Según la RAE, la constancia es la voluntad inquebrantable y continuada en la determinación de hacer una cosa o en el modo de realizarla, y hoy quiero hablaros sobre ella.
En toda relación y en todo trabajo, siempre hay un momento en que llegamos a cansarnos y nos da la tentación de abandonarlo todo y desistir.
No lo aguantamos. El trabajo que antes nos gustaba, se nos hace aburrido y monótono. Las personas que antes apreciábamos, ahora se nos hacen aburridas. De repente y sin saber porqué, nos volvemos solitarios y solo pensamos en el aislamiento y la soledad.
¿El secreto para que esto no nos ocurra? Resistir a la tentación que nos da de abandonar. La constancia es necesaria para superar esos momentos en que nada nos parece igual que antes. Si superamos poco a poco, cada día, cada mes, cada año… habremos alcanzado el secreto de la victoria, porque nuestra voluntad estará fuera del peligro que suponen los vaivenes y los caprichos de nuestro estado de ánimo.
He leído una frase que creo que le puede venir fenomenal a este comentario. Dice así: «Ser fiel no es un arte cuando todo anda sobre ruedas. Ser fiel se demuestra cuando todo se derrumba».
Es fácil vivir y trabajar con entusiasmo cuando todo nos va bien, pero ¡qué cuesta arriba se nos hace cuando nos llega un contratiempo a nuestro planes! Ahí es donde debemos echar manos de ese tesón, de esa constancia, y con fuerza y con empuje, luchar con todas las ganas sabiendo que venceremos y que nada ni nadie nos podrá ganar.
En la vida se gana de muchas maneras y la suerte es una de ellas, pero como todos sabemos, un buen golpe de suerte se nos presenta en pocas o en ningunas ocasiones. Solamente la constancia es duradera. Todo lo que se consigue con esfuerzo es digno de ser alabado. Así que amigos ¡Ánimo y a no desistir!
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