Sabemos que la OCDE marca el 2050 como aquel en que la falta de sostenibilidad será una realidad en el sistema sanitario, afectando esto a nuestras vidas. Un horizonte donde más del 80% de la población vivirá en Smart cities, y donde imperarán las realidades digitales, modificando nuestro modo de vida y existencia. Pero ¿cómo llegaremos?, ¿serán sostenibles?, ¿y nosotros mismos seremos saludables, ante enfermedades que acechan nuestros próximos años incluidas las derivadas del mal uso digital?.
Pues para todo ello nació la metodología que sustenta el Programa ‘Alliance for Smart Healthy Children’, así se denomina el programa español con la primera metodología con consolidado aval de U4SSC, Naciones Unidas, para luchar contra las epidemias silenciosas en las smart cities. Publicada ya como referencia en el informe ‘Simple Ways to be Smart‘, dirigido por UNU-EGOV, gracias a la Iniciativa U4SSC, (iniciativa de ONU coordinada por la UIT, la CEPE y ONU-Hábitat).
Su objetivo: actuar como un acelerador de cambio para crear una ciudadanía más inteligente y saludable. El reto de la organización, es luchar contra las epidemias: obesidad, trastornos mentales, cáncer… construyendo Smart cities saludables.
Su metodología, como ejemplo, ha batido el récord de reducción del sobrepeso en Córdoba, en 2019, consiguiendo la reducción de un 14. 80% de IMC en la población infantil. Y, recientemente ha sido nominado al galardón de Cruz Azul de Emergencias por su asistencia a 11480 familias en pandemia.
Todo ello es posible gracias a la implementación de un método llevado a cabo por Dña. Sheila Romera Aznar, investigadora y promotora de la misma, directora del Programa y ahora vicepresidenta de la Smart Healthy Foundation junto a Jose Antonio Lorente, su presidente. Una fundación con un respaldo cada vez de mayor número de organismos.
Romera lleva los programas a través de retos, a todas las esferas sociales y económicas capilares de la Smart city para propiciar la sostenibilidad del sistema, y está dirigiendo investigaciones en neuro autocuidado en Smart cities, creando el programa Smart Mind, con la ayuda de expertos de todo el mundo, incluida la Unesco, con el objetivo de: educación, prevención y protección del aprendizaje y la mente, en esta era llena de cambios.
Woman Essentia.- Durante este tiempo el Programa y Metodología de Smart Healthy Children ha experimentado cambios, y cuenta cada vez con más instituciones ¿cuáles son los proyectos a implantar y en qué ayudarán a los niños del futuro?.
Sheila Romera.- Muchas gracias, es cierto que durante este tiempo, hemos ampliado y nuestros proyectos y líneas de investigación, ya que la metodología, al igual que nuestro programa es un organismo vivo, que cambia y pretende hacerlo dando respuesta a retos que mutan en la misma sociedad para mejorar en una evolución hacia un nuevo modelo de sostenibilidad desde la raíz del aprendizaje del hábito.
Actualmente ascienden a ocho los proyectos en vías de implementación, y se ha reforzado la investigación o los congresos que nos permitirán expandirnos a países interesados en smart cities abanderadas en salud (Perú, Francia, Argentina, Chile…).
Para comenzar el curso tendremos: Instituto Smart Academy, donde habrá expertos que en píldoras formativas darán asistencia a los temas más actuales e impartirán formación en autocuidado para niños, docentes o familias. Con expertos como Claudia Mori psiquiatra, Verónica Pedrón en nuevas tecnologías, Felipe Herrera en digitalización, el Doctor Martínez en salud y prevención…
También daremos un motivo a los centros para combatir el sedentarismo a través de Muévete Smart para fomentar tareas de movilidad sostenible que se premiarán.
Otros, como el Proyecto Educaconsulta, donde doctores del Hospital Arnau de Vilanova de Lleida o en Córdoba interaccionarán con los niños para acercarles o tutorizarles en la importancia de la salud. O como nuestro Proyecto Miko Smart Tutor para que los niños interaccionen con un robot, Miko y usen así el aspecto digital saludable que estará en las entregas de premios.
Pero si en algo destacan los proyectos que iniciamos en ciudades como Madrid, con la ayuda de COCEM, es que además incorporarán un nuevo Bloque de contenido: Smart Mind, que trata de las habilidades y destrezas destinados a la mente y las emociones.
Afrontamos todos ellos, además con especial ilusión, en la nueva cadena de colegios Smart Healthy Schools, donde espero se vean beneficiados de todo lo anterior.
WE.- Respecto a esta nueva línea Smart Mind, ¿por qué es necesaria y tan importante la salud mental?, ¿qué es obesidad digital?.
SR.- La necesidad se sustenta en que tras pandemia ha empeorado la salud mental. Según alerta la OCDE en su último informe, la mala salud mental genera un coste cercano al 4% del PIB europeo y afectará en el futuro, al triple de personas (patologías por stress, trastornos del sueño, ansiedad, disociación digital). También el móvil se considera “la nueva droga”, lo que ha determinado que los servicios sociales hayan atendido a un 57% de casos por abuso digital este año.
Pero además, que hayan incrementado los índices de obesidad infantil -se ha encontrado un exceso de peso en más del 45% de los niños- también está relacionado directamente con el exceso en el uso de nuevas tecnologías.
El abuso digital, es un peligro, y educamos en el buen uso ya que en nuestro estudio “Smart Schools 3.0 and habits”, pudimos comprobar cómo pasamos más del 60% del tiempo en diferentes dispositivos electrónicos. Y esto nos lleva a que sea más necesario que nunca hablar de obesidad digital. Hacemos referencia a ello por las consecuencias físicas como aumento de peso y cansancio.
Hablamos de estrés, insatisfacción, baja autoestima y cansancio, que son las emociones que están más asociadas con las conductas de obesidad digital.
Y en esto, está este bloque, Smart Mind, que va más allá de la salud mental, al estudio de la mente y los procesos de aprendizaje en habilidades que protejan a los pequeños, haciéndoles resilientes, y estimulando nuevas conexiones hacia su entorno.
Hemos comprobado que, al obtener una imagen más clara del funcionamiento de la mente como estructura generativa en evolución, obtenemos nuevos conocimientos sobre los procesos de las enfermedades, mejoramos quiénes somos, nuestro comportamiento, y ciudades.
El abuso digital, es un peligro, y educamos en el buen uso ya que en nuestro estudio “Smart Schools 3.0 and habits”, pudimos comprobar cómo pasamos más del 60% del tiempo en diferentes dispositivos electrónicos.
WE.- Este año, la atención a 11280 familias valió a A4SHC la nominación a la Cruz Azul de Emergencias y tenéis red de centros ¿Qué puede hacer un centro que desee participar?.
SR.- Así es, este año tuvimos el honor de ser nominados, tenemos que agradecer también a la Fundación Ciudad y Comercio y a los miembros de nuestra Fundación, en especial a Jose Antonio Lorente, que me está acompañando en esta travesía. Y también reconocer a grandes fundaciones y organizaciones que nos han apoyado en múltiples formas. Y si, es un gran reconocimiento, pero aún queda muchísimo por hacer.
Debido a que urge atender los efectos de esta crisis, con graves consecuencias para la infancia: el 40% de los niños de 8 a 12, tienen sobrepeso, además los niños sufren de menos oportunidades y desigualdades, con cada vez más amortización digital, control, desigualdad y mala salud… como dejamos claro en nuestro Estudio ‘Impact of habits during confinement’ de la metodología Smart Healthy Children and Smart Schools 3.0.
Y respecto a los centros, sí, hemos recibido una amplia petición de centros para participar, pero como sabéis, estamos en plena convocatoria. El modo es simple para inscribirse, se puede enviar un correo a sromera@smarthealthychildren.org y animamos a visitar la plataforma smarthealthychidren en zona centros o familia. Para la metodología es una máxima, en la medida de lo posible, atender no sólo proyectos con ciudades e instituciones o investigación, sino también a las familias.
Incluso estos centros, pueden optar a proyectos de actividad física en nuestro bloque IV Muévete. Ser inactivo aumenta tus riesgos de desarrollar muchas enfermedades crónicas como coronarias, ataques cerebrales, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. Por ello, en Muévete Smart, que acercaremos a ciudades y a los colegios, se propondrán divertidos miniretos con jornadas y premios por el uso de la bicicleta.
WE.- Sabemos que tu metodología y programas prepara para escenarios futuros. Pero, ¿cuáles son los principales retos educativos que nos esperan en el futuro?.
