Cuando escribo mis reflexiones siempre me paro a pensar antes de hacerlo, en qué temas os podría interesar más a vosotros para que, a través de ellos podáis ver reflejados mejor vuestros sentimientos o vuestras dudas.
Una vez decidido, me pongo manos a la obra y consulto algún que otro libro, para ver si hay alguna frase o palabra que me impacte y de pie a mi reflexión.
Eso me pasó el otro día, cuando dispuesta a escribir, abrí un pequeño libro de frases y pensamientos y me encontré con ésta de San Gregorio Magno:
«No se escala una montaña a saltos, sino a pequeños pasos».
Y me quedé pensando un buen rato, en que cuánta razón tiene esta frase, pues como he dicho muchas veces, vivimos en un mundo de locos. Nos pasamos la vida corriendo y proyectando cosas, que tal vez nunca realizaremos, sin darle la importancia que se merece el día a día.
Si sacamos conclusiones de lo que San Gregorio nos dice, podemos apreciar que lo importante para alcanzar la felicidad es ir superando poco a poco (paso a paso, como dice él) los obstáculos que vamos encontrando en nuestro camino y nuestro quehacer diario.
Amigos, y es que los defectos, las trabas y los proyectos, solo pueden ver la luz si cada día vencemos y eliminamos eso que no nos gusta, corrigiendo ese «defectillo» que tanto nos molesta, o mejor, ponemos en marcha esa idea que siempre anda rondándonos la cabeza pero que nunca nos atrevemos a poner en práctica.
Dice el gran poeta Antonio Machado: «Caminante, se hace camino al andar…». Por eso en este recorrido que es nuestra vida, no nos tracemos grandes metas. Es preferible ir recorriendo poco a poco cada etapa, conquistando este nuestro mundo minuto a minuto, disfrutando siempre del presente, y abandonándonos en los brazos del Creador para alcanzar un futuro incierto, que aún está por llegar.
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