La moda es un estilo de vida, una seña de identidad, es arte, disfrute y creatividad. Las prendas que usa cada persona y su modo de ser y actuar han de encajar y conformar un práctico equipo. Resulta incoherente que la persona que viste una falda de tul no se sienta ella misma llevando faldas. Sin embargo, seguir o no las tendencias que imperan en cada momento es algo opcional y dice mucho de la personalidad de cada uno. En la educación de los niños, enseñarles todo esto, facilitará su modo de expresión.
Silvia Baguer estudió Derecho y se diplomó en Dirección de Empresas. Es fundadora de la marca Morguer Design y resulta un verdadero ejemplo de superación, constancia y emprendimiento en su trabajo.
La moda siempre ha estado presente en la sociedad. A partir del siglo XV con el auge del comercio se refuerza. Este movimiento ha provocado parte de los cambios que han afectado a la humanidad. “Ya en el Paleolítico se utilizaban elementos para la confección de ropa de abrigo en época de más frío. Con astillas pulidas de hueso se creó la aguja y se cosieron prendas con tiras de cuero. Cada periodo histórico ha marcado las tendencias. Por ejemplo, en el Renacimiento la línea arquitectónica del momento tiene influencia en vestidos comprimidos con escotes cuadrados o zapatos en línea horizontal. También, los vestidos femeninos tratan de resaltar las caderas de la mujer potenciando la idea de fertilidad. Y así sucesivamente a lo largo de los siglos hasta la llegada de la diseñadora francesa Gabrielle Chanel o mundialmente conocida Coco Chanel. Su gran aporte al mundo de la moda significó un cambio radical en la ropa, pero fundamentalmente trajo consigo el sentimiento de libertad”, describe Baguer.
Moda y sostenibilidad: ¿es posible?
Para la directora de la marca Morguer Design, las tecnologías y el protagonismo fulgurante de las redes sociales han hecho de la moda tendencia. “Esto ha favorecido el crecimiento de la fast fashion y con ello, el no otorgar valor a las prendas y dificultar que las personas encuentren su propio estilo”, refrenda la empresaria.
Baguer declara que niños y jóvenes copian frecuentemente los looks de los influencers del momento, cuando por norma general, ni representan ni conocen el medio. “Puede verse el ejemplo en personas que se han hecho famosas por participar en programas de televisión y ante su visibilidad en las redes sociales, las marcas los convierten en sus prescriptores. Hoy, publicitan una cosa y mañana otra, lo que supone que se potencie el consumismo entre sus seguidores”, subraya la experta en el mundo de la moda.
Es muy importante la educación en los colegios. Ahí se enseña y promueve el reciclaje (lo mismo los gobiernos), la protección del medio ambiente o la sostenibilidad. “Si se desechan prendas constantemente difícilmente se puede hablar de sostenibilidad en la moda. Y en ocasiones, existe explotación infantil”, sostiene la CEO de Morguer Design.
Creatividad e ilusión al elaborar
La moda puede ofrecer mucho a los niños y adolescentes en su educación, sobre todo si buscan su distintivo personal. “Resulta extraño una niña a la que no le guste disfrazarse con ropa de su madre, ponerse unos tacones, idear faldas o vestidos con un simple pañuelo o el niño que se hace una capa con cualquier cosa que encuentra por la casa… De niños utilizamos esa libertad y creatividad que nos brinda la moda para convertirnos en lo que queramos, mostrarnos como somos y sentirnos cómodos y guapos con nuestras creaciones. Sin embargo, al crecer, la mayoría entra de lleno en las tendencias que la sociedad marca en ese momento”, refiere la representante de la firma Morguer Design.
Silvia Baguer considera que sería recomendable que los niños tuviesen más información sobre el mundo de la moda para poder opinar y enfrentarse a diario a ese campo. La moda supone posibilidades. “Si no sabes que existen los “guantes de ópera” no podrás utilizarlos. Si el año pasado te compraste una cazadora de cuero y la has desechado porque te han dicho que no está de moda, puedes hacerla de manga corta o añadirle un complemento y puede representarte más. Seguramente no sea tendencia, pero la elegancia es atemporal y en casa puedes reciclar, crear e ilusionarte con algo. De hecho, puede resultar ameno y entretenido hacerlo en familia. Todo se trata de educación”, argumenta la especialista en vestimenta.
