Vivimos un momento de cambio que también afecta al sistema educativo.
Las empresas se están encontrando que saber mucho de una materia no es suficiente para poder desenvolverse eficazmente en el ámbito laboral. Necesitan talento que sea capaz de colaborar, liderar equipos, comunicar, gestionar el cambio, estar en constante proceso de aprendizaje, tomar decisiones, generar red de contactos, pero sobre todo que sus valores estén alineados con los de la compañía y tengan formación en inteligencia emocional, relacional y social.
En una sociedad en el que los valores han sido apartados, centrándonos en el “tener”, ahora necesitamos verdaderos líderes que no existen, porque hemos dejado de prestar atención a los valores que sustentan el verdadero liderazgo.
Durante mucho tiempo, se ha estado reclutando en las universidades en función de las notas, sin considerar la vocación de las personas. Ahora nos encontramos con muchos profesionales que necesitan reinventarse porque no soportan seguir trabajando en aquello para lo que en su día fueron formados.
Tener vocación es fundamental para ser un buen maestro. El niño necesita sentirse querido para que abra su disposición de querer aprender.
Nuestros centros educativos están llenos de personas que no les gustan los niños y que están desempeñando ese trabajo exclusivamente por una nómina, sin darnos cuenta que esas personas pueden estar provocando que éstos no puedan llegar a dedicarse a su verdadera vocación.
Muchos padres nos hemos centrado en que nuestros hijos fueran a los mejores colegios, aprendieran muchos idiomas, atendieran clases extraescolares pensando que así conseguirían un buen puesto de trabajo en el futuro. Ahora muchos de esos niños que están en edad de acceder al mercado laboral, están rotos.
Juniors de empresas que no soportan las correcciones, que no tienen la fuerza suficiente para superar la adversidad. No están conformes aunque estén en proceso de aprendizaje con sus sueldos. Chicos y chicas que están acostumbrados a vivir en el “yo” y no en el “nosotros” y además en muchos casos han perdido la capacidad de relacionarse. Sin perjuicio que muchas empresas en las que trabajan estén gestionadas por “jefes” y no “líderes”, lo que les provoca una gran insatisfacción por sus trabajos.
Pero hay muchos padres y centros educativos que nunca renunciaron a formar en esos valores esenciales a sus hijos y alumnos, estando ahora en una situación privilegiada para triunfar en el nuevo escenario laboral que se nos presenta.
Ellos tienen la base sobre la que sustentar el verdadero liderazgo. Personas que han sido educadas en la importancia del amor, la generosidad, la lealtad, la integridad, la justicia, la humildad, la libertad. Su comportamiento coherente con esos valores les da la confianza de las personas con las que se relacionan, su respeto y la autoridad, siendo capaces de influir en los demás sólo con el ejemplo.
Son personas que han sido educadas en el servicio a los demás y a la sociedad, por los que los convierte en verdaderos líderes de servicio. Liderazgos construidos desde el “SER”, no desde el “TENER”.
Formar Líderes de servicio es el gran reto actual de la educación si queremos transformar realmente la sociedad.
Para ayudar a ello un grupo de 31 coautores han escrito “Educa en positivo y lidera el cambio» de la editorial Tecnos.
Un libro con propósito de promover el Liderazgo de Servicio en la Educación, dirigido a padres, profesores, directivos de centros educativos y alumnos.
Despertar el amor por aprender en los alumnos, darnos cuenta del impacto de los valores en nuestra vida, una educación orientada a fomentar los talentos, la vocación… En definitiva, ser capaces de comprometerse con el liderazgo que les permitirá ser libres y exitosos en lo personal y profesional.
¡Todos podemos ser líderes! Te contamos cómo aquí. ¿Te animas?
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