Ha muerto Zaha Hadid, la gran visionaria del Siglo XXI, una mente sublime que se adelantó a su tiempo, como lo hicieron Leonardo da Vinci y Julio Verne. A lo largo de su carrera, la británica de origen iraquí (1950 Iraq – 2016 Miami) venció toda clase de obstáculos gracias a su extraordinaria visión arquitectónica pero sobre todo al tesón que le daba una personalidad sin precedentes en el mundo femenino. Su principal motor era llegar a lo más alto en una profesión de hombres, superando su doble “handicap”: ser mujer y de un país árabe. Durante años, fue una arquitecta que no lograba construir. Sus proyectos se descartaban por ser demasiado irreales, etéreos, futuristas… De hecho, su estilo ha sido bautizado como «neofuturista». Se caracteriza por intensas formas curvilíneas, zoomórficas, de inspiración vegetal animal y estructuras geométricas de una exquisita estilización y pureza de líneas.
Zaha abrió su propio estudio en Londres en 1980, pero no fue hasta 2006 cuando consiguió ver inaugurado su primer edificio: un hospital oncológico en Escocia. Las puertas de se le abrieron al ganar el mayor prestigio en Arquitectura: fue la primera mujer en ser reconocida con el Premio Pritzker.
“¿Mi peor momento? Toda la lucha por ser aceptada y convencer a otros de que mi trabajo era algo serio y viable. Pero yo me mantenía fuerte, no perdía mi entusiasmo y no dejé de investigar.” Zaha Hadid
El hecho de que sus diseños se quedasen sólo en el plano, puede atribuirse a que llegaban con antelación. Zaha fue siempre por delante de su tiempo. El ejemplo más elocuente fue su proyecto para la Opera de Cardiff (Gales). Tras ganar el concurso, los políticos se conjuraron para evitar que lo construyese por ser demasiado atrevido. Todo cambió en 1992 cuando la empresa Vitra le encargó una estación de bomberos en Weil am Rhein (Alemania). Cinco años después surgieron aires nuevos. Su colega Frank Ghery inauguró el Museo Guggenheim de Bilbao. A partir de entonces, la obsesión de toda ciudad por innovar y poseer un edificio icónico, le benefició a Zaha. Su arquitectura espectacular, casi imaginaria, encajaba perfectamente con esta nueva corriente. Su mente, creadora de proyectos de rabiosa novedad, rompiendo con toda tradición, por fin empezaba a ser valorada. En poco tiempo, pasó de artista incomprendida a “starchitect”, icono de la cultura Pop y portada de la revista Time. Su bautizo al mundo de las estrellas fue la colaboración con Karl Lagerfeld: el pabellón Mobile Art de Chanel de Paris en 2007.
Zaha pasó de no poder construir a no poder dejar de hacerlo; de soñar con llevar a la realidad sus creaciones, a ser la arquitecta mas demandada del mundo. Sus edificios eran objeto de deseo en los cinco continentes y su estudio no daba a basto. Le solicitaron obras de todo tipo: instalaciones deportivas como el complejo de esquí de Innsbruck o el centro acuático para las Olimpiadas de Londres, museos como el Rosenthal de Cincinnati (USA) o el Maxxi de Roma, pabellones, estaciones ferroviarias, colegios… y por fin, su “espina clavada”, una ópera, que esta vez si se construyó: la Opera de Guangzhou en China.
Elegir entre sus obras es misión imposible. Por poner un par de ejemplos de su desbordante creatividad: Para el edificio Wangjing Soho en Pekin, se inspiró en los movimientos de los fluidos de un abanico chino, creando tres edificios de cristales de roca verticales.
Para el Auditorio Juan Sebastián Bach en Manchester (Inglaterra) Zaha diseñó, en una inmensa caracola. Se inventó una membrana de tejido traslúcido articulado por una estructura interna de acero suspendida del techo, un caparazón ondulante que cambia de ritmo según las vibraciones del interior. Paneles acústicos invisibles suspenden sobre el escenario para dispersar el sonido, dejando así a la caracola todo el protagonismo visual. La instalación está diseñada para ser transportada y reinstalada en otros espacios similares.
A pesar de su prolífica labor, Zaha no se conformó con crear arquitectura. Fue además, una maestra y versátil diseñadora, visionaria del dia a dia. Diseñó todo tipo de objetos como cubiertos, joyería, zapatos, botas, trajes de baño, lámparas, sillas, mesas, camas, perfumes, alta costura e incluso yates.
Zaha Hadid falleció en Miami a causa de un ataque cardíaco el 31 de marzo 2016. Tenía 65 años. La británica de origen iraquí es ya considerada la arquitecta más destacada del siglo XXI.
“Más que un estilo, lo mío es intentar estar siempre en la frontera de la innovación. Lo esencial es tener el coraje de arriesgar y desarrollar nuevas ideas.” Zaha Hadid
En su estudio trabajaban 350 personas, cifra que dimensiona su trayectoria si se compara con las 65 que empleaba en el 2003. Ese año visitó la Coruña para defender su proyecto, Casa de la Historia, un diseño fiel a sus principios pues, según sus palabras: “construimos edificios como joyas”. Zaha era una apasionada por la mas pura estética y tuvo tantos partidarios como detractores. La falta de unanimidad es un precio que se paga cuando se desafían los límites, tanto los constructivos como los profesionales. Zaha Hadid pasará a la historia por su contribución a ensanchar los cánones no sólo de la Arquitectura, sino de la estética y el diseño en el siglo XXI.
Querida Zaha, el mundo ya te echa de menos. Ahora queda por ver la apasionante tarea de tus arquitectos seguidores pues seguro que muchos de tus innumerables proyectos conservados en plano, verán la luz en los próximos años. Tu estela va a ser intensa, larga e incluso avanzada para tiempos venideros. Has creado un nuevo lenguaje arquitectónico que es puro arte del futuro.
Y volviendo la vista atrás, recordando arquitectos… sería fascinante poder escuchar la conversación de bienvenida que te brindaría nuestro maestro Gaudí, en tu llegada al más allá. Seguro que ambos os entendéis a la perfección en una simbiosis de mentes nacidas para construir sueños.