Roger Federer comenta que el buen jugador de tenis se enfrenta continuamente a tomar decisiones sin apenas tiempo. En décimas de segundo se puede aprovechar o echar a perder la ocasión de ganar un punto. El maestro de la raqueta realiza una analogía con la vida, con la cordura suficiente para poner en su sitio un partido de tenis. La partida vital conlleva mucho más y las decisiones importan, nuestras decisiones vienen precedidas por la ocasión. Ganamos o perdemos puntos. O dicho de otro modo, aprovechamos o perdemos las ocasiones para mostrar lo mejor o lo peor de nosotros.
La reacción de una de las tres espeleólogas rescatadas la semana pasada en la cueva de Coventosa en Cantabria, tras ser rescatadas, refleja esas ocasiones donde poder mostrar lo bonito o lo más feo de las personas. La historia la conocemos. Tres mujeres exploran una de las cuevas con más solera de España, Coventosa. Se adentran equipadas, preparadas, se nos dice que son expertas.
En un momento dado se dan cuenta que algo no cuadra en su ruta, por lo visto no reconocen un trayecto, se sienten desorientadas, deciden descansar y esperar a ver si pasado un tiempo dan con el paso por el que deben continuar su ruta.
De repente da un giro inesperado que se convierte en un ataque con insultos a los medios de comunicación
Una de ellas hizo pública una carta tras el rescate donde relata la aventura de forma excelente. Los progresos, el cómo iban superando los tramos y denota que disfrutaron mucho, que iban superando los escollos sin dificultad. Sentido de equipo, amistad, compenetración, profesionalidad, comunicación y acuerdos con su contacto exterior… Todo ello queda relatado de forma magnífica en la carta posterior al rescate.
Sin embargo, y aquí viene lo llamativo, al final de la carta parece que quien redacta sufre una especie de transformación y tras agradecer los desvelos de los amigos, de los equipos de rescate… De repente da un giro inesperado que se convierte en un ataque con insultos a los medios de comunicación.
La ocasión de narrar el percance con gratitud, con elegancia, quitándose importancia y poniendo cada cosa en su lugar aquí se ha desaprovechado
Unas líneas que se podían haber quedado en una muestra de gratitud, se tornaron en un dechado de improperios, ¿por qué? No lo sabemos, quizá orgullo herido, o el amor propio del experto que ve «dañada» su imagen al mostrar públicamente que fueron rescatadas. No se sabe bien qué pasa por la mente de las personas.
Pero si un jugador de tenis apenas cuenta con segundos para tomar una decisión. Una persona rescatada, que emprende el camino de vuelta bien acompañada, que como narra «no había ocurrido nada y se encontraban perfectamente», sí ha podido contar con minutos y horas de reflexión para expresar su experiencia.
La ocasión de narrar el percance con gratitud, con elegancia, quitándose importancia y poniendo cada cosa en su lugar aquí se ha desaprovechado.
Más bien ha aflorado la mala educación y una incapacidad para comprender que tanto medios como audiencia sí pudimos albergar simplemente preocupación sin morbo al escuchar la noticia. No suele ser habitual escuchar en un informativo «tres mujeres llevan más de 14 horas desaparecidas dentro de una cueva».
De la carta
Lo desolador fue un poco más allá. La Guardia Civil nos explicó la situación: Cámaras, periodistas por todos sitios, muchísima expectación. Nos preguntaron si queríamos hacer una rueda de prensa.....WHAT???¿?¿?¿?? Dijimos que no queríamos nada...ni entrevistas, ni ruedas de prensa, ni nada de nada. Cuando encendimos los móviles, no nos podíamos creer lo que se había formado. Sobre todo por la parte de los familiares....realmente era necesario todo este espectáculo de mierda? realmente era necesario que tanta gente estuviera tan preocupada por nada? Sensacionalistas...buscando la desgracia....buscando el tomate...buscando la exclusiva....la audiencia...en definitiva, QUÉ PATÉTICO!!! ....y lo peor de todo....NO PUDIMOS HACERNOS NUESTRA FOTO EN LA SALIDA DE COVENTOSA PARA NUESTRO RECUERDO! A todos vosotros, que los medios de comunicación os han hecho estar en tensión tanto tiempo y tan preocupados, realmente por nada....lo siento..eso no estaba previsto para mí ha sido todo una vergüenza.
Un mínimo de reflexión y esa persona que escribió la carta pudo haber reparado que informar no es dar espectáculo. Que el deber de los medios es ese, informar. Y el de los rescatadores, rescatar. Que el deber de su contacto en el exterior era el de avisar a las autoridades. Es decir, pudo haber echado mano de la humildad, de la gratitud y de la elegancia.
¿Acaso los medios publicaron sus nombres en algún lado? No. Simplemente se conocía la mera noticia: «tres mujeres espeleólogas, al parecer expertas, están desaparecidas en una cueva de Cantabria».
Más bien la espeleóloga muestra un deje de niña chula enrabietada por «no habernos podido hacer una foto a la entrada de la cueva«.
Mala decisión al dejar pasar la oportunidad y simplemente haber escrito: ‹Gracias, no ha sido nada. No esperábamos tanto revuelo, agradecemos las muestras de preocupación, las horas de las autoridades, medios, familiares, la preocupación de los españoles. Lo volveremos a intentar y confiamos que la próxima vez logremos atravesar la Conventosa sin problemas, os mandaremos la foto›, por ejemplo.
¿Qué te pareció este artículo? Deja tu opinión: