En el coloquio para BBVA y El País (Aprendemos juntos), José Manuel Zapata, tenor español hablaba de la música y los beneficios en los niños: “La música es el único arte que nos acompaña siempre, desde antes de nacer hasta que morimos. La música empezamos a crearla con nuestros corazones aproximadamente, a partir de la cuarta semana que ya somos”.
Zapata expresa que llegó a verse en la tesitura de indagar en su propio ser, en su existencia. Llegó a dudar sobre si era quien quería ser o quien los demás querían que fuese. Y cuando se sintió libre, se sintió feliz. Él sentía que su mundo era la música y lo que le hacía sentir. Cada persona tiene su mundo interior, sus ilusiones y sueños, aquello que verdaderamente le hace ser feliz y emocionarse. La música mueve el mundo. Todos hemos oído aquello de es un lenguaje universal. “La música es un lenguaje, una manera de comunicarse o un idioma. Es, además, una terapia”, declara Soraya Arnelas, cantante. Su canción “Rompecabezas” junto a Chenoa, incluido en el álbum “Luces y sombras”, está siendo un éxito.
Soraya, también empresaria en su firma CHOCHETE, habla de cómo la música influyó en su infancia: “Mi padre siempre escuchaba música, incluso en inglés, cuando él no sabe idiomas. Yo siempre le preguntaba por qué escuchaba música en ese idioma si ignoraba el significado. Él me contestaba que le llegaba y emocionaba igual”.
“Todos conocemos alguna canción que es especial para nosotros: bien porque la identificamos con algún momento vital o trascendental, porque nos recuerda a alguna persona importante o porque nos hace regresar a alguna escena del pasado que nos provoca sentimientos incomparables”, expresa la exconcursante de Operación Triunfo que en enero lanza nuevo tema con el cantante Lorca.
La música inspira y calma a los niños
Estudios abalan que la música estimula la parte derecha del cerebro encargada de las habilidades visuales y sonoras. Cuando el niño escucha una canción se incrementa su capacidad de concentración y su coordinación mejora. Cantar y bailar hace que los niños se expresen sin temor.
Respecto a los niños, la vocalista es clara: “La música para niños resulta una terapia en la que refugiarse. Me consta que niños introvertidos, niños enfermos y en talleres de apoyo utilizan la música como herramienta para liberar emociones, afrontar traumas, para la relajación...”. Arnelas continúa: “La música no existe solamente para bailar o conciliar el sueño. Los niños aprenden muchos contenidos a través de las canciones: Números, el abecedario, historias y cuentos, enseñanzas vitales o moralejas. La melodía y el ritmo hace que resulte más sencillo recordar ciertos asuntos”.
Soraya asegura no tener recuerdos de su vida sin música: “He vivido gracias a mi padre en una constante banda sonora y soy consciente que gracias a la música la persona es más sensible”.
“Los niños que escuchan música e incluso aprenden a tocar un instrumento son más creativos y su desarrollo intelectual es más óptimo. Todo son ventajas con la música”, concluye la cantante.
Las sensaciones que experimentan los bebés
Sandra García, psicóloga sanitaria habla de los beneficios que la música reporta en el desarrollo integral del niño y adolescente. “La música es todo un arte que esconde tras de sí la maravilla de estimular las diferentes capacidades físicas, cognitivas, sociales y emocionales”, subraya la profesional.
El fomento del desarrollo integral también ocurre al cantar o poner música al bebé. “La exposición de la música desde las 16 semanas de gestación va a influir en la relación que mantiene con su entorno. A esta edad el feto es capaz de discriminar sonidos agradables, desagradables y reaccionar ante ellos”, manifiesta García.
Dicen que la música amansa las fieras y eso es precisamente lo que les ocurre a los niños y en particular a los bebés. “Cuando escuchan las canciones de cuna reducen el estrés y se favorece en ellos el sueño y la relajación. Esto sucede especialmente cuando son cantadas por sus padres. Con ello se genera apego, se desarrolla la seguridad y se crea un mayor vínculo entre ellos”, explica la psicóloga.
Exponer al niño a la música en edades tempranas fomenta su creatividad y permite ampliar de manera significativa su vocabulario. “En estas edades se encuentran en plena elaboración del vocabulario. También se producen movimientos corporales que les ayudan a conocerse, descubrir su ambiente y generar el sentido de la responsabilidad”, declara la experta en psicología.
Por otro lado, la enseñanza de la música suele ir acompañada de la pertenencia a un grupo musical, ensayos en orquestas y bandas. “Con todo esto se mejora el trabajo en equipo, la colaboración y se afianza la relación entre compañeros”, asegura la experta. Y por supuesto, la música forma parte de eventos, ceremonias y celebraciones que llevan al disfrute de los que están presentes y la unión de carácter social”, sostiene García.
Su valor
En palabras de la especialista en psicología sanitaria: la música nos transporta a un viaje emocional maravilloso. “Es capaz de evocar en nosotros experiencias pasadas, imaginar experiencias futuras y despertar un sinfín de emociones, poniéndolas a nuestro alcance y actuando en nosotros como un analgésico natural”, asegura la profesional.
Según Pilar Fernández Sopena, profesora de guitarra clásica: “La música no está ni bien ni mal valorada en las escuelas. El problema es que no tiene el mismo valor que las otras asignaturas”, refiere la educadora.
Para la profesora, la música debería convertirse en una asignatura obligatoria. “Los niños deberían dar música desde el jardín de infancia hasta el último año de bachillerato, incluso en la universidad. Cuando esto no sucede puede afirmarse que en la enseñanza solo se trabaja con la parte intelectual”, asevera Fernández Sopena. Y subraya que:
- El trabajo rítmico en niños muy pequeños, a partir de 2 o 3 años, causa una evolución muy grande en la coordinación física y mejora la psicomotricidad. Es increíble los cambios que logran los diferentes ritmos tanto con el movimiento del cuerpo, como con instrumentos de percusión.
- A partir de los 6 años, trabajan con la motricidad fina de las manos con los instrumentos de cuerda o con los de viento aprenden todo el sistema respiratorio, tan importante para la buena salud.
- Cantar es el más sublime instrumento que tenemos, no necesita de nada externo. Cuando se hace bien, todo el cuerpo vibra de una forma u otra.
“La música te sitúa en un estado de estabilidad emocional y facilita la conexión con lo más profundo de uno mismo. Facilita la sensibilidad, comunión y el compartir cuando tocas con otros. Es una experiencia única y necesaria en el mundo en que vivimos”, remata la profesora.
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