Permitir a los niños elegir y ser
Juana María Cortés, empresaria y propietaria de un comercio en Palma de Mallorca, ADlluna, habla como profesional y madre y está de acuerdo en que la moda va mucho con la forma de ser de cada sujeto. “En ocasiones, los padres queremos indicar o aconsejar a nuestros hijos sobre su indumentaria, pero ellos lo tienen claro y lo rechazan, no se encuentran cómodos, no se ven bien o se sienten disfrazados, ya que dista de lo que sienten en realidad”, relata Cortés. Aunque también defiende que a veces resulta recomendable arriesgar por una tendencia, pero sin que ello suponga ser otra persona o hacerlo por obligación o por formar parte de un grupo y verse aceptado.
Los niños, sobre todo cuando entran en la adolescencia, desean destacar, ser tenidos en consideración y se identifican con algún personaje popular o famoso, sea cantantes, actores o actrices, influencers… “En cuando al modo de consumir y comprar hay que hablar mucho con nuestros hijos. Si ya tienes tres vaqueros no cojas otro, elige otra cosa, un chándal, un legging o espera a que esté más usado. Cada niño es un mundo, eso es verdad. En mi caso, tengo dos hijos y a mi niña le gusta más estrenar y comprar que a mi hijo, aunque no apuesta tanto por las marcas como él. Todo se resume en un tema de educación: entran en juego nuestros consejos y nuestra labor de asesorarles convenientemente y hablarles de la responsabilidad cuando ya tienen una edad y pueden ir a comprar ellos solos y con su dinero”, subraya la empresaria, quien remarca que hay que apostar por el comercio local, más en estos complicados momentos.
Compromiso con el medio ambiente
De niños elegimos modelos a quienes parecernos; de adolescentes buscamos identificación. “Lo cierto es que nos convertimos en personas muy influenciables a las modas, a la publicidad y el marketing. Las familias tenemos un papel muy importante para ayudar al niño o joven a decidir siendo coherente con sus ideales y no dejándose arrastrar por el consumo rápido e inconsciente”, certifica Guillermina García, psicóloga general sanitaria.
La psicóloga confirma que, si al joven le apasiona la ecología y/o está comprometido con los cambios sociales, se le puede hablar de la moda sostenible o enseñarle a buscar la procedencia de lo que compra para sensibilizarlo contra la explotación infantil.
En palabras de García, aquellas posibilidades que permitan a los niños y jóvenes, en cuestión de educación, asumir un pensamiento crítico respecto a la moda y les ayuden a elegir prendas con las que se sientan ellos mismos y estén a gusto, favorecerán que definan su auténtico “yo”, del mismo modo que su autoestima se verá beneficiada.
“Solemos pensar en la moda como algo frío y superficial, que poco se acerca a los ideales que queremos transmitir y enseñar a los niños. Sin embargo, si se trata de educar con una base responsable y sensata, es importante hablar de ello también”, sugiere Mariana Capurro, psicóloga con especialidad infanto-juvenil.
La ropa trasmite. Las familias dan ejemplo
La ropa que decidimos comprarle a nuestros hijos o que muchas veces ellos solos seleccionan, no solo adorna, trasmite, embellece, abriga y/o protege, sino que también impacta sobre derechos sociales y ambientales. Para la profesional, la educación va de la mano del ejemplo de las familias. Asimismo, hay que despertar conciencia, poner sobre la mesa conceptos como slow fashion, moda de segunda mano o reciclada y, explicar a los hijos que:
- no existen un canon de belleza ideal y única y suele imponerse por la sociedad y reafirmarse en las redes sociales.
- el marketing está hecho para hacer creer necesitar las nuevas tendencias (que no paran de cambiar) contantemente, entrando así en la vorágine del consumismo.
- es necesaria una mayor responsabilidad a la hora de tomar la decisión de comprar prendas de vestir.
- la industria textil es la segunda industria más contaminante del planeta y presenta irregularidades entorno a derechos sociales.
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