El pasado 23 de enero murió Gertrudis de la Fuente a la edad de 95 años, una larga vida dedicada a la investigación y la enseñanza, quizás para muchos desconocida a pesar de sus méritos.
“El hombre está hecho para resolver problemas debido a sus altas capacidades y para ser feliz”.
Gertrudis quería ser maquinista de pequeña quizás porque esta su padre fue maquinista de ferrocarril, y sus ganas de saber y estimulación precoz hicieron que con 12 años termina en un pupitre al lado del profesor, siendo la única niña en la clase, y sufriendo las burlas de sus compañeros, cosa que sin duda no la achicó e imagino que más bien la estimuló.
Durante la república conoció la trayectoria de algunas mujeres que la marcaron e inspiraron, una de ellas fue Victoria de Kent, que se llegó a convertir en su ídolo.
Nunca se desanimó a pesar de los parones ocasionados por la situaciones que tuvo que vivir, no estudió bachillerato hasta que su padre de jubiló y pudieron volver a Madrid, la Guerra Civil que paró sus estudios, los profesores la desanimaban para ser matemática o física…siendo embargo la química bien vista para las mujeres debido al trabajo de laboratorio, eligiendo así esa carrera, descubriendo su gusto por la bioquímica gracias a una conferencia. Se aceptaban sus sugerencias, pero nunca se ponía a una mujer en puestos directivos.
“La investigación científica es la fuente más segura de progreso para un país. Sin embargo parece que la ciencia es víctima de la incapacidad de los gobernantes de lo que viene bien al país”.
Se definía como una adicta a la enseñanza, “enseñanza adicta” en sus propias palabras. Fue profesora de investigación del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols, que forma parte del CSIC. Era Comendadora de la Orden de Alfonso X y presidía la Cátedra de Ramón y Cajal. Lideró la sociedad española de bioquímica y coordinó las investigaciones sobre el aceite de colza cuya comisión de investigación presidió. En el año 2015 recibió el premio Club de las 25, formado un grupo de mujeres que apoyan la presencia de la mujer en todas las esferas de la vida pública.
Su visión optimista de la vida fue, sin duda, la que hizo posible su constancia en perseguir sus sueños, Ella misma dijo que había disfrutado todo y los sacrificios de trabajo no eran tales ya que lo había disfrutado.
Creía en un uso correcto y honesto del conocimiento como único avance de la sociedad y era optimista en cuanto que confiaba en que era ese el camino que seguiría la misma.
“Piensa en el futuro, saca jugo a la vida”
La utopía para ella consistía en conseguir una sociedad estructurada con tales recursos de corrección que ayude a los ciudadanos a ser honestos. Que ella misma se autorregulara a pesar de los intentos de hacer trampa. Sin embargo decía que una sociedad formada por corruptos está corrompida y no se arregla de forma espontánea..
Respecto al problema de la conciliación laboral de la mujer madre, la solución no era para ella solo la igualdad, sino que iba más allá, decía que hace falta “ una protección especial como guardiana de la especie, ya que gravita sobre ella misma la responsabilidad de que los hijos crezcan bien y sean buenos ciudadanos y felices”.
Esta postura es, sin duda, una revalorización del papel que la mujer ha tenido a lo largo de la historia y sigue aportando a la sociedad. Y su vida, todo un ejemplo de lucha por hacer lo que se desea hacer, con alegría.
FUENTE: Foto Noticias Universia. Video Z films.Comunidad de Madrid