La Biblioteca Nacional de España celebró el pasado 16 de octubre la VIII Edición del Día de las Escritoras, para reivindicar la labor y el legado de las mujeres que han escrito a lo largo de la historia. Y durante unos días se celebró en bibliotecas, universidades y colegios españoles distintas actividades en torno a ellas.
La iniciativa corrió a cargo de la BNE, la Federación Española de Mujeres Directivas y Ejecutivas Profesionales y Empresarias (FEDEPE) y la Asociación Clásicas y Modernas. Este año se ha unido también a la celebración la ACE (Asociación Colegial de Escritores y Escritoras de España) y CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos)
“El placer, la alegría y la risa de las mujeres” fue el tema elegido por la comisaria y escritora Marta Sanz en esta edición y en torno a él, diversas mujeres del mundo de la cultura, como la escritora Elvira Lindo, la periodista Angels Barceló o la dramaturga María Folguera leyeron 21 textos de escritoras desconocidas y consagradas, clásicas y actuales.
Ana Bujaldon, presidenta de FEDEPE, hizo hincapié en que sólo “17 mujeres han ganado el Premio Nobel de Literatura y que cada palabra escrita por una mujer es un paso más hacia un mundo igualitario y diverso”. Además, alentó a las nuevas generaciones a introducirse en la labor de la escritura: “La alegría de descubrir nuevas voces es igualmente poderosa en un mundo donde a menudo se prioriza la fama y el reconocimiento”.
Por su parte, Amparo Zacarés, presidenta de Clásicas y Modernas, recordó que las mujeres siempre han leído, aunque se lo prohibieran sus padres o maridos, incluso después de terminar las tareas del hogar o la crianza. Y siempre han escrito, aunque fuera con pseudónimo y nombre de hombre.
Marta Sanz expresó su gratitud, recalcando que “tenemos muchos motivos para quejarnos, como la brutalidad y las desigualdades, pero podemos quejarnos reivindicando la alegría, la risa y el placer que durante mucho tiempo nos han sido vetados”. “Hay mujeres que gozan comiendo, viajando, escribiendo… o disfrutando de un amor que no tiene porqué ser el centro de su vida”, añadió.
“Este año queremos hacer del Día de las Escritoras una jornada de doble celebración. Celebración de una escritura y de una manera de percibir la realidad silenciada durante mucho tiempo, y celebración de esa expresión del gozo, la alegría y la risa que a menudo también es un tabú para mujeres educadas en la abnegación, el comedimiento y el sacrificio”, finalizó la escritora.
Fue una alegría y una necesidad satisfecha escuchar los ecos de esa risa de las mujeres, a través de las palabras escritas ayer, narradas por las voces de hoy. Qué importante es reivindicar la alegría y hallarla entre los versos tristes de la soledad. Qué necesario darle importancia al placer cotidiano de las mujeres, que no es solo sexual.
Un placer sentir la mística de Teresa de Jesús y la “Insolación” de Emilia Pardo Bazán. Escuchar los poliamores barrocos de “Las gracias mohosas” de Feliciana Enríquez, los deseos de reír de Alfonsina Storni y la risa ronca de Gloria Fuertes (porque ella era alegre hasta en invierno). Reír con la receta para provocar sueños eróticos de Remedios Varo, la ración de alegría de Carmen Martín Gaite y “El aliento poético de Mercè Redoreda”, de Montserrat Roig, comiéndose una espalda de cordero. Y de postre, un pedacito de “Inés y la alegría” de Almudena Grandes.
Todavía se puede escuchar el placer, la alegría y la risa de las mujeres en la Biblioteca Nacional…
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