En título de “Informe sobre el buen uso del lenguaje inclusivo en nuestra Carta Magna”, la RAE deja claro que su redacción es correcta.
Ante la reiterada insistencia de Carmen Calvo, la Real Academia Española (RAE) aprobó estos días por unanimidad de todos sus miembros, el dictamen sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución Española que fue solicitado, en dos ocasiones.
En el análisis que ha efectuado por académicos durante más de mes sobre el texto constitucional, la Academia no ha encontrado razones para cambiar su criterio lingüístico, ampliamente aceptado en el ámbito de la lengua española. Según parece el documento defiende como correcta la redacción actual de la Carta Magna aprobada por las Cortes y en referéndum el 6 de diciembre de 1978.
La RAE es referente en todo el hemisferio de habla hispana y los criterios se fundamentan en el diálogo con las Academias de la Lengua Española del mundo
Es una pena que para garantizar la salvaguarda del lenguaje, la Real Academia de la lengua tenga que dejar claro que no tiene ningún conflicto con el feminismo teniendo que defenderse en su argumentación. A tal efecto explica que esto puede comprobarse por el hecho de que en los últimos años haya incorporado al diccionario términos como feminicidio («asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia») o sororidad. Términos incorporados por una evolución del lenguaje que acepta novedades que se van incorporando en el habla.
Pero, muy a pesar de las pretensiones de la señora Calvo, en el análisis de la Constitución no se ha hallado ninguna incorrección desde la perspectiva del lenguaje inclusivo, más allá de algunas expresiones que han podido quedar anticuadas pero que no plantean problemas que la RAE no haya resuelto con su trabajo en los últimos años.
Hoy día hay que tener sumo cuidado así que, hasta en la elaboración del informe se ha tenido en cuenta la paridad, ya que ha sido hecho por dos académicas y dos académicos: Paz Battaner e Inés Fernández Ordóñez, y por otro lado, Ignacio Bosque y Pedro Álvarez de Miranda, cuyo dictamen se ha enriquecido con una anexo que explica de manera más detallada los motivos en los que se asientan los criterios para su redacción, para disipar cualquier tipo de duda.
Uno de sus fines primordiales de la RAE es el establecimiento de las reglas que aseguran la unidad de la lengua, por tanto, el dictamen es puramente técnico. Sería como pedir a la medicina que cambiara u diagnóstico. Estos políticos parecen aprendices de todo y maestros de nada, pero que se creen que lo son y han venido a enmendar la plana a los expertos.
El dictamen es puramente técnico y los argumentos utilizados no se exceden en ningún caso de este ámbito «pericial».
La RAE es referente en todo el hemisferio de habla hispana y los criterios que defiende se fundamentan en el trabajo conjunto con las Academias de la Lengua Española del mundo, no es la Sra. Calvo nadie cuyo criterio haya que imponer, ni su opinión supone referencia lingüística alguna respecto al uso del lenguaje, a pesar de que le haya molestado el dictamen y diga que esto nadie lo va a parar. Suena a prepotencia y pataleta.
En resumen, muy a pesar de la Sra. Calvo, la conclusión es que la Constitución está bien redactada y nada le aporta una corrección de «duplicaciones inclusivas», sino todo lo contrario.
Este dictamen deja en evidencia el nombre elegido por Unidas Podemos, ahora en el Gobierno, que lleva en su nombre sólo el género femenino, algo que la Academia considera no inclusivo-, ya que dicha denominación hace referencia a la exclusividad de mujeres en dicho partido. Eso es lo que tiene saltarse las leyes gramaticales por su cuenta, que se hace el ridículo.
Hace unos días un ciudadano hacía una consulta por twitter sobre el uso de alumnos y alumnas, y la respuesta de la RAE fue clara también en esta ocasión.
El consistorio socialista justificó así su decisión: «Se generalizará en femenino debido a que la presencia femenina es superior a la masculina durante el presente curso». La Real Academia Española señala su incorreción: «Es una cuestión de funcionamiento del sistema gramatical, nada tiene que ver con un supuesto sexismo»
«La cuestión de la claridad es esencial en un texto constitucional, porque de ella dependen derechos y libertades fundamentales que podrían ver modificada su interpretación, lo mismo que podría ocurrir con las características y atribuciones de las instituciones del Estado». Por tanto, ese desdoblamiento solo crearía confusión.
Ya en el «Libro de estilo de la lengua española» la RAE dejaba claro que son innecesarias todas las variables del doble género (los inclusivos «todos y todas», «todxs», «todes» o «tod@s»). Además, el género masculino, «por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos». Cabe recordar que, en su última entrevista con ABC, Muñoz Machado recordaba que la RAE haría un estudio razonable y razonado del caso: «Si la RAE es consultada para saber si la Constitución está bien o mal redactada, con mucho gusto lo estudiamos. Si es para solicitar un impulso de la Academia para que haya cambios en el lenguaje, tengo que decir que eso no nos corresponde».
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