Son muchos los niños y adolescentes que navegan por Internet cada día… y que ven multitud de contenido no apto para su edad. Desde el portal estadounidense Convenant Eyes se estimó en 2015 que nada menos 9 de cada 10 niños y 6 de cada 10 niñas se exponen a la pornografía en Internet antes de los 18 años. La primera visualización de contenido pornográfico es sobre los 12 años. Además, nada menos que el 71% de los adolescentes intentan ocultar esta actividad a su padres, por ejemplo, borrando el historial de navegación.
En la actualidad, y durante la pandemia del coronavirus, las estadísticas se han disparado, tanto ha sido así que ha habido peticiones para cerrar varias páginas web de pornografía de acceso gratuito durante este período de cuarentena.
La pornografía hacer ver a los adolescentes una realidad que no existe. Piensan que lo que ven en las películas pornográficas es la realidad en una relación sexual normal y les hace tener un pensamiento distorsionado de lo que en realidad son las relaciones sexuales saludables.
La pornografía hacer ver a los adolescentes una realidad que no existe. Piensan que lo que ven en las películas pornográficas es la realidad en una relación sexual normal y les hace tener un pensamiento distorsionado de lo que en realidad son las relaciones sexuales saludables. En la pornografía se muestra el papel de la mujer como sumisa en las relaciones sexuales, a la que se le puede degradar y donde el único objetivo final es el placer sexual masculino. Un grave error ante la realidad que también puede afectar directamente a las relaciones afectivas de los adolescentes.
Interés por la pornografía en la adolescencia
En muchos hogares la pornografía o las relaciones sexuales siguen siendo un tema tabú y algunos padres no conversan con sus hijos adolescentes sobre lo que significa tener una relación sexual saludable. Entonces, los adolescentes buscan información por Internet o en las películas pornográficas, pensando que lo que ven, es lo que deben emular en la realidad. Un grave peligro social, puesto que sin una buena información sexual de base, los adolescentes corren riesgo de embarazos no deseados y de contraer enfermedades de transmisión sexual, por ejemplo.
Creen que lo que ven en estas páginas web pornográficas es lo normal en una relación romántica, dejando de lado lo que importa en realidad y es el fundamento en una relación afectiva: amor, cariño, afecto, igualdad, comunicación, complicidad, etc.
Por si fuese poco, en esta edad tan vulnerable, los adolescentes no saben tampoco qué es una relación romántica saludable, y creen que lo que ven en estas páginas web pornográficas es lo normal en una relación romántica, dejando de lado lo que importa en realidad y es el fundamento en una relación afectiva: amor, cariño, afecto, igualdad, comunicación, complicidad, etc.
La Asociación para la Sanación y Prevención de los Abusos Sexuales en la Infancia (ASPASI) alerta que los menores cada vez consumen más este material para adultos y es vital proteger a los niños y adolescentes de este contenido que ni entienden ni saben cómo manejar. Los adolescentes tienen este material demasiado “a la mano”, ya no solo en páginas web pornográficas, si no que parece un tema normalizado en películas o cualquier otro contenido televisivo. Se potencia el sexo, dejando los valores románticos en segundo plano. Es deber de los padres, seguir pautas para que sus hijos no consuman material pornográfico.
Modelos de sexualidad poco saludables
En la actualidad y con el uso libre en Internet los niños se exponen a modelos de sexualidad desfavorables para su desarrollo, tratando a las personas como objetos en lugar de seres humanos. En la pornografía existe una falta de empatía frente a la explotación femenina.
Es necesario educar a los adolescentes sobre una buena conducta sexual y sobre todo, centrarse en la igualdad entre sexos, en el consentimiento de las relaciones sexuales, en el placer sexual como algo íntimo y en la autonomía para luchar contra la falta de empatía. Es necesario todo esto para que los hijos puedan tener una buena calidad en sus relaciones sexuales en el futuro.
