Coincido con ella en un Congreso sobre Pornografía de la Universidad Rey Juan Carlos en el que participábamos. Estábamos en la misma mesa, pero con las distancias que impone el Covid, cada una en una ciudad, así que el primer contacto fue de forma online. Tengo que decir, que aunque habíamos hablado solo una vez por correo, desde el principio me pareció una persona muy interesante, y sus aportaciones muy importantes y necesarias para el momento que nos ha tocado vivir, y lo que hoy es menos usual, totalmente documentada, y cuando lees su libro lo entiendes.
Anna Plans siempre se define, primero como madre, y luego viene todo lo demás, que no es poco. Estudió Ciencias Políticas, Filosofía y Neurociencia. Es Técnica Superior de Marketing digital e investiga el impacto de las tecnologías en los adolescentes.
Pertenece al grupo de expertos de la Fundación Aprender a mirar, de donde es profesora, y está especializada en mujer e hipersexualización. Anna es la Presidenta de la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales de Cataluña. Pero además de todo esto, ha sacado tiempo para plasmar su experiencia e investigaciones en un libro que, cuanto menos, sirve para conocer el mundo en el que estamos además de ser una gran ayuda para padres y educadores. Respeta mi sexualidad, es un libro imprescindible en el mundo actual.
Woman Essentia.- ¿Por qué y cuándo decides escribir sobre este tema tan polémico y necesario a la vez? El título de tu libro claramente es una llamada de atención.
Anna Plans.- En realidad escribir este libro no estaba en mis planes. Pero cuando me lo propusieron, pensé que podía ser útil para que padres, madres y educadores abrieran los ojos y se dieran cuenta de la realidad hipersexualizada en la que viven sus hijos e hijas. En este sentido, he intentado recabar los suficientes datos para que puedan comprobar por sí mismos esa realidad. Por otro lado veía necesario que perdieran el miedo, a menudo me encuentro con educadores que no tienen herramientas, no saben por dónde empezar. Así que también he intentado ofrecer recursos útiles.
En definitiva un libro sencillo, útil, fácil de leer y al alcance de todos.
WE.- ¿Por qué crees que hemos llegado a esta situación?
AP.- El sexo vende y esa es la cuestión. Así, nos topamos con un mundo hipersexualizado desde que salimos a la calle, abrimos una revista, escuchamos una canción, vemos una serie o incluso cuando jugamos a un videojuego. Las redes sociales lo que hacen es perpetuar este modelo, pero con el agravante de que en este medio hay menos control y más visibilidad. De este modo, los menores se convierten en el blanco ideal. Normalizando la hipersexualización, el mercado gana. Y por si fuera poco, además se consigue blanquear la pornografía y la prostitución sin hacer mucho ruido.
Por otro lado hemos pasado de no hablar de “sexo” de forma natural con nuestros hijos por ser un tema tabú, a aplaudir una educación sexual que sólo tiene en cuenta la genitalidad y/o el placer como fin. De todas formas me gustaría saber cómo se puede conseguir una buena educación afectivo sexual si nuestros hijos cuando abren sus dispositvos o salen a la calle o incluso en sus colegios se topan con un mundo que está rendido a la dimensión del sexo más primaria. No se ha cultivado una educación afectivo sexual sana y no existe ningún tipo de regulación para proteger a los más vulnerables, así la normalización de la hipersexualización va socavando todas las facetas de nuestra vida.
WE.- Cuando empezamos la revista, hace ya 6 años, conté 15 artículos de cómo tener un culo 10 en las revistas más conocidas. La venta de pantalones con culos postizos y las abundancia de ofertas de cirugía para cambiar tu cuerpo ha pasado de las mujeres a las niñas, y se ha convertido en algo normal. Pero esto no es la mujer de verdad…
AP.- Pues imagínate en el mundo online, las influencers más seguidas son las reinas del postureo, que se dedican casi por entero a trabajar su cuerpo, son expertas utilizando filtros, estudian el look y la mejor pose hasta la extenuación. La mayoría muestran unas imágenes irreales que suelen ser frustrantes para las jóvenes, y las no tan jóvenes.
Estos modelos ideales pueden mover a muchas jóvenes a interiorizar un ideal corporal femenino como parte esencial de su autoconcepto. El problema es cuando este se percibe inalcanzable y la discrepancia entre el ideal y la realidad provoca malestar, repercutiendo negativamente en la autoestima. “Si no soy como ella, no valgo nada”. Quizá el aumento de las cirugías entre la población cada vez más joven tenga algo que ver.
WE.- No hay duda de que existe un “problema” de hipersexualización de la mujer, y como consecuencia, de las niñas, a edades muy tempranas. ¿Qué ha pasado? ¿Cuáles son las consecuencias de esto?
AP.- Respecto a la hipersexualización infantil parece que todo empezó en el mundo de la moda, publicidad y concursos de belleza. Existe un estudio muy interesante que muestra cómo las marcas de moda infantil sexualizan a los niños y niñas desde sus comunicaciones comerciales en internet y que cita un amplio número de autores que señalan que los sectores de la moda y de la publicidad son los que más han propiciado la aparición y el desarrollo de la sexualización infantil.
Hoy las redes sociales lo que han hecho es perpetuar este modelo hipersexualizado. Muchas mujeres y chicas que son referentes para las jóvenes, tras un aparente discurso feminista usan su cuerpo hipersexualziado para conseguir audiencia, fama o dinero. El problema surge cuando las jóvenes se lo creen. Porque hay evidencias que relacionan la hipersexualización con la baja autorestima. Y entonces aparecen las fragilidades contemporáneas con problemas como fobias sociales, anorexia, bulimia y depresión. Así mismo, una baja autoestima pede condicionar la elección de amistades y parejas tóxicas. Sólo hace falta ver el numero de menores enjuiciados por violencia de genero en los últimos años o el hecho de que la mayoría de jóvenes considera aceptable e incluso inevitable el control abusivo por parte de sus parejas.
No se ha cultivado una educación afectivo sexual sana y no existe ningún tipo de regulación para proteger a los más vulnerables, así la normalización de la hipersexualización va socavando todas las facetas de nuestra vida.
WE.-¿Qué podemos hacer para poner fin a esta situación? Parece complicado con la incongruencia que hay en el mundo, por un lado se reclama sin cesar los derechos de los niños (que a veces ha traído disparates), y por otro, no se les protege lo suficiente y se pretende que dejen de serlo lo antes posible.
AP.- El problema es que muchos de estos menores crecen solos delante de las pantallas. Y ¿quiénes les educan? Los influencers de turno que no se cortan un pelo para dárselas de entendidos en cualquier tema: sexualidad, salud, etc. Un menor sigue a su ídolo porque sale en una serie, una película, canta, o porque es sexy etc. El inconveniente aparece cuando algunos de estos ídolos se convierten en sus educadores. Y desafortunadamente, esto es lo que sucede. Falta compromiso de todos los actores: legisladores, medios, escuelas, pero principalmente padres y madres.
WE.-El problema de las insta-mamis. Las redes, especialmente Instagram, están llenas de madres que airean sin pudor su vida y la de sus hijos (algunas además hacen negocio de ello). Por muy natural que parezca ¿tiene esto problemas?
AP.- Pues yo creo que sí. Si bien es cierto que a menudo se comparte la intimidad de un hijo sin pensar que pueda tener consecuencias en su futuro. Por ejemplo, una inocente foto de una niña en bikini puede ser incluida como “aperitivo”en una lista de reproducción con contenido pornográfico. En este sentido, no hay cultura del dato. Hablo con madres que se sienten presionadas porque no comparten a sus hijos en la red o porque les tapan la cara.
Por otro lado yo les animo a plantearse que sus publicaciones formarán parte de la huella digital de sus hijos. ¿Se lo podrán echar en cara en un futuro? ¿Y si esta huella les perjudica el día de mañana, cuando busquen un trabajo? ¿Cómo vas a enseñarles que no deben compartir datos sobre dónde están, lo que ha pasado en el colegio o con quién han realizado una actividad concreta, si tu lo hacemos? Sin ánimo de juzgar a nadie, sería bueno que nos preguntáramos para qué compartimos la intimidad de los hijos. Eso nos ayudará a discernir a qué le damos valor. Sea cual sea la respuesta, es bueno ser conscientes de que, a cambio de la repercusión en redes o de un momento de fama, de dinero o de lo que sea, vamos a renunciar a una parte de su intimidad, con las consecuencias que eso puede acarrearles en un futuro. Si nuestra motivación principal es mostrar un modelo de vida, ¿no demostramos cierta arrogancia al pensar que somos «modelos» de algo? Y si además nos pagan por ello ¿se convierte nuestro hijo en un objeto que utilizamos en provecho propio?
WE.- La hipersexualización cambia el gusto de las personas… además cada vez se accede antes al consumo de pornografía online y más fácilmente, y es más normal que gente “normal” cree cierta adicción. El confinamiento lo ha puesto de manifiesto. ¿Cómo se entra en esta adicción? ¿Por qué los jóvenes son más fáciles para entrar en ella?
AP.- El cerebro adolescente es sensible, vulnerable y frágil. Tiene una gran capacidad de desarrollo, pero hay que cuidarlo mucho. Cualquier tipo de impacto potente continuado, como por ejemplo el uso excesivo de pantallas, las imágenes violentas, la pornografía, etc., tienen una carga muy fuerte por ser un estímulo muy poderoso en todo el sistema de placer y recompensa. En el estudio de determinadas zonas del cerebro de personas adictas se muestra cómo la conectividad de la corteza prefrontal es mucho menor: hay menos sustancia gris y menos conexiones.
La pornografía se ha banalizado, en parte, porque su acceso es gratuito. «Si es tan fácil acceder, no tiene que ser tan malo ». Los menores la consumen porque «es accesible, accedes desde cualquier dispositivo; anónima, nadie tiene por qué saber que tú la visualizas, los chavales saben borrar el historial, y asequible, no necesitas pagar.
WE.- Hay quien incluso pensará que no es malo que su hijo vea pornografía…¿cuáles son los problemas de este consumo?
AP.- Los padres y madres podemos ayudar a cuidar la salud mental de nuestros adolescentes, algo que cobra especial relevancia ante un escenario en el que cada vez aparecen más testimonios de jóvenes que luchan por salir de las consecuencias de esta plaga. Algunas evidencias ya están expuestas en multitud de estudios. Se ha probado, por ejemplo, que el consumo excesivo de pornografía puede llevar a querer consumir contenido más obsceno y violento, y también que puede provocar disfunción eréctil, bajo deseo sexual, masturbación frecuente con poca o nula satisfacción, dificultad para alcanzar el clímax en pareja , y también conductas sexuales de riesgo, comportamientos violentos y trato a la mujer como un objeto, expectativas irreales sobre lo que es el sexo, daños en el cerebro, etc.
Sin ánimo de juzgar a nadie, sería bueno que nos preguntáramos para qué compartimos la intimidad de los hijos. Eso nos ayudará a discernir a qué le damos valor.
WE.- Los padres siempre decimos mi hijo no…pero sí. ¿Estamos haciendo todo lo posible para evitarlo?
AP.- Yo opino que no estamos haciendo todo lo posible. Un reciente estudio revela que seis de cada diez padres desconocen qué contenidos ven sus hijos por internet. Y por otro lado la media de edad de acceso al consumo de pornografía en España es de 14 años. Pero diversos estudios avalan que, a los 8 e incluso 6 años, los menores ya se han topado con contenido explícito. ¿Qué está pasando? Estoy segura que muchos padres y madres se echarían las manos a la cabeza si alguien les propusiera dejar a sus hijos en medio de una calle de una gran ciudad a las 3 de la madrugada.
También ocurre que a la mayoría les da apuro hablar sobre la pornografía, o creen que poniendo filtros en los dispositivos o no comprando el móvil, es suficiente, pero no. A partir del momento en el que nuestros hijos se relacionen con otros niños o tengan acceso a dispositivos de cualquier familiar, deberíamos empezar a hablar del tema, siempre con un discurso adaptado a la edad del niño o de la niña. La realidad es que no se está haciendo así y la desinformación les está llegando a través de sus amistades, de sus influencers de cabecera, la pornografía , etc.
WE.- Hay que estar muy al día. Surgen nuevos términos y no sabemos de qué se está hablando. ¿Podrías explicarnos qué es el sexting y el grooming?
AP.- A partir de la hipersexualizacion aparecen nuevas formas de relacionarse entre las personas y a menudo estas derivan en nuevas formas de violencia online. Una de las nuevas formas de relación es el sexting (envío de mensajes de contenido sexual). Lo practican uno de cada siete jóvenes. Yo creo que antes se fumaba a escondidas, hoy se sextea.
Esta práctica en sí no constituye un delito, a no ser que sea coercitivo, pero las consecuencias de hacerlo pueden llevar a esas nuevas formas de violencia como la sextorsion, la pornovenganza, el grooming o el ciberacoso. Hay algunos educadores que animan a los jóvenes a practicar el sexting seguro.¡ Es una falacia! A partir del momento en que compartes una imagen, video o texto ya pierdes el control. También hay quienes recomiendan tapar zonas del cuerpo para evitar ser reconocidos. Pero yo me pregunto: ¿qué mensaje estamos lanzando cuando animamos a los menores a compartir su intimidad de forma despersonalizada? Si te conviertes en un objeto sin cara, sin rostro, sin personalidad, y por otra parte ya estas enviando una imagen partiendo de la base de que probablemente esa persona traicionará tu confianza y podrá ser enviada.
Respecto el online grooming tiene que ver con conductas efectuadas online por personas que buscan menores para satisfacer sus deseos sexuales, para lo cual pueden localizar imágenes sugerentes disponibles en la red o en los perfiles de redes sociales y contactar con sus protagonistas. Un suceso que puede servir para ilustrar un caso de online grooming que cobró mucha relevancia fue el de Amanda Todd, una chica de 15 años que subió en YouTube un vídeo antes de suicidarse, tras practicar sexting, sufrió primero grooming y después bullying y ciberbullying. Te animo a buscarlo en Youtube.
WE.-Se habla mucho de modelos y “empoderamiento”, a mí esta palabra no me dice nada y no me gusta. Tanto hablar de necesidad de modelos, por otro lado, parece que tenemos que estar dirigidos, que seguir a alguien, se coarta en cierto sentido la personalidad. ¿Qué opinas de esto?
AP.- Hoy la mayoría de referentes que la «petan» en los programas, series y redes sociales, están hipersexualizados y suelen presentarnos mujeres que, tras un aparente discurso feminista, usan su cuerpo para conseguir audiencia, fama o dinero. Muchas chicas expuestas de forma continuada a este tipo de referentes, se autocosifican pensando que así se van a empoderar. Y nada más lejos de la realidad porque hay evidencias que demuestran que a largo plazo, e incluso a corto, todo ello puede tener un impacto en su autoestima y bienestar emocional.
Yo prefiero hablar de autoliderazgo. Una persona que es capaz de gobernarse a sí misma, aunque no ejerza el poder sobre los demás, tendrá más serenidad interior y dominio de sí. El liderazgo empieza de dentro hacia fuera, Cuando te lideras, tu entorno te valora y te respeta. Y si no lo hace, lo asumes sin darle mayor importancia, porque nadie más que tú no lidera tu vida.
WE.- Parece de los modelos de comportamiento masculinos se han quedado como referencia en el tema de la pornografía y el sexo. Yo he oído a algunas decir: “si ellos pueden darle un <<gusto>> al cuerpo, yo también tengo que darme un gustazo. Es una mal entendida liberación de la mujer, mi cuerpo es mío y hago lo que quiero se entiende como ser más libre. ¿Qué consecuencias puede traer esto?
AP.- Sí efectivamente, hoy la mujer tiene más libertad para elegir. La cuestión es ¿elijo bien? ¿es bueno para mí? ¿y para los demás? . Todo ello sin perder de vista si puedo estar condicionada por los modelos que veo alrededor, o porque se ha “normalizado”.
La autocosificación, por ejemplo, puede provocar un sentimiento ilusorio de libertad. Pero a largo plazo (a veces incluso a corto), lo que ocurre es que se pierde el propio autocontrol y la cosificación tiene efectos perjudiciales sobre la autoestima. La relación entre la cosificación sexual y la autoestima ha quedado suficientemente probada. Las personas que experimentan autocosificación tienen baja autoestima global y baja autoestima corporal. En el caso que nos ocupa las chicas parece que eligen libremente, pero a menudo no tienen otras opciones y además estas elecciones no las hace más libres.
Me viene a la memoria un reciente programa de una cadena pública en el que se planteo si el satisfyer era la nueva revolución sexual de las mujeres. Estoy convencida de que no existe revolución sin afecto ni responsabilidad. Si solo pensamos en la autosatisfacción al final acabaremos solos: la autorreferencialidad absoluta impide el placer de la comunicación y logra que nada nos colme, ni el ‘satisfyer’.
WE.-Cada vez hay más palabras proscritas del vocabulario de la calle: virtud, pudor, intimidad… impensable usarlas. Incluso a otras se les cambia el significado. Se habla de valores, vacíos de contenido, o del “porno ético”.
AP.- Cuando pretendo hablar de virtudes y que no me miren raro, utilizo la expresión competencias. Y cuando cito la palabra pudor, ya ni te digo las miradas que me atraviesan recordándome que soy una carca. Y creo que eso es así, porque es un término cuyo valor no se conoce bien. El pudor es un escudo que puede proteger, por ejemplo, a una niña de sufrir un abuso. Respecto a la intimidad, debería ser un elemento clave a cuidar en la educación sexual de nuestros hijos. Dice el Dr Carlos Chiclana que una de las grandes inversiones que alguien puede hacer con sus hijos, o con aquellas personas a las que ayuda, alumnos, etc. es enseñarles a tener intimidad con las personas. La intimidad es lo más profundo de nuestro ser, nuestro mundo interior vivo y creador del que surgen los pensamientos, ilusiones, anhelos y deseos. Las consecuencias de no cuidarla y sobreexponerla puede ser nefasto para nuestra autoestima. Y lo de “porno ético” es una falacia. Es como hablar de trata de personas ética o de tráfico de cocaína ético. ¡Ni se nos pasa por la cabeza! El porno ético no es más que el blanqueo de la pornografía mainstream. Pero cada vez va calando más entre la sociedad. Y muchos “expertos” dicen: “si nuestros hijos van a consumir porno, al menos que sea ético”. Para mí es una rendición a la pornografía.
La intimidad es lo más profundo de nuestro ser, nuestro mundo interior vivo y creador del que surgen los pensamientos, ilusiones, anhelos y deseos.
WE.- La educación sexual, y en afectividad, es fundamental. Hoy día hay incluso empresas que se dedican a esto y tiene un verdadero negocio. Pero ¿todo vale?
AP.- Absolutamente de acuerdo. Para ser capaces de desarrollar una vida sexual sana y satisfactoria, la educación sexual debe comprender todas las dimensiones de la persona. Sin embargo, muchas de las propuestas que están surgiendo, las veo muy alejadas de esta premisa.
Además, yo creo que muchos han visto como una oportunidad para sacar beneficio y ofrecer un tipo de educación sexual en la que tiene cabida el “porno ético”. En estas formaciones pueden formar parte , por ejemplo, algunas actrices y directoras de la industria que se autodenominan “educadores sexuales”, así como otro tipo de empresas relacionadas de forma directa o indirecta con la industria del sexo.
WE.- Ahora viene lo positivo, seguro que todo esto tiene arreglo. ¿Cómo lo hacemos?
AP.- En el libro ofrezco recursos prácticos como por ejemplo, ayudar a mantener esas conversaciones que a veces nos generan reparo o cómo generar un entorno digital más seguro, etc.
De todas formas, siempre digo que la mejor receta es la que tiene como ingrediente principal el amor. El mejor escudo contra la hipersexualización es sentirse queridos. ¿Qué es lo que dejará huella a los menores? Nuestra mirada, nuestra forma de tratarles y la calidad del tiempo compartido. Incluyamos en ese tiempo un ocio saludable que les sirva para su crecimiento personal. Potenciemos en ellos los hábitos buenos, para que su cerebro emocional los incorpore. Así, en los momentos en que las pasiones se disparan o en medio de las crisis, esos serán los hábitos que predominarán. Cuidemos su intimidad desde la infancia y generemos espacios que favorezcan unos vínculos afectivos sanos. Evitemos sobreexponerles. En lugar de eso, tenemos que valorarles por lo que son, resaltar sus habilidades y quitar importancia a sus atributos físicos. Un menor que se sienta querido será capaz de tratarse bien a sí mismo, sin necesidad de sobreexponerse, valorándose por lo que es. Eso le capacitará para mantener relaciones sanas con sus semejantes.
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