¿Podemos ilusionarnos?
Todos sabemos que la realidad política y la realidad de la vida de los ciudadanos de a pie, son líneas paralelas que nunca se cruzan. Sin embargo, tras lo acontecido esta tarde entre el Partido Popular y Ciudadanos, se encienden pequeñas chispas para poder constatar si de «de una vez» nuestros políticos son capaces de anteponer el Bien Común a los intereses partidistas.
El líder de Ciudadanos en Andalucía, Juan Marín, comparecía ante los medios de comunicación para hablar sobre los términos de la reunión que ha mantenido con Juan Manuel Moreno, presidente del Partido Popular de Andalucía, para llegar a un pacto que permita una alternancia en el Parlamento Andaluz tras 37 años de gobierno socialista.
Andalucía es la Comunidad más grande de España, y con mayores registros de paro y corrupción, dos de los problemas que más preocupan. Sin olvidar la inaudita red de cargos públicos ligados al Partido Socialista.
¿A qué Bien Común nos referimos?
Andalucía, con su grandeza histórica, con su arte indiscutible, en el más andaluz sentido de la palabra «arte», como tercer motor de la economía nacional, merece una mejor gestión de sus recursos, tanto humanos como naturales para conseguir el Bien Común: erradicar la corrupción actual, dar ejemplo de que sí es posible generar empleo, y mostrar al resto de España que si se puede salir de la dependencia vital de los favores de un partido político.
Andalucía tiene la oportunidad de demostrar la verdadera solidaridad con el resto de España, como por ejemplo, eliminando el discriminador Impuesto de Sucesiones.
¿De qué han hablado?
Se ha puesto encima de la mesa temas como:
- La reactivación económica de Andalucía.
- Bajada de impuestos gracias a una nueva política fiscal.
- La eliminación del Impuesto de Sucesiones.
- Medidas para el empleo autónomo y la agricultura.
- La gestión del agua.
- La Sanidad y la Educación.
- Los servicios sociales y las ayudas a las personas dependientes.
- La regeneración democrática de la administración pública andaluza.
Si los votantes andaluces no ven que la realidad política no termina atendiendo a sus necesidades reales, y se cruzan en el camino, dejando atrás las líneas paralelas, entonces perderemos la ilusión.
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