SR.- La pandemia de COVID-19 ha revelado muchas de las injusticias a las que se enfrenta la educación, desde el acceso inadecuado a Internet, hasta la inseguridad alimentaria. En el nivel de necesidades básicas, España, ciudad pionera en el avance de Smart cities, es por lo contrario, uno de los países con más pobreza infantil.
Ya tras la crisis sanitaria hay 2,3 millones de niños que viven en la pobreza ( Geografía de la pobreza infantil en España, Informe del Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil). Esto pone en evidencia que la denostada educación, no sólo debe valorarse más, sino debe tomarse como la solución de gran parte de los retos de las smart cities.
Otro reto fundamental es la brecha digital, que es ahora más amplia que nunca, porque en un mundo que promete una nueva dimensión para la formación, con metaversos donde se pretende interaccione el aprendizaje, actividades inmersivas e interactivas, aproximadamente el 29 por ciento de los jóvenes en todo el mundo, alrededor de 364 millones de personas, no están en línea.
Además, los maestros educan y hacen más tareas que solo el aspecto académico, como se pretende, el e-learning en un multiverso haría que se perdera la emoción, y debemos asegurarnos de que nuestros maestros estén capacitados para poder brindar apoyo socioemocional.
Ya que lo que sucede con esta ingesta de tecnología sin control emocional es lo siguiente: en España, el 21% de los adolescentes españoles es adicto a la red. Todo ello, es parte de los retos a los que nos enfrentamos, pero que desde muchas instituciones, ya se están haciendo muy buenas labores al respecto.
WE.- Por último, es un esfuerzo no fácil, que los programas abarquen tantos ámbitos, ¿a qué se debe el vinculo en tus estudios y programas entre mente, la educación y la ciudad?.
SR.-Si, es un esfuerzo ver las implantaciones como algo holístico o seguir investigando sin cesar, pero es una obligación. A medida que nos acercamos a una Smart city, la demanda de desarrollo de tecnología y resolución de problemas de TI sigue creciendo, pero para hacer una ciudad más eficiente en cuanto a entorno y resiliencia, es imprescindible, ir más allá del internet de las cosas: al modo en que están conectadas las cosas. Y no podemos subestimar u obviar esto, para ser honestos.
Así, la ciudad, al igual que el cerebro, a medida que ha ido aumentando su tamaño y elevando su grado de complejidad, muta en su estructura, continuamente reconfigurándose, estableciendo un mayor número de sinápsis o interconexiones entre las diferentes “neuronas urbanas”, al igual que el cerebro.
Al observar la red neuronal del cerebro observamos alrededor de 69 mil millones de neuronas. Un universo en sí mismo y como él, tiene nodos conectados por filamentos, pues bien, nuestras ciudades pueden ser estimuladas a crear muchas conexiones a través de la salud de igual modo y aprender y mutar en ese sentido.
El investigador Mark Changizi ha analizado en su estudio la relación entre ambas, concluyendo que son muy parecidos en su funcionamiento.
La metodología y nuestros programas sacan una lección de ahí, la multidisciplinariedad: es decir, no analizamos la educación, la salud, la mente, como algo aislado. Esto lleva a la metodología y al programa, a tener en cuenta a los agentes de la ciudad. Por ejemplo, urbanistas colaborando por la salud de las Smart cities con otras disciplinas, como la psicología ambiental, los educadores, neurociencia.
Pero además, esto podría amortiguar situaciones futuras, como la siguiente: ya han creado un metaverso, espacio similar a Internet pero mucho más inmersivo. Promovido por Syllicon Valley o Faceboook, en el que los usuarios (a través de avatares digitales) podrán trabajar, interactuar entre sí en tiempo real.
Pero ¿una ciudad se considera «inteligente» con este metaverso donde pasaremos gran parte del tiempo, sin solucionar los problemas y trastornos digitales disociativos, o generando sobrepeso con otras comorbilidades que harán que vivamos enfermos?.
Una falta de estructura, de herramientas para adaptarnos, puede suponer no sólo el repunte de enfermedades en los niños ( Smart citizen mañana), sino la también centralización de esas ciudades y economía en manos de unos pocos.
Esto es lo que hace, que merezca la pena, no cesar en este esfuerzo, que como dices, no es sencillo, pero que puede ayudar a millones de personas en el futuro.
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