La abolición de la esclavitud nos trae el recuerdo de algunos libros y películas. Me sorprendió descubrir que La cabaña del tío Tom, era una novela escrita por una mujer: Harriet Beecher Stowe.
La cabaña del tío Tom
Este libro, publicado por primera vez el 20 de marzo de 1852, se convirtió en la obra emblemática para la abolición de la esclavitud. En ella se narran dos historias paralelas: la del negro de la casa, el tío Tom, paciente y obediente; y el negro del campo, dispuesto a todo para lograr su libertad y la de su familia. La autora describió de forma meticulosa la forma de hablar de sus personajes, de la manera más ajustada a la realidad social que representaban. Esto, junto las situaciones que reflejó, llenaron de cercanía la historia.
Aunque el libro es conocido por su intención claramente de “anti-esclavista”, la autora tiene la intención de destacar claramente su visión de la maternidad en él. La autora veía la maternidad como «el modelo ético y estructural de toda la vida americana». Y en base a esto, pensaba que solo las mujeres tenían la autoridad moral para salvar a los Estados Unidos de la esclavitud.
Una de las formas en que Stowe mostraba la maldad de la esclavitud, era el modo en que ésta separaba a las familias. A través de personajes tales como Eliza, quien escapa de la esclavitud para salvar a su hijo, consiguiendo finalmente reunir a su familia completa, o de la pequeña Eva, quien es vista como la “cristiana ideal”, muestra su idea de que son las mujeres las que podrían salvar a sus seres queridos de, incluso, las mayores injusticias. Reafirmaba así, junto a la abolición de la esclavitud, la importancia de la influencia femenina, lo que ayudó a preparar el camino por los derechos de las mujeres en las décadas siguientes.
Según cuentan, cuando el presidente Lincoln conoció a la autora del libro en 1862, en plena Guerra de Secesión, le dijo: “De manera que es usted la pequeña mujer que escribió el libro de provocó esta gran guerra”.
Las defensoras de los esclavos
De esta forma, además de defender la libertad de todas las personas, daba un valor especial a la mujer y su implicación en la defensa de valores.
La realidad es que la lucha para la abolición de la esclavitud está muy ligada a la lucha por los derechos de las mujeres. Las reivindicaciones feministas se desarrollaron en EE.UU a partir de los movimientos abolicionistas. Fueron muchas las mujeres que se unieron a esta causa demostrando gran capacidad de organización. Además era tal el entusiasmo y su implicación que animaron a mucha gente a seguirlas en su lucha.
Las hermanas Sarah y Angelina Grimké organizaban charlas para mujeres contra la esclavitud. La pasión que ponían en sus charlas y conferencias hacía que tuvieran muchos seguidores. Fue entonces cuando entonces empezaron a tener oposición, lo que hizo que recondujeran sus acciones para luchar por los derechos de las mujeres.
Lo mismo ocurrió con Elizabeth Candy Stanton, madre de familia numerosa y de frágil salud, y Lucrecia Mott, quienes asistieron a la Convención Mundial Antiesclavista que tuvo lugar en Londres en 1840. Una vez llegaron allí, se les negó la asistencia a las reuniones por considerar que su presencia no era pertinente. A partir de ahí su lucha se comprometió con los derechos de la mujer.
Susan B. Anthony, fue otra de las mujeres que se implicaron inicialmente en la liga antialcohólica y en el movimiento abolicionista, y que también terminó luchando por el voto femenino.
Así es como las mujeres, en defensa de la abolición de la esclavitud, vieron una necesidad reivindicar sus derechos ya que por esa ausencia de derechos, no eran adecuadas para defender a los esclavos.
Estas mujeres, que fueron capaces de reunirse y organizarse en defensa de la abolición de la esclavitud, vieron como sus propuestas y decisiones no eran consideradas por el simple hecho de ser mujeres. Fue así como empezó a formarse la idea de unir a las mujeres en defensa de sus derechos.
Es curioso cómo la implicación y el compromiso de la mujer con los movimientos abolicionistas en EE.UU son los precursores de los derechos de la mujer y del sufragio femenino. Si quería luchar por los derechos de los demás era ella misma quien debía luchar primero por los suyos.
Después de casi doscientos años sigue habiendo situaciones de esclavitud en el mundo, y otras esclavitudes nuevas, y la mujer consiguió el voto, pero sigue luchando todavía por una verdadera igualdad en muchos países.
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