Madrid se llenó ayer de color verde esperanza, la convocatoria anual en defensa de la vida, la de aquellos que nadie defiende, a los que no se les deja vivir, o de aquellos, que perdidos en el dolor y la desesperanza creen que ya no merece la pena luchar, la de muchos que no saben que hay oportunidades… juntó a 687 jóvenes voluntarios y más de 40.000 personas que tienen claro que la vida merece la pena.
En medio de este disparate de sociedad donde solo tiene cabida lo negativo y lo desquiciado, enaltecido gracias a la manipulación del lenguaje y donde los políticos nos imponen conceptos cuyo significado trastocan, con el único interés de manejar a las masas alegremente en el nombre de falsos sentimentalismos y de ideales que no lo son, la «esperanza» en un mundo mejor todavía tiene seguidores. Un mundo amable, que ofrezca la mano al desvalido y al desorientado, que entregue su tiempo y de «la cara» por aquellos que la sociedad quiere descartar por que no son útiles, o porque me incomodan o me van a suponer un esfuerzo extra, aunque sean mi propia sangre…
No hubo insultos, ni acusaciones, sino respeto y mucha, mucha alegría. Porque esa es la vida que se defiende, la que tiene esperanza en un mundo mejor, aquella que cree que el amor es la vía para ayudar a los demás, y que hay que dar oportunidades y la mano, al que se ha perdido.
Que viva la vida y el latido del que no llegó a nacer…
Cantaban a los que «brillan desde el cielo» y a esos infinitos sueños por cumplir.
El acto se convirtió en un homenaje a todos aquellos niños que no han nacido y que no nacerán, pero cuya dignidad, increíble respeto y amor, se defendieron…y sobre todo, tener conciencia de que ¡podrían haber tenido una oportunidad!, y que la lucha porque otros la tengan seguirá.
«...quiero cuidar este regalo que has puesto entre mis manos». Era la respuesta de estos jóvenes, que valoran el amor que han recibido y quieren dar a los demás. Mariana y su marido fueron un gran testimonio de que no hay nada anormal en tener dos niños con síndrome down porque son tus hijos y los has deseado y esperado, porque el amor sigue, a pesar del miedo y la ignorancia, donde el padre es también una parte muy importante de esta aventura y de la lucha, sin duda, por que estos niños tengan más autonomía.
Mariana hizo un llamamiento a la verdadera inclusión, la verdadera aceptación de la diversidad y la eliminación de barreras, que empieza porque se reconozcan sus derechos antes de nacer.
El amor como solución…además del compromiso
El testimonio de los raperos que defienden el AMOR para evitar el suicidio, que no es mejor por ser asistido, como alternativa a la eutanasia, y cuya canción ya ha tenido respuestas de agradecimiento, incluso ha llegado a ser manipulado por ciertos medios. Es una pena que algunos piensen que el amor es exclusivo de los católicos.
La única y verdadera reivindicación es la igual dignidad, respeto y derechos de todas las personas… partiendo del primero de todos: el derecho a vivir. A partir de ahí, toda la inversión debería estar dirigida a buscar ayuda ante las situaciones más complicadas, que la ayuda llegue a todos los que realmente la necesitan, para que nadie se tenga que arrepentir de nada y todos tengan una oportunidad. Esto sería el verdadero indicador de un ESTADO DE BIENESTAR.
No permitas que mi insensatez…. deje de abrazar este regalo
Creo que este domingo pasado ha demostrado que la lucha no va a parar, