En una sociedad donde se añade más valor a la imagen o la economía, encontramos a personas como María Menéndez Zubillaga, una mujer que ensalza el papel de la familia y de la construcción de la misma hacia la promoción de un futuro de calidad y labor social. La protagonista de esta importante acción es licenciada en Geografía e Historia, es presidenta desde 2013 de la Asociación de Familias Numerosas de Madrid. Es relevante señalar que consiguió, entre otras cosas, que la Comunidad de Madrid reconociera que no se podía enseñar conocimientos de tipo afectivo-sexual en talleres a los alumnos sin consentimiento de los padres. Fue educada, al igual que su marido en la fe católica, en el amor en el amor a la patria y con estudios en un colegio cristiano. Ambos miembros de la pareja vienen de familias numerosas: con hermanos, tíos, primos, abuelos, primos segundos… Según Menéndez Zubillaga de pequeños les enseñaron a ser responsables, a saber responder ante situaciones que sobrevienen, a compartir, a ser generosos, respetuosos, a cumplir con las obligaciones, y, sobre todo, a saber ser felices, sin que los bienes materiales y mundanos condicionen esa felicidad. Todo esto ha procurado trasmitirlo a sus nueve hijos. Otros tres no llegaron a nacer.
Woman Essentia.- ¿Qué es para María Menéndez Zubillaga la familia?
María Menéndez Zubillaga: La familia es el lugar donde naces, creces, te educan, aprendes, te acompañan, te dejan ir y donde terminas. Es la cuna donde naces y la cama donde mueres. Es el lugar donde tejes los vínculos afectivos más fuertes, que serán tu red para cuando caigas. Es la base de la sociedad que enseña y prepara para ir creciendo y creando futuro.
El rechazo a las familias numerosas
WE.- ¿Por qué cree que en nuestro país los partidos políticos ponen trabas ante la formación de esta sociedad (la familia)? ¿Por qué el ataque a las familias con más de dos hijos, las numerosas y, a los matrimonios y las pensiones?
MM: No todos los partidos van contra la familia, se salva alguno. Y no todos los políticos piensan como sus partidos. Todavía se salvan algunos. Lo malo es que la vida política lo acapara todo y es importante pero no exclusivo. No todo es la política. Es más, si dejaran más hueco, se colaría la sociedad civil y podría utilizar el gran poder que es el que tienen las personas, las familias, los ámbitos sociales. No obstante, en la actualidad, hay una fuerte ofensiva a la familia, al matrimonio y a los hijos, que además crece cada día y cada vez más fuerte. Pretenden imponerse a las personas y para eso deben deshacer la familia, por eso van contra ella. Las familias numerosas no les gustan porque esos hijos aprenden en la familia todo lo que ellos no quieren: la dependencia unos de otros, los vínculos afectivos, autonomía y sensatez. Los matrimonios son la base de una familia fuerte y estable y esto tampoco les gusta. Y el tema de las pensiones, los que están en el poder cada vez acaparan más los recursos y los impuestos y tramitan los bienes públicos restringiendo, para retener a las personas y hacerlas depender de ayudas. Y cuanto menos tengan, menos querrán protestar y reivindicar.
En la actualidad, hay una fuerte ofensiva a la familia, al matrimonio y a los hijos, que además crece cada día y cada vez más fuerte. Pretenden imponerse a las personas y para eso deben deshacer la familia, por eso van contra ella.
El valor de los hijos para la sociedad
WE.- ¿Qué quiere usted y la asociación conseguir para las familias numerosas? ¿Qué está haciendo la Asociación de Familias Numerosas de Madrid? ¿Qué falta en general por conseguir?
MM: Queremos ocupar el lugar que nos corresponde en la sociedad. Somos los que más hijos aportamos para el futuro, para el relevo generacional y para el bienestar económico de toda la sociedad. No nos consideran en lo que aportamos. Somos muy valiosos, no mejores, sino valiosos, por el tesoro que son nuestros hijos. Ahora se mira más por otros y nos anulan en favor de otros. En la asociación peleamos y reivindicamos lo que nos deberían ayudar y compensar por lo que aportamos, medidas correctoras para no discriminarnos frente a otros. Falta el valor de la familia, prestigiar la familia, la maternidad y el matrimonio. Se cambiaron estos valores por otros. Se ha dado la vuelta al calcetín y nos toca contratacar, testimoniar y exponernos en el ámbito público.
Trabajo y familia
WE.- Con la pandemia salió a la luz el gran problema social en el tema de la conciliación. Se hablaba de conciliación cuando se descubrió que era una falacia, ¿cuál es su opinión y qué cree que se puede hacer al respecto?
MM: Realmente las familias y en especial las familias numerosas, han conciliado siempre. Más que conciliar, que es una palabra más actual, han hecho y hacen malabares con las horas del día. Parece que ahora solo concilian las madres que trabajan fuera de casa y que este término lo han inventado ahora. Pero no es así. Incluso se emplea mal, porque solo hablan de conciliar el trabajo con la familia o al revés, como si fueran dos cosas iguales. La familia está por encima, es mucho más importante y necesaria. Además, muchas veces el trabajo profesional es precario y las madres o los padres solo desearían no tenerlo y cuidar a su familia. No todas las madres son ejecutivas o directivas. En la pandemia, muchos padres y madres se han dado cuenta del trabajo en casa y con los niños y compaginarlo con el trabajo cuando lo han podido hacer en casa. Han comprobado que les han estado empujando a construir un muro entre el trabajo y la familia, dos cosas incompatibles. Esto provoca frustración y tensión y, a pensar que no se puede compatibilizar. Y claro que se puede, pero, respetando ciertos límites en cada ámbito y siempre sabiendo que la familia está por encima.
¿Se da la espalda laboralmente a las mujeres con hijos?
WE.- Deseo conocer su parecer acerca de la brecha salarial entorno a las mujeres, más aún si son madres.
MM: No sé si actualmente hay brecha salarial solo por ser madre. Lo que parece es que no hay intención de ayudar para flexibilizar el trabajo y el horario laboral para que las madres puedan encajar. Por ejemplo, se hizo el esfuerzo de conseguir que los discapacitados encajaran en la vida laboral y social (rampas, señales, horarios y trabajos flexibles, se adecúan los trabajos a las personas). Con las madres no se hace. Van a por ellas, a intentar hacerlas escoger una cosa u otra. Y las madres tienen tanta riqueza adquirida con la maternidad para potenciar y mejorar el trabajo profesional, que es casi pecado ignorarlo y rechazarlo. Además de la riqueza que se aporta con los hijos. Todo el sufrimiento, cansancio, sacrificio, esfuerzo que se ha empleado en criarlos, educarlos, mantenerlos y acompañarlos, es como gestar una empresa súper eficiente, una por cada hijo. Y eso se desprecia, no se tiene en cuenta. No se valora.
El derecho de los padres a educar
WE.- La Asociación de Familias Numerosas de Madrid cree que la ley Celáa va contra la Carta de Derechos Fundamentales de la UE. ¿Qué se puede decir sobre esta controvertida ley? ¿Qué le dicen en general los padres acerca de la misma? ¿Dónde considera usted que queda el derecho a educar y decidir sobre los propios hijos?
MM: Los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos. Por ser padres, no por otra cosa y desde el mismo momento que son padres, que es cuando el hijo es concebido. El colegio o el estado solo puede meterse en la educación cuando los padres le vayan dejando. La ley Celaá va contra esto. Ya lo dijo la ministra: “No puede ser que se crea que los hijos son de los padres”. Ya sabemos que los hijos no son propiedad de nadie, solo de Dios. Pero los padres son los responsables, porque responden ante la llegada de un hijo: responden con su cuidado y alimentación y con su educación. Los padres deciden qué tipo de educación y a qué colegio llevan a sus hijos y esto, según sus convicciones morales, religiosas, filosóficas y pedagógicas. Todo está recogido en multitud de leyes y normas nacionales e internacionales. La ley Celaá es una provocación absurda, es una anulación de lo obvio, tan complicado de razonar. La asociación presentó una denuncia ante la Comisión de la Unión Europea, junto con CONCAPA (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos); la aceptaron, nos permitieron cinco minutos para exponer nuestras razones y sigue adelante en su tramitación. Está claro que los padres son los primeros y principales responsables de la educación de sus hijos. Responder ante el ataque a este derecho y deber fundamental es ridículo. El estado que denuncia que la familia es una hegemonía del heteropatriarcado opresor, intenta colarse en su seno y romper los vínculos afectivos, deshaciendo la familia y estableciéndose el mismo estado en opresor de las personas.
Los padres son los primeros y principales educadores de sus hijos. Por ser padres, no por otra cosa y desde el mismo momento que son padres, que es cuando el hijo es concebido.
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