“No aguanto psicológicamente más con tanto sufrimiento, y mi cuerpo tampoco puede” (caso real de intento de suicidio adolescente)
Cada año mueren más adolescentes por voluntad propia que por accidentes de tráfico, pero son muertes silenciadas por las propias familias e incluso por el Estado para intentar no producir un “alarmante efecto llamada”.
Actualmente por cada uno que lo consigue, otros veinte lo han intentado sin conseguirlo, pero en un alto porcentaje volverán a intentarlo. Y todos estos datos sin contar lo que también son llamadas “muertes accidentales”…
La Fundación ANAR durante el año pasado recibió 627 llamadas de adolescentes por tener ideas suicidas o haber intentado llevarlas a cabo por la presión de su entorno y la soledad afectivo familiar.
Creo que debe dejar de ser un “tema tabú” como una forma eficaz prevención social.
La cultura y las religiones convertían el suicidio en general, y el adolescente en particular, en un estigma que manchaba a la víctima y a toda su familia.
La OMS promovió que el 10 de Septiembre de cada año sea designado como el Día Mundial del Suicidio.
Tanto las instituciones judiciales y policiales como los medios de comunicación, han llegado al acuerdo común de que debe visibilizarse esta realidad social, pero que debe tratarse cada caso en los medios sin morbo, sin juicios y sin prejuicios.
Lo importante es saber que detrás de cada suicidio a un sufrimiento humano invencible sostenido demasiado tiempo sin que la persona pueda aliviarlo
Este tipo de sufrimiento e impotencia, si es malo en un adulto, en un adolescente multiplica por 100 el intento de llevar a cabo su suicidio, ya que esta etapa de la vida, la falta de seguridad y madurez, le hace hiper-sensible a todo lo que le sucede, tanto en primera persona, como en su entorno de confianza.
Claves que influyen negativamente en un adolescente
- El adolescente sufre interiormente muchísimo, ya que el buscar y encontrar su propia identidad, así como manejar con control sus altibajos emocionales, les hace pasar muchas veces por momentos muy difíciles en soledad, e incluso entrar en pánico.
- Son conscientes de sus pérdidas de control, pero no saben el porque se producen, generándoles entre los amigos momentos difíciles sin secuelas posteriores en su ego.
- La vida para ellos es “blanco o negro” y sin matices, con lo cual son un sector de la población de alto riesgo para caer en depresiones ligeras. Les cambia tanto el carácter y sus comportamientos que ni ellos mismos se conocen, y sufren con frecuencia el rechazo de sus seres queridos.
- El siglo XXI nos ha añadido una clave más: Las Redes Sociales. Hay multitud de páginas, foros y videos que incitan al suicidio y las autolesiones juveniles. Y para ellos la red es su segunda vida, que termina siendo una vida más real que virtual, e incluso pudiendo sustituir a la real.
Claves para no perder a un hijo
- La buena adolescencia se siembra en la infancia. En la infancia se siembran los mejores lazos afectivos para comunicarse con los hijos.
- Los padres no somos perfectos y podemos equivocarnos con nuestros hijos adolescentes, por miedo a lo desconocido que vemos en ellos.
- Los adolescentes mientras maduran, ayudan a madurar a sus padres también, y eso no es humillante.
- “Qué hemos hecho mal con nuestro hijo…?” como padres, no deberíamos sentirnos culpables de los errores del hijo adolescentes porque eres “su mejor mano amiga”.
- El bulling y el ciberbulling está teniendo bastante relación con el suicidio juvenil. Y aquí los padres no pueden, ni estar despistados, “ni mirar para otro lado”. Por desgracia es el camino perfecto para que un adolescente entre en la burocracia de la muerte si se siente solo o incomprendido por sus padres.
- El silencio de nuestros hijos adolescentes, les mata lentamente. Así que si esto fuera así, no se trata de darles grandes discursos sino de escucharles su discurso para que se sientan queridos y escuchados y así no sentirse aislados con sus “problemas personales”.
- No hagas del resultado de los estudios de tu hijo algo más importante que su valor como persona. Los suspensos tienen muchas interferencias, que en la mayoría de los casos no son buscadas por el adolescente, sino que son sobrevenidas, y en su mundo de inseguridad vital les puede provocar una incipiente depresión, o subdepresión.
La mejor medicina para los hijos que les ronda por la cabeza la idea del suicidio es que puedan expresar sus sentimientos de dolor o sufrimiento con alguien de confianza.
Un acoso, una ruptura amorosa, un aislamiento o exclusión social, son las pequeñas gotas que van llenando su vaso de tolerancia compatible con la vida.
Por tanto un intento o consumación de un suicidio adolescente no tiene una explicación simple con muchos desencadenantes posibles, porque suele ser multicausal, y por este motivo incluso no existir un argumento racional sólido.
Cuando el sufrimiento es más fuerte que la desesperanza es cuando tu adolescente entra por la senda en que la solución de su vida es querer desaparecer de esta. La muerte no es su objetivo sino que su objetivo es no sufrir ni un día mas.
Aprender a leer las señales: es identificar este tipo de ”dolor en el alma” en los adolescentes
Este proceso no siempre es largo, puede desencadenarse en tres meses, dependiendo de la intensidad de su sufrimiento.
Si tu hijo sufre, su cuerpo habla por él, debemos ser capaces como padres, de entender tanto su dolor como su alegría de vivir.
La falta de un sueño reparador es fundamental para no agudizar su sufrimiento.
Cambian su forma de vestir y su falta de higiene empieza a notarse gradualmente.
La falta de cariño por su propio cuidado del cuerpo les lleva también a autolesionarse.
Hablan demasiado mal de la vida y demasiado bien de la muerte.
Regalan de manera extraordinaria e innecesaria sus objetos personales y más preciados.
Empiezan a cerrar sus cuentas en las redes sociales o utilizan los mails o el WhatsApp para hacer despedidas inusuales.
Por lo tanto el suicidio juvenil, si estas cerca de tu hijo, y mejor desde la infancia, se puede prevenir sabiendo ver cuando está sufriendo, dejarle que hable y siendo muy empático con su dolor por muy ridículo que a ti como padre te parezca.
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