Hasta hace apenas unos meses la vida se sentía totalmente diferente a cómo nos sentimos ahora. Se salía sin miedo a las aglomeraciones, abrazábamos a nuestros seres queridos sin temer al contagio de un terrible virus… Te sentías más libre que ahora. Es normal, todos nos sentimos así. La vida es frágil y esto es un claro ejemplo de ello.
Ahora la libertad está restringida para todos nosotros y quizá hayas abandonado algunos sueños (o los has pospuesto) debido a la pandemia que ha causado el coronavirus. El virus es invisible a nuestros ojos y eso hace que le temamos aún más. Puede estar en cualquier parte, el peor enemigo que has conocido en toda tu vida, y ni siquiera puedes verle… solo ves las consecuencias que provoca. El coronavirus ha tardado menos de cuatro meses en poner nuestro mundo al revés. ¡Nadie esperaba esto!
Nuestro mundo no será el mismo después del coronavirus, pero nuestro futuro está en nuestras manos. No es el momento de intentar predecir lo que pasará. Es hora de la acción. Pero antes de actuar, debemos entender el tipo de futuro que estamos creando en este momento presente. ¿Qué nos puede enseñar el coronavirus, además de la importancia de lavarse bien las manos, llevar máscaras y que no falte gel desinfectante en el hogar? Exploremos algunas lecciones fundamentales para replantear nuestras vidas y aprender a vivir de una manera más saludable emocionalmente a partir de ahora.
Pasamos la mayor parte de nuestro tiempo haciendo cosas superfluas
Trabajamos mucho más de lo que necesitamos para mantener vivo el sistema. Nos encanta pensar que lo que hacemos es muy importante. ¿Pero qué es lo esencial? ¿Qué sucede cuando estás encerrado en casa, ya no se requieren tus servicios profesionales y no sabes cómo cocinar?
Como no tenemos más remedio que quedarnos más tiempo en casa, tenemos la oportunidad de hacer frente a cosas esenciales como pasar tiempo con nuestras familias, educar a nuestros hijos y cocinar nuestros alimentos. Recuperamos nuestro recurso más preciado: nuestro tiempo. Y el tiempo es precioso. Por supuesto, puedes seguir perdiendo el tiempo con cosas que no te aporten nada, pero también puedes desacelerar y cambiar tus prioridades.
Conecta con tus emociones
Ahora tienes espacio y tiempo para conectar con tus emociones, mirar dentro de ti y pensar en cómo quieres que sea tu vida. Puede ser complicado porque tendrás que conectar con ciertas emociones que quizá llevas ocultando demasiado tiempo… pero es necesario que lo hagas, que todos lo hagamos.
Tendrás el desafío de tomar algunas decisiones y reconducir tu vida. Pero puedes terminar haciendo las paces contigo mismo. Y cuando todo pase, quizá tu vida mejore, porque actúes para conseguirlo.
El miedo puede dañarnos más que el virus
Se acabó el papel higiénico en pocos días en los supermercados, aunque lo repusieron… peor es no encontrar comida en el supermercado ni medicina en la farmacia. Y cuando compras 10 litros de gel desinfectante, no estás contribuyendo a detener el virus. Cuando haces eso, te has convertido en parte de la enfermedad. Afortunadamente esto quedó en el pasado y las personas comienzan a darse cuenta de lo que realmente importa en todo esto: la humanidad.
Es muy importante entender lo que estamos haciendo en este momento. ¡Es un esfuerzo colectivo! Estamos priorizando la vida sobre nuestro status quo. Estamos sacrificando nuestro estilo de vida y transformando todo nuestro sistema social. Pero solo funcionará si nos mantenemos unidos (incluso si tenemos que volver a estar aislados en nuestros hogares), con el objetivo común de mejorar. Si perdemos nuestro sentido de comunidad, habremos perdido todo el horizonte. Hay dos actitudes que podemos tomar frente a nuestro miedo:
- Actuar de manera irracional
Una es aislarnos dentro de una cáscara de avaricia y egoísmo. Podemos quedarnos ciegos al resto del mundo, ignorando la razón y actuando de la manera más absurda y compulsiva. Cuando sentimos miedo, tendemos a sentir que estamos solos, y debemos luchar por nuestra vida a toda costa. Pero este es un camino muy peligroso. Aislarse en casa y tener miedo a salir bajo ningún concepto también es otra forma irracional de comportarse.
- Podemos convertirnos en una amenaza para nuestro colectivo.
En momentos de miedo, debemos recordar que no estamos solos. Debemos confiar en lo colectivo y encontrar formas cooperativas para superar el desafío. Así es como hemos logrado prosperar como especies mientras enfrentamos a las bestias y adversidades más peligrosas.
Mantenernos unidos
Podemos pensar y actuar como un colectivo. Es un momento paradójico. Durante mucho tiempo hemos estado rodeados de personas pero emocionalmente desconectados de ellos. Ahora, la situación nos exige ponernos en cuarentena y aislarnos como una acción colectiva para proteger a nuestra comunidad.
Este es nuestro momento, nuestro desafío y nuestra oportunidad. Solo funcionará si nos mantenemos unidos en la intención. Un virus aislado no hace daño. La forma en que se propaga si. Quizás el coronavirus nos puede alejar de la sociedad competitiva que hemos creado para que podamos encontrar nuestra conciencia colectiva nuevamente. Depende de nosotros…
¿Qué podemos hacer ahora?
Como conclusión diremos que no tienes que rendirte al miedo o a la negatividad. No te aísles dentro de ti. Medita y ponte manos a la obra. Enfrenta tus fantasmas y haz las paces contigo mismo. Reconsidera tu estilo de vida, mejora las relaciones con las personas de tu entorno. Haz una pausa y respira, camina más lento y deja el ritmo acelerado en el pasado.
Es hora de prestar atención a lo que has estado descuidando. Si no hay paz en tu núcleo y no hay armonía en tu hogar, ¿cómo puedes tomar decisiones equilibradas y saludables en tu vida? Redefine tus prioridades, deshazte de todo lo que has escuchado de “cómo se supone que deberías ser” y abre la puerta a buscar y encontrar tus propias respuestas.
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