El director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental Celso Arango, manifiesta que en la adolescencia es un error pensar que una vez que la persona comunica ser “trans” no hay retorno, ya que en esa edad muchas cosas son modificables
Celso Arango (Palma de Mallorca, 1968) es uno de los psiquiatras más prestigiosos de nuestro país. Ejerce como director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental y jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y Adolescente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. “Hay que distinguir entre esos niños que desde pequeños perciben que son de un género distinto a su sexo y esta corriente actual de adolescentes, muchos de ellos con un trastorno mental de base sin que la incongruencia de género lo sea, que, en un momento determinado, porque han hablado con algunas personas, dicen que son “trans” como solución a todos sus problemas mentales”, señala.
El médico, cuyas principales líneas de investigación son los trastornos del neurodesarrollo, psicosis de inicio temprano y prevención en psiquiatría, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPySM), desde enero de 2022 hasta junio de 2022 y miembro de la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos desde 2023, recibió el pasado año el Premio Margarita Salas en la categoría de carrera científica.
El 16 de febrero de 2023 se aprobó en las Cortes la Ley 4/2023, de 28 de febrero, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI o Ley Trans. Su aprobación en el Congreso y Senado desató una oleada de críticas y continúa provocando todo tipo de comentarios.
El Colegio de Médicos de Madrid también compartió su parecer a través de un informe: “la principal lealtad del médico es la que debe a su paciente y la salud de éste debe anteponerse a cualquier otra conveniencia” (CD Art 5.3) respetando los tiempos.
Libertad para sentirse o expresarse
Para este profesional el problema fundamental no está en esa ley desde el punto de vista médico, sino en las leyes autonómicas que -como apunta- son las que regulan el acceso a los tratamientos médicos como la hormonación o los tratamientos quirúrgicos.
“Se trata de una ley acientífica en el sentido que, por ejemplo, confunde el sexo con el género como si uno pudiese cambiar su sexo y sus cromosomas y nacer XX y morir XY o no ser un hombre o una mujer desde el punto de vista médico y tener cáncer de ovario o de próstata, algo que es innegable, es biológico. Se legisle como se legisle, no se va a poder modificar nunca”, recalca.
Considera adecuado que la ley prohíba las terapias agresivas y destaca que nadie tiene la potestad de decir a otra persona que tenga una apetencia sexual por uno u otro sexo, una identidad de género o una manifestación externa de un determinado género. “Cada persona es libre para sentirse o expresarse como quiera”, afirma Arango.
El reconocido psiquiatra subraya que no es correcto pensar que no hay retorno si una persona expresa ser “trans” habiendo que acompañarlo para que no se eche atrás, porque para él en la adolescencia, desde la orientación sexual hasta las dudas sobre la homosexualidad, el cómo se vive o se siente, es algo muy frecuentemente modificable. “Una persona que en un momento determinado dice esto y justo ese día va a un endocrino y durante una hora le dice que se siente hombre o se siente mujer siendo hombre o mujer desde el punto de vista sexual y lo hormona, la ha fastidiado y quizás al día siguiente o al mes se le ha pasado”, argumenta.
En la adolescencia muchas cosas son modificables
Muchos profesionales sanitarios han alzado la voz contra que no se quiera tener en cuenta su opinión profesional ya que entienden que pueden ayudar y mucho al menor en esa evolución
Según el jefe del Servicio de Psiquiatría del Niño y Adolescente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, la buena práctica médica hace que la espera sea un gran aliado, más aún cuando se trata con población infanto-juvenil, ya que: “Las cosas son modificables y, frecuentemente, lo que se piensa un día no se piensa otro”.
Muchos profesionales sanitarios han alzado la voz contra que no se quiera tener en cuenta su opinión profesional ya que entienden que pueden ayudar y mucho al menor en esa evolución. Arango sostiene que la prisa para intervenciones como lo son las médicas, como la hormonación o la cirugía, no es idónea y que se requiere de pausa y de una serie de mecanismos de seguridad. “La persona debe comprender el impacto que puede tener en su vida la decisión tomada y nosotros estar seguros de que no vamos a hacer más daño que bien. Entonces, para muchas veces estar seguros de que no hacemos más daño que bien, se necesita la intervención de distintos profesionales sanitarios”, expresa.