Efectos negativos de la pornografía en los adolescentes
La mente del adolescente aún está en desarrollo y ver pornografía puede generar confusión en cuanto al tipo de prácticas sexuales saludables en las relaciones íntimas e incluso a su rol dentro de las mismas. Son contenidos explícitos violentos y con desigualdad de poder. Aparecen conductas machistas y denigrantes hacia la mujer, pero también se idealizan los cuerpos perfectos, se simplifica el placer sexual y además potencia conductas de riesgo (como no usar preservativo o tener relaciones sexuales con muchas personas al mismo tiempo)
Los adolescentes pueden sentir vergüenza por ver pornografía pero también pueden intentar recrear aquello que han visto en la pantalla en la vida real, creyendo que es la forma correcta de mantener y disfrutar de las relaciones sexuales. Los adolescentes aún no tienen ni la madurez ni la experiencia suficientes como para poder entender que este tipo de acciones no son válidas dentro de una vida sexual saludable.
Algunos de los efectos que se deben tener en cuenta son los siguientes:
- Desarrollo sexual
La visualización de pornografía entre los adolescentes los desorienta durante esa fase de desarrollo de su personalidad, momento crítico en el que aprenden a manejar su sexualidad, además la edad en que son más vulnerables a la incertidumbre sobre sus creencias sexuales y valores morales. El material de Internet sexualmente explícito aumenta las incertidumbres sobre la sexualidad entre adolescentes, además su exposición aumenta las actitudes favorables hacia la exploración sexual con otras personas fuera del matrimonio y disminuye el compromiso matrimonial con el otro cónyuge
Un estudio realizado por Todd G. Morrison, profesor de psicología de la Universidad de Saskatchewan, y sus colegas, encontraron que los adolescentes expuestos a altos niveles de pornografía tenían niveles más bajos de autoestima sexual.
- El alto consumo de pornografía en los adolescentes también afecta el comportamiento.
El uso de la pornografía masculina está relacionado con un aumento significativo de las relaciones sexuales con amigos no romántico, sin valores, como consumo sexual que utiliza a la otra persona como un objeto. Sexo, sin nada más implícito en este tipo de relaciones.
Además, el consumo de pornografía, tanto violento como no violento, está asociado con la agresión sexual verbal y física como algo normal entre las relaciones de adolescentes.
El consumo frecuente de pornografía altera el cerebro de manera similar a las alteraciones neurológicas de los adictos a la cocaína, el alcohol y las metanfetaminas.
- Salud mental
También existe una relación significativa entre el uso frecuente de pornografía y los sentimientos de soledad, incluida la depresión mayor. El consumo frecuente de pornografía altera el cerebro de manera similar a las alteraciones neurológicas de los adictos a la cocaína, el alcohol y las metanfetaminas. Esto ocurre porque al usar ciertas conductas o sustancias que no satisfacen realmente a nivel emocional, les provoca hastío.
Participación de los padres
La fuente principal de información afectivo sexual debe venir de los padres, siendo la referencia más directa, además de abrir la comunicación en este sentido con los hijos, para dar pié q un posible diálogo, y evitar que los adolescentes aprendan sobre las relaciones sexuales, el embarazo y el control de la natalidad por lo que ven en televisión o Internet. Para ello los padres, además de hablar, deben controlar los contenidos que ven sus hijos, pudiendo restringir diferentes sitios webs.
La mejor solución para que los adolescentes puedan tener una buena salud sexual en el futuro y disfrutar de relaciones saludables con sus parejas, es la educación familiar, y cuanto antes mejor dentro de la etapa de la adolescencia. No es tan importante prohibir como informar.
Los padres deben hablar con sus hijos con honestidad, confianza y sobre todo, con una mente abierta con la que se sientan cómodos para responder a las preguntas que sus adolescentes quieran hacerles. De esta manera se podrá evitar que los hijos sientan miedo o vergüenza en cuanto a mantener este tipo de conversación con sus padres. La naturalidad es clave en todo esto.
De esta manera, los adolescentes sabrán qué es aceptable y qué no lo es, tanto en sus relaciones afectivas como en sus relaciones sexuales. Estar informados, formados y preparados, nos da herramientas para vivir mejor y saber lo que queremos, y éste es un tema que se debe abordar con naturalidad en el seno de la familia.
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