Natalia Sanchidrián es una mujer que sufrió abusos en su niñez y problemas de alimentación en la adolescencia que se prolongaron varios años. Pero logró superarlos apostando por el perdón y el cambio interno, y hacer de sus vivencias un aprendizaje constante que ofrecer y con el que ayudar a otros que buscaban luz en sus vidas. Pese a las crudas vivencias del pasado, con dislexia y sin estudios previos, es formadora en técnicas de liberación emocional y tiene en su haber cuatro libros. Tres libros con la Editorial Planeta: «Volando alto», «Feliz de ser yo» y «Prueba de fe» que se espera para esta primavera. «Tu libro interior» (autoedición) es una edición limitada y especial para la gente que desea escribir un libro.
Woman Essentia.- Hay una frase que usted refiere que es: “No sabemos lo fuerte que podemos llegar a ser hasta que tenemos que serlo”. Echando la vista atrás, ¿siente que ha sido fuerte y continúa en esa vía? ¿Qué le lleva a seguir hacia adelante con una sonrisa?
Natalia Sanchidrián.- Creo que el ser humano es fuerte por naturaleza. Es decir, creo que solo con el tiempo aprendemos acerca de los miedos, las inseguridades… Pero en general, los niños, desde pequeños, no piensan que no puedan conseguir algo, ni enfrentarse a situaciones, no temen el cambio. Simplemente lo hacen. Cuando nos desarrollamos como adultos, fomentamos miedos y diversas creencias, y entonces incrementamos nuestra inseguridad y olvidamos lo fuertes que llegamos a ser. El ser humano supera divorcios, enfermedades y crisis económicas como las actuales. Mi manera de pensar es que casi siempre vamos a poder salir de cualquier situación que se nos presente porque el ser humano está preparado para ello.
La fortaleza, el sufrimiento y el perdón
WE.- En muchas ocasiones, las personas confundimos “ser fuertes” con vernos obligados a estar bien la mayor parte del tiempo y que nadie nos vea caer. ¿Considera que es un error impedirnos llorar o mostrar debilidad? Y, por otro lado, ¿debemos permitirnos sufrir?
Natalia Sanchidrián.- Por supuesto es un error sentirnos mal por mostrar nuestras emociones e intentar evitar sentir. Esto es parte del ser humano. El ser humano es un ser emocional, y las emociones existen. Otra cosa es que las queramos ocultar y eso no nos permite mostrarnos como realmente somos, lo cual es un regalo. Reprimirlo no significa que dejemos de sentir.
El sufrimiento puede ser a veces innecesario, y hablo por experiencia. Ciertos momentos nos metemos en un rol de víctima, que sin darnos cuenta no nos deja ver que somos capaces de salir de casi todas las situaciones que se nos presenten. Sin embargo, también nos olvidamos de pedir ayuda o no vemos los apoyos. El sufrimiento es muchas veces remediable. Frecuentemente sufrimos más de pensamiento. El adulto sufre más porque piensa mucho en el pasado y el futuro. Preocuparnos y el pensamiento compulsivo nos hace estar en esa constante pesadumbre.
WE.- En su primer libro “Volando alto”, expresa que: “depender de fuentes externas para sentirnos reafirmados no nos ayuda”. ¿Qué debemos tener presente cuando afrontamos un bache o una crisis vital?
Natalia Sanchidrián.- Fuentes externas como apoyo depende. En “Volando alto” hablo de las drogas. Si consideramos las ayudas de profesionales por supuesto. También la música y el deporte. Pero las adicciones no. La medicación nos ayudará en cierto momento. Con el trastorno de la conducta ocurre estas cosas. Debemos rechazar esas fuentes destructivas como el alcohol, la comida o las compras de un modo compulsivo.
Trabajo y objetividad en el cambio
WE.- Nos da miedo el cambio -como usted dice-, porque nos da miedo sufrir. Actualmente vivimos muchas variaciones (emocionales, económicos, sociales y sanitarios). ¿Qué podemos hacer para que los cambios impliquen prosperar?
Natalia Sanchidrián.- Cuando intentamos una transformación o un cambio creemos que será para mejor. De hecho, ese es el miedo a salir de la zona de confort. Debemos sopesar y ver qué puede plantear cada cosa y de manera objetiva. Y dejar a un lado “Y si…”. Para que un cambio implique prosperidad es enfocarnos en la realidad, y si tomamos decisión llevarlo a cabo. Debemos tomar acción en algo y ser disciplinados. Esa es la clave esencial. Hay que ponerse unas prácticas, muchas de por vida, y ejecutarlas. Somos impacientes. Pero debe ser día a día y con objetivos, y eso requiere esfuerzo. No hay que rendirse, porque cuando se abandona llegan las inseguridades. Hay que conseguir los propósitos a diario. Nuestro centro debe ser el bienestar.