“En la población infanto-juvenil, el cerebro se encuentra en desarrollo y muchas veces no se toman las decisiones acertadas, por lo que es importante que distintos profesionales de la salud mental hagan una buena evaluación dado el impacto tan grande e irreversible que tiene la intervención. Y si no, ¿por qué no dejamos beber, fumar, votar o conducir a los menores de 18 años? No lo hacemos porque pensamos que no están todavía bien desarrollados como para tomar una serie de decisiones”, identifica el médico.
El estigma de la salud mental
Considera que hay mucha carga de estigma en todo, máxime en lo que concierne a la salud mental. “Me duele que precisamente los que muchas veces enarbolan en partidos políticos esa bandera de la salud mental son los que a la hora de la verdad les sale el estigma real y no son capaces de sacudírselo. Si son otras especialidades médicas no, pero en temas de salud mental ‘a mí no me pasa nada y no me va a pasar nunca’”, perfila.
Hace pocos días el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, ha recurrido ante el Tribunal Constitucional un inciso introducido por la Ley Trans de la Comunidad de Madrid al considerar que “patologiza a los menores y vulnera sus derechos a la intimidad y al libre desarrollo de la personalidad”. Arango es tajante: “Uno de los problemas de hacer cosas es estar alejados de la práctica clínica, de la realidad”.
“Ha habido un aumento del 2000% de adolescentes “trans”, sobre todo chicas que quieren ser chicos, muchas veces porque consideran que ser chicas es malo. Ciertamente detrás de todo esto hay muchísimo machismo. Estas leyes no hacen más que corroborar que si te comportas como un chico eres un chico y si te comportas como una chica lo mismo. Es realmente triste”, comenta.
Refiere que al Defensor del Pueblo alguien tendría que haberle explicado que en Medicina lo primero es la seguridad: “Muchas veces todas las medidas son pocas”.
Continúa: “En otros países no es que no obliguen a personas a ir a un profesional de la salud mental, es que, en países como Suecia, Reino Unido o Noruega y Dinamarca, están prohibiendo los tratamientos médicos irreversibles en adolescentes, y en España está permitido. Pienso que es muy difícil poder ir en contra de proteger al menor”.
Falta de información y desconocimiento
“Si se supiera la realidad clínica, la práctica médica y lo que sucede en otros países, probablemente no estaríamos hablando de esto”. – Doctor Arango
El director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental quiere recordar que, a cualquier adulto o menor, antes de hacerle un trasplante de hígado, de riñón o de corazón o una cirugía bariátrica, le ve un profesional de la salud mental. “¿Por qué no se quejan para otras patologías y sí para esta? Si al niño lo ve un pediatra o un endocrino no es denunciable, pero sí si le ve un psiquiatra o psicólogo infantil”, declara.
El experto confiesa que su sensación es la de que hay mucha ignorancia detrás de todo. “Si se supiera la realidad clínica, la práctica médica y lo que sucede en otros países, probablemente no estaríamos hablando de esto”.
“Dudo que el Defensor del Pueblo conozca y sepa que estos fármacos, hormonas, no están aprobados para este uso por parte de las agencias reguladoras y son fármacos que tienen efectos secundarios a corto, medio y largo plazo. Asimismo, producen problemas de esterilidad, disfunción sexual, problemas de desarrollo cognitivo…, que obligan a que se salvaguarde y maximicen las posibilidades de proteger a ese menor que por definición tiene una mayor dificultad de evaluar los riesgos y los beneficios como sucede en la Medicina y en la vida en general”, asevera.
El doctor Arango concluye con que es difícil explicarse que se vaya contra leyes que al fin y al cabo lo que hacen es seguir las directrices internacionales, la evidencia de lo que ha sucedido y está sucediendo en otros países. “Lo que pretenden conseguir es salvaguardar el beneficio del mayor número de menores posibles y evitar lo que está sucediendo, evitar a nivel mundial la proliferación de hormonación y cirugía de niños y niñas que meses y años después se vuelven atrás y luego, el retorno ya no es viable”.
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