde hace décadas. La Federación de Gremios de Editores de España y la Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto de España (Anele), han publicado un informe sobre el libro educativo en España.
Un informe retador
El informe «El libro educativo en España – Curso 2019 – 2010» se presenta retador y llamando a las cosas por su nombre desde el índice, aunque también se advierte cierto sesgo e inclinación política que no se logra diluir en una supuesta objetividad.
Aún así el informe ofrece datos contundentes y sobre todo una crítica generalizada a lo que podríamos resumir en varias constataciones:
- La descentralización educativa es perjudicial para el conjunto
- La variedad de currículums educativos dependientes de cada Comunidad autónoma provoca el disparate, el despilfarro y el desorden.
- Los programas de algunos partidos políticos inciden más en ideología que en mejora de calidad de contenidos y aumento del nivel formativo de los alumnos y del profesorado.
- En 10 años se han emitido entre el Ministerio de Educación y cada Gobierno regional 1.820 textos normativos, entre leyes, decretos, órdenes y resoluciones.
El capítulo I titulado «Los proyectos de reforma educativa se quedan en buenas intenciones» y para añadir más enjundia al comienzo del documento, el primer punto se titula «Una vez más la frustración». Señalando así, a las claras, que el gremio de editores no se haya precisamente a gusto con la forma de actuar de los políticos, procedan del partido que provengan.
«La comunidad educativa seguirá frustrada y cada vez más desesperanzada ante la incapacidad de los políticos para llegar a un mínimo pacto que dé estabilidad y continuidad al sistema educativo» – Capítulo I, apartado 4 del informe
Los niños de primaria estudian contenidos distintos
El informe refleja la frustración del sector editorial ante la parálisis política, y va abordando todo tipo de aspectos. Pone un ejemplo donde se comprueba que en Ciencias naturales, los niños de 5º de primaria de La Rioja, Navarra y Aragón sí estudian ‘Los niveles de organización del cuerpo humano: células, tejidos, etc.’ Mientras que los niños del mismo curso de Madrid, Castilla La Mancha, Extremadura, Cantabria o Murcia, no lo estudian.
Cita el problema del abuso de las Comunidades de lenguas co-oficiales al imponer desde visiones históricas distorsionadas o directamente inventadas, al igual que Canarias, que al carecer de lengua co-oficial dificulta el aspecto idiomático, sin embargo, al no tener ríos en las islas se da la directriz «de eliminar ese aspecto irrelevante de la geografía». Un despropósito.
Conclusiones demoledoras
«Una de las consecuencias más relevantes para la edición educativa de la situación política de parálisis a la que se ve sometido el Ministerio de Educación y Formación Profesional, al encontrarse el Gobierno en funciones, y la consiguiente inviabilidad de los proyectos de reforma tiene que ver con el comportamiento de las CCAA. La falta de normativa estatal, o más bien la existencia de una normativa de imposible cumplimiento, sin perspectivas de
que haya una solución en un futuro inmediato, ha incrementado lo que podríamos definir como dispersión del sistema educativo. De suerte que cada vez nos aproximamos más a tener diecisiete sistemas educativos cada vez más descoordinados entre sí. A ello contribuye una ingente cantidad de normativas (Decretos, Órdenes, Resoluciones) de las diferentes comunidades autónomas que hacen más complicada la actividad de la edición educativa. Sólo en los últimos tres años se han publicado un total de 450 textos normativos en las 17 comunidades autónomas que tienen
incidencia directa o indirecta en la actividad editorial. Si hacemos un análisis de los últimos diez años suma un total de 1.820 textos normativos». (Informe, Cap. 3, apartado 1).
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