Tres de cada cuatro jóvenes se declaran creyentes en una encuesta realizada en ocho países de cuatro continentes. La mitad dice que la espiritualidad está más presente en sus vidas que hace cinco años. Los ateos o agnósticos son, en su mayoría, hombres, y por lo general, de niños tuvieron fe, pero la abandonaron en torno a los 14 años.
Son resultados del estudio Footprints. Young People: Expectations, Ideals, Belief, basado en una encuesta realizada a una muestra de casi 5.000 personas de 18 a 29 años. El objeto de la investigación era medir el grado de creencia y de práctica religiosa entre los jóvenes, así como la influencia de su fe en sus actitudes personales y cívicas.
Este trabajo, del que Aceprensa ha publicado las principales conclusiones, es iniciativa de un grupo internacional de investigación creado por la Universidad Pontificia de la Santa Cruz (Roma). Han participado, además, otras siete universidades de: Argentina, Brasil, España, Filipinas, Kenia, México Reino Unido. El sondeo ha corrido a cargo del instituto demoscópico español GAD3.
En el conjunto de la muestra hay gran mayoría de creyentes, aunque la mínima se da en España (35%), superada ligeramente por Italia (42%). En estos dos países, donde se aprecia una fuerte secularización, el estudio observa también una tendencia menor pero significativa: la minoría creyente mantiene la fe más por convicción personal que por tradición.
Los hombres son mayoría –el 56%– entre los jóvenes ateos o agnósticos. El máximo masculino –el 61%– se da en Italia, seguida por España. Lo más común es que dejen de creer hacia los 14 años: Los argumentos contra la religión que mencionan los jóvenes ateos o agnósticos coinciden bastante con las objeciones clásicas. La más frecuente es que la existencia de Dios es incompatible con el sufrimiento que hay en el mundo.
De todas formas, seis de cada diez jóvenes ateos o agnósticos dicen que han rezado alguna vez, por encontrarse en una situación difícil. En conjunto, el estudio refleja que el retroceso de la religión entre la juventud no se puede dar por descontado y, en cualquier caso, no sucede en todas partes. La secularización se observa sobre todo en zonas del mundo donde la población está envejecida, mientras que la fe se mantiene bien en países de África o Asia con abundancia de jóvenes.
¿Qué se puede hacer para mejorar esta situación? Entre las diferentes actuaciones, destacaría: la formación en la fe en la familia y el ejemplo de los padres. También establecer medios y actividades de apologética adaptadas a la edad de los jóvenes en centros educativos, además de en las parroquias.
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