WE.- Cuando miras atrás, a su niñez, ¿con qué mirada lo hace? ¿Lo hace desde la culpa, el miedo, la pena, el arrepentimiento, la nostalgia…? En “Feliz de ser yo” asegura que hay que dejar la culpa atrás. ¿Qué implica ese proceso?
Natalia Sanchidrián.- Dejar atrás la culpa implica el perdón, hacia uno mismo y hacia los demás. La culpa no nos lleva a ningún sitio. Solemos enfocarnos en un pasado. Tenemos que avanzar, buscar el cambio. Un juego estupendo sería despertarnos cada día como si no tuviéramos memoria (en cuando al miedo, culpa, rechazo…). Seríamos más felices. El proceso de perdón es dejar ir el pasado. Sea lo que sea lo vivido, podemos pedir perdón, incluso de un modo introspectivo con nosotros mismos, igual con otras personas. Dejémoslo ir. Esto implica una sensación de libertad y felicidad muy importante.
Superar retos
WE.- Usted explica en sus redes sociales que continúa una lucha constante y se muestra con ganas de superación y de afrontar toda adversidad. ¿Qué estímulos le permiten transitar con calma por el mundo y sus circunstancias?
Natalia Sanchidrián.- Dos cosas importantes. En primer lugar, la palabra “luchar” no me gusta. Prefiero “superar los retos” que implica la vida. No siempre estoy en calma, pero he aprendido a identificar cuándo lo estoy. Tengo herramientas para poner en funcionamiento y me ayudan a practicar y a llegar a esa calma. He de ponerlo en práctica todos los días: mañana, mediodía y noche. Pero, hay que hacerlo. Si te aferras a logros del pasado, algo que te acerca al bienestar y la disciplina, consigues llegar a la calma cuando se ve lejana.
Historias de vida
WE.- El objetivo de “Tu libro interior” es “compartir bienestar a través de la esperanza”. ¿Podría hablarnos de alguna historia personal que le haya hecho modificar alguna idea propia arraigada?
Natalia Sanchidrián.- Sí, por supuesto. Hay muchas historias personales que me han ayudado a modificar creencias o ideas arraigadas. “Tu libro interior” es un libro para compartir historias de gente que quiere y no sabe cómo hacerlo. La escritura nos ayuda a compartir y liberarse del peso emocional que llevamos dentro. Muchas historias personales me han ayudado a cambiar. Comparto una de una entrevista que tuve y que me ayudó a cambiar mi vida. Era una entrevista en Frankfurt y había puesto muchas expectativas. La entrevista había ido muy bien. Yo tenía muchas ganas de trabajar con ellos e intenté dar lo mejor de mí y en un momento de la entrevista me dijeron: “¿Por qué no intentas ahora ser tú misma y dejar de venderte, si no ser la verdadera Natalia?”. Y me puse a llorar. Yo sobreactuaba. Les dije que tenían razón. Creí que no me darían el puesto porque me habían visto vulnerable. Pero me llamaron porque querían a gente humana, no máquinas. Descubrí que no tenía que venderme y exagerar. Debían quererme por ser quien era.
Liberarse con la escritura
WE.- Todo el mundo puede participar del programa “Tu libro interior”?
Natalia Sanchidrián.- Desde luego. Hay muchísimas personas que creen que no saben o pueden escribir o que no tienen las capacidades para hacer algo. No todo el mundo escribe fácilmente ni se le dan bien determinadas cosas. Pero cualquier persona puede liberarse con la escritura. “Tu libro interior” es un programa que no habla de cómo escribir un libro, si no que nos invita a ser nosotros mismos a través del autoconocimiento. Permite hacer esa introspección tan complicada. Es un programa que busca el cambio en las personas, que las ayuda a descubrirse cómo son en realidad: a descubrir habilidades, capacidades, virtudes, que no eran conscientes de poseer. Es una manera de plasmar en un papel lo que no hemos podido verbalizar. Quienes han trabajado con él dicen que es de lo mejor que han hecho. Me ha pasado igual. Es un viaje a tu interior que nos ayuda a sanar heridas profundas del pasado.
Una mano amiga
WE.- Da conferencias a nivel internacional y sesiones individuales online, ¿existe alguna premisa que utilice la gente y que usted cree que debe desterrarse para afrontar ciertos obstáculos?
Natalia Sanchidrián.- A las personas les gusta trabajar conmigo tanto, más que por lo que comparto (no enseño nada nuevo, hay tantas herramientas que compartimos muchos profesionales), por el ejemplo. La práctica es diferente que la teoría. Si quieres saber que ha sentido alguien que viene de cruzar un puente, hablas con alguien que venga de allí. Yo recuerdo a la gente el potencial que pueden llegar a tener. Soy el ejemplo para mí misma, y habiendo transitado ciertos caminos, puedo enseñar a otros a hacerlo, y a atisbar el cambio. Vengo del mismo sitio que otros: de la sencillez, de familias humildes, con trastornos, de sufrir abusos…, y ver que he podido remontar y transformar retos para ver que la vida es maravillosa, es alentador. Ocurre transformando nuestra percepción para ver algo como realmente es, y mirando hacia adentro. Recuerdo a la gente que viene a escucharme que en esta vida se puede ser feliz a pesar de las circunstancias que hayamos vivido o estemos viviendo. Buscan una mano amiga, no a una persona que haya estudiado cinco carreras.
Desaprender y reprogramar la mente
WE.- Solemos escuchar discursos como: “No puedes hacer esto» o «No puedes lograr un cambio en lo otro”. Incluso llegamos a decírnoslo a nosotros mismos frecuentemente. ¿Qué estamos logrando con eso? ¿Qué debemos hacer para escucharnos internamente y lo que en verdad precisamos?
Natalia Sanchidrián.- El cambio de hábitos es posible, pero no es tan fácil como parece. Tenemos que ser conscientes que durante mucho tiempo hemos estado viendo las cosas de un modo y las hacemos nuestras. Esto es un trabajo de constancia. Debemos descubrir que somos más que nuestras creencias. Lo que necesitamos es reprogramarnos, reprogramar nuestra mente o desaprender lo aprendido. Tenemos que ir a nuestro inconsciente, lo que nos ha hecho limitarnos. Para eso hay muchos métodos, herramientas, técnicas de liberación personal como refiero en mi primer libro. También está la meditación para equilibrar el hemisferio izquierdo con el derecho. Siempre utilizamos la parte izquierda, lo que nos han dicho, nos han enseñado…, y para eso hace falta práctica.
WE.- “Prueba de fe” se lanza esta primavera, ¿qué supondrá? ¿Qué mensaje guarda para el lector?
Natalia Sanchidrián.- Es un libro muy bonito. Cierra la trilogía con Planeta y es mi favorito de los tres porque lleva esperanza al lector. Recopila el trabajo de otros compañeros. Habla de la muerte, la enfermedad, la confianza… Va a ayudar mucho, y más en estos momentos. Considero que va a ayudar a muchas personas que se sentirán muy identificadas.
Fuerza y vulnerabilidad
WE.- Como lectora, ¿tiene en su estantería algún libro al que guarde especial devoción? En los momentos en los que Natalia quiere respirar y desconectar, ¿qué necesita?
Natalia Sanchidrián.- Hay muchos libros. “Usted puede sanar su vida” de Louise L. Hay, es mi primera toma de conciencia en cuanto al pensamiento y como puede afectar tu vida. “El poder del ahora” de Eckhart Tolle, “Tus zonas erróneas” de Wayne W. Dyer o “Morir para ser yo” de Anita Moorjani. “El poder de la biología” de Bruce Lipton también es muy bueno. No obstante me quedo con el primero. No obstante, me quedaría con el primero.
En cuanto a la desconexión, cuando lo necesito dejo todo lo que tenga que hacer, incluso la lectura o cualquier agente externo. Me voy a caminar entre la naturaleza, al campo o a un parque, donde pueda escuchar los pájaros y respirar. Si no puedo, medito en casa.
WE.- Ahora que regresa con fuerza al trabajo, y que se la espera con ganas, ¿qué cree que la hace tan querida entre los lectores?
Natalia Sanchidrián.- Si los lectores se identifican conmigo o me tienen cariño es porque escribo desde el corazón. Les recuerdo a ellos: vulnerables y con una fuerza increíble, con errores y virtudes, que necesitamos aprender a perdonarnos. No soy ni más ni menos que un reflejo de ellos mismos, con lo bueno y lo menos bueno.
TU LIBRO INTERIOR AQUI
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