“Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan el respeto a sus maestros”.
Pero, “¿Qué les pasa a nuestros jóvenes? No respetan a sus mayores, desobedecen a sus padres. Ignoran las leyes. Hacen disturbios en las calles inflamadas con pensamientos salvajes. Su moralidad decae ¿Qué será de ellos?”
“No veo esperanza para el futuro de nuestra gente si dependen de la frívola juventud de hoy en día, pues ciertamente todos los jóvenes son salvajes más allá de las palabras… Cuando yo era joven, nos enseñaban a ser discretos y respetar a los mayores, pero los jóvenes actuales son excesivamente ofensivos e impacientes a las restricciones”.
Bueno, esto no es el resultado de una conversación entre abuelillos.
La primera frase la escribió Sócrates en el año 400 a.C., la segunda es de Platón, en la misma fecha, y la tercera es de Hesíodo, en el 700 a.C.
Así que no hay que preocuparse, todo tiene arreglo, y los jóvenes de hoy en día, al igual que los de todas las épocas, son rebeldes, pero son el futuro y son nuestra esperanza, y la suya propia, ya que están labrando su camino
Sin embargo, hay que añadir algo que es tan optimista y es que gracias a los avances tecnológicos, nuestra tarea como padres y educadores, es un poquito más difícil que antes. En cualquier lugar y momento tienen a su alcance gran cantidad de información, muchas veces distorsionada, y que a los padres, sobre todo a partir de determinadas edades, se nos pone bastante difícil poderla controlar.
Además estas nuevas formas de comunicación generan una ansiedad que, según datos de la Organización mundial de la salud, hará que en los próximos 20 años, la depresión será la enfermedad más común en todo el mundo.
Tirar la toalla no es una opción, valores
Pero no nos quedemos ahí, los padres tenemos una función, si cabe más presente que hace siglos. Hay más peligros y más modelos equivocados. No podemos, ni debemos delegar nuestra papel y obligación en la educación de “nuestros hijos». Ni en el entorno, que a veces era el que ayudaba, ni en los profesores.
Fomentar el diálogo y hablar con ellos… Y no cansarnos de hacerlo, porque no hay ninguna situación que no se pueda arreglar, tirar la toalla, no es una opción. Además, debemos adelantarnos a la información que les transmite la sociedad, dándoles objetivos por los que luchar y pautas a seguir. Y desde luego, tenemos que estar en la misma sintonía que el resto de educadores de nuestros hijos.
Augusto Cury, psicólogo y escritor, dice que educar no es corregir errores, sino dar ideas, yo añadiría que es darles las armas para poder crear y contribuir a formarse con un espíritu crítico, y así tener sus propias ideas.
Educar en los valores que les lleven al discernimiento entre lo bueno y lo malo, entre lo correcto y lo que no lo es, y así ser libres para tomar sus propias decisiones y construir su futuro, y en última instancia el de la sociedad.
La libertad sólo se ejerce realmente cuando se tiene información, dominio de uno mismo y capacidad crítica.
“Hay que sembrar con sabiduría… Y cosechar con paciencia, tener esperanza en el futuro, aunque los jóvenes nos decepcionen en el presente«, Augusto Cury.
Referencias Padres brillantes, Maestros fascinantes. (Zenith) Hijos brillantes, alumnos fascinantes. (Zenith)