El dominio de los cánones de belleza está hoy día al servicio de ciertos estereotipos marcados por el mundo de la moda y las modelos a través de los medios de comunicación y las redes sociales. Es incuestionable el poder de la imagen, incuestionable es también su superficialidad actualmente.
Tenemos una tendencia genética a buscar lo bello, pero esta belleza viene condicionada por una construcción mental resultado de una serie de aspectos socio culturales a través de la historia o de la época, el país donde se reside, las experiencias personales o incluso el nivel socioeconómico al que se pertenezca. De esta forma varia el modo de entender la belleza de una época a otra en función de estos factores, y el concepto que hacía bella a una mujer para Rubens era una mujer bella, no tiene nada que ver con la belleza actual, y se escandalizaría de la delgadez de algunas modelos a las que sin duda invitaría a comer un bocadillo de jamón.
Así como lo que es bello para algunas culturas africanas, que llegan incluso a dilatar partes de su cuerpo para ser más atrayentes, produce un rechazo en nuestra cultura occidental, respetándolo tan sólo como una curiosidad y por tener un valor meramente de diferenciación cultural, pero sin llegar a la categoría de bello.
Prueba de ello es la denuncia que hizo la modelo Cameron Russell en una charla de TED, donde explicó cómo tan sólo el 4% de las modelos contratadas no eran blancas según datos de un estudio de postgrado de la universidad de Nueva York en el año 2007. Para occidente, una mujer bella sigue siendo generalmente de piel blanca, delgada, simétrica, joven, femenina, sana, alta, guapa…
Esta es la belleza que vuelve locas a las adolescentes de hoy día y se lo plantean como un objetivo para conseguir ser felices. Esta claro que estas niñas no han leído a Platón, ya que sin duda estarían cultivando otros valores que si están al alcance de la mano y no dependen de una lotería genética, o de que la persona clave se fije en ti.
“La belleza es el esplendor de la verdad.” Platón
Además hay que tener en cuenta que este es un culto a una belleza no real. Blanca Padilla, ángel en Victoria´s Secret por segundo año consecutivo, contaba “Todo está montado. Si te caes te has caído, nadie lo va a sacar. Es tan artificial que es lo más fácil que he hecho nunca«.
Las fotos son resultado del trabajo de un grupo de profesionales de este mundo (fotógrafos, maquilladores, escenógrafos etc.), pero su consecuencia es la insatisfacción de muchas jóvenes y cuyo efecto es muy preocupante ya que el 53% de las jóvenes americanas de 13 años no están contentas con su físico, cifra que sube a un 78% a los 17 años.
Cameron Russell las intenta hacer pensar … ”¿por qué quieres ser modelo si puedes ser cualquier cosa?”.
La belleza está manipulada por los medios de comunicación que son responsables incluso de la posibilidad de transmitir ciertos valores, no productivos, ni buenos en ocasiones, pero cuya incidencia en la actuación de millones de personas es también una vía de discriminación entre las propias modelos por ejemplo, ya que por el simple hecho de tener miles o millones de seguidores, sin haber hecho nada para merecerlo tienen un trato u otro. A veces su mérito ha sido tan sólo llamar la atención con conductas incluso inapropiadas, o bien mediante la fabricación de la vida que les interesa airear, apoyando así además una industria consumista que ofrece la belleza como una posibilidad a fabricar en este mundo irreal. El número de likes o seguidores en Instagram parece ser el determinante de lo bello y lo que hay que hacer. De esta forma hay una selección en función de tus seguidores, incluso concediendo prebendas a ciertas modelos mientras que otras deben pasar hambre por no tener esos seguidores., como denunciaba una modelo española hace poco.
“Si yo me presento con las medidas de Gigi Hadid en la Fashion week, me mandan a casa. Tiene que haber más igualdad”… Pero ella tiene más seguidores en Instagram.
Las sinceras respuestas de la entrevista de Blanca Padilla, nuestra ángel de Victoria´s Secret, en el Rincón, el programa de Risto Mejide, el año pasado, deberían servir para abrir los ojos de muchas chicas.
En esta entrevista la modelo hablaba, entre varios temas, de la inseguridad que provoca vivir de esta profesión, la soledad, la lucha, envidias y competitividad que provocan una gran inseguridad.
La autoestima en la moda: ¿Hay algo que no te guste de tu cuerpo?
«Depende. Hay días en que estoy muy contenta con tener poco pecho y otros días digo, me encantaría tener más (…) Si la gente tiene que aceptarse, y eso ya es complicado, imagínate si vives de tu imagen«.
«He empezado a leer libros de autoayuda y creo que vienen muy bien. Tus zonas erróneas, me lo recomendó una amiga de mi barrio, creo que todo el mundo se lo debería leer. Estoy contenta pero tengo muchos altibajos«.
Para Cameron Russell ser valiente es ser honesta y por ello decidió también decir “soy insegura”, inseguridad que viene provocada por tener que preocuparse por su aspecto todos los días, “probablemente las modelos sean las personas más inseguras”, decía.
Por otro lado, tener la información a cada minuto, obliga además a estar al día, si no te quedas atrás, a seguir cada paso que dan, cada ropa que se ponen o forma de maquillarse, y además si no tienes seguidores no eres nadie. Pon un lado se copian conductas sólo para seguir “siendo alguien en la red” y por otro se produce un aumento del consumo para estar a la moda y actualidad. Ambas cosas tienen el resultado de la creación de una dependencia, así como de una gran falta de personalidad. Paradójicamente cada vez somos menos libres.
«La belleza no hace feliz al que la posee, sino a quien puede amarla y adorarla». Hermann Hesse.
El problema es lo que genera una imagen falsa y distorsionada de la realidad. que crea mujeres irreales como modelos a seguir por las adolescentes sobretodo, aprovechando su falta de madurez y capacidad para diferenciar ambos mundos que ven a estas personas como su ideal de vida, olvidando así mismo cuidar oros valores que si les servirán para la vida.
Este culto al cuerpo, a la moda y a seguir a los demás y ver si te siguen otros, tendrá sin duda consecuencias en la forma de actuar, no se puede vivir condicionada a la opinión que los demás tendrán de mi.
«Sé de sobra lo afortunada que soy«, dice Blanca.… «A veces noto que me han robado mis veinte años. Yo debería estar viviendo unas cosas totalmente distintas a las que estoy viviendo, eso es un hecho. La gente dirá venga, que no estás en una mina. He sacrificado la dirección que yo creía que iba a tener mi vida. Eso, mis veinte años».
«Siento mucha soledad a veces. No me separo del móvil. Es mi medio de comunicación, estoy en la otra punta del mundo. Hay días que son geniales y días que son…». «Mi madre tenía miedo. En mi casa la formación siempre ha sido algo fundamental. Para mi padre fue un shock que dejara aparcada mi carrera para ser modelo. A mi madre, que cuida mucho de nosotros, que me haya ido de casa le ha costado una depresión«.
Blanca tiene que repetirse lo afortunada que es para compensar estos contratiempos en la supuesta carrera a la fama y el dinero.
Ante estas sinceras declaraciones, llenas de valentía también, las jóvenes deberían replantearse el verdadero valor de la belleza.
“La belleza complace a los ojos; la dulzura encadena el alma. “ Voltaire