En la moda, juega un papel muy importante la elección. Hay personas que tienen una clase o elegancia innata y elegir su vestuario no supone problemas ni discordancias. Sin embargo hay otras a las que les cuesta y las elecciones no meditadas les juegan malas pasadas.
Hace unos años, Carolina Herrera dio a conocer su opinión sobre las transparencias debido a los vestidos que lucieron algunas conocidas artistas en la MET Gala del 2015. Afirmaba que lucían un estilo equivocado y lo sentenciaba con dos palabras: pobre y escandaloso.
«Las casi desnudas! Por Dios! Están tratando que las personas les presten atención. En la vida, debería haber un poco de misterio«, afirmó la diseñadora. Cierto es que los vestidos de noche eran muy escandalosos y dieron pie a expresiones de la famosa diseñadora como…
«Piensan que es muy moderno ir desnudo o casi desnudo. Piensan que con esos vestidos van a llamar la atención de los jóvenes y la respuesta es ¡No!”, y añadió “en la vida tiene que haber algo de misterio”.
Lo que no sabemos ni podemos imaginar es lo que pretendía la reina Letizia cuando se vistió con un escote transparente para el concierto conmemorativo del pasado aniversario de la Constitución. Aunque pudiera no romper el protocolo, lo que no se puede ignorar es que, como mínimo, no era apropiado para el momento, ni con el papel de persona pública que lo lucía.
Hace unos días veíamos también a Meghan Markle en un compromiso oficial, al lucir un escotado y ajustado vestido primaveral, para un acto oficial en el invierno del Reino Unido. Solo hay que ver las fotos, para comprobar lo incómoda que debería estar, además de la gran probabilidad de que ese lucimiento haya acabado en un catarro.
Foto:Getty Imágenes
Aquí también nos preguntamos cual fue el objetivo de la nueva princesa al elegir un vestido tan poco apropiado no sólo al papel que representa su persona, como a su embarazadísimo cuerpo, como ella misma afirmaba.
En estos casos no tenemos la opinión de la famosa diseñadora, ni sabemos lo que piensa, aunque creo lo podemos intuir. La ausencia de una elección apropiada del vestuario hace que desmerezca el papel al que estas mujeres deben representar.
Hace unos días, una colaboradora asidua de la revista Lourdes Delgado, en una entrevista en RNE, afirmaba que el principal problema que le presentaban los padres, era el momento de la elección de la ropa por sus hijos. Situación normal en una sociedad que vive de la imagen.
No cabe duda de que este es un problema no solo de la realeza y las celebrities, sino de la muchas adolescentes y no tanto, a la hora de seleccionar su vestuario.El auge de Instagram entre los jóvenes, que vende vidas artificiales, vestidas para figurar y «posturear» hace que muchas veces haya una disociación grande entre la realidad y la vida virtual, y en esta disociación entra la elección del vestuario, e incluso las poses de las fotos.
La importancia de ir vestido acorde, tanto al momento, como al lugar, puesto, trabajo o en estos casos, representación institucional de la persona, es fundamental para no hacer el ridículo. De otra forma quedará una actitud pretenciosa derivando la atención a la indumentaria, y desviándola del verdadero protagonista de ese momento.
No se quien asesoraría a nuestra reina o a Meghan, si los consejos fueron desoídos o no hubo tales, en cuyo caso parece venir a la mente el cuento popular del traje del emperador.
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