Los trastornos del ritmo sueño-vigilia se producen por un problema de encarrilamiento entre el sistema circadiano interno (el que dicta el propio organismo) y el entorno de 24 horas. Este desajuste de alienación caracteriza el estado de los trabajadores por turnos, los que sufren de forma prevalente este tipo de trastorno inducido, en este caso, por el comportamiento.
Como señala el Dr. Rafael del Río Villegas, director de la Unidad de Neurofisiología y Trastornos del Sueño de Vithas Internacional de Madrid, “los pacientes que realizan turnos se encuentran en constante desincronización de sus ritmos endógenos entre sí y con el entorno.
Esto les produce una serie de síntomas típicos, como insomnio y/o somnolencia excesiva, además de afectación del funcionamiento normal, repercutiendo en su calidad de vida, falta de atención, bajo rendimiento y, en última instancia, puede producir efectos verdaderamente perjudiciales para su salud”.
En este sentido, el especialista destaca que, con frecuencia, el cuadro implica una repercusión cardiovascular, gastrointestinal, de la esfera reproductiva o psicológica, entre otras.
Otros problemas derivados de esta falta de sincronización, y con una alta prevalencia, son de corte social o de seguridad, como el aumento del número de accidentes.
Gestionar adecuadamente los turnos
El diseño adecuado de los turnos es un factor clave para su tolerabilidad: “Los turnos de rotación más larga o los que rotan hacia adelante son mejor tolerados”, explica el Dr. Del Río, que añade que “es fundamental realizar estrategias anticipadoras de los cambios que se van a producir y no caer en un uso sistemático de estimulantes, por ejemplo la cafeína, para permanecer despiertos, que acaban dificultando la adaptación”.
También es muy recomendable en estos casos mantener una buena higiene de sueño, con un tiempo en cama suficiente y lo más regular posible, además de seguir una alimentación adecuada y medidas de control del estrés.
Tratamiento con melatonina
Cuando se precisan medidas específicas para este tipo de pacientes, como indica el Dr. del Río, “es necesaria una planificación de la agenda que tenga en cuenta el turno concreto”. Se pueden utilizar, además, otras medidas de apoyo, como “el tratamiento con luz brillante y la administración exógena de melatonina”.
La melatonina tiene fundamentalmente propiedades crono-reguladoras. “En el organismo presenta una curva de 12 horas que es opuesta a la de la presencia de luz en el entorno. Administrada por la tarde produce un avance de la fase del ritmo circadiano, mientras que por la mañana produce un retraso. Si se administra por la noche su efecto es prácticamente nulo”.
Para una intervención adecuada es necesario que un especialista supervise de forma estrecha el tratamiento. “Para ello hemos de determinar la fase circadiana del paciente y podemos realizarlo mediante la medición de la temperatura corporal central o la melatonina en saliva, orina o sangre”.
Conviene aclarar que la melatonina puede tener diversos efectos indeseados, particularmente cuando se administra a la hora inadecuada: “Si lo hacemos durante el día puede tener efectos hipnóticos, particularmente en pacientes con secreción endógena escasa”, señala el Dr. Del Río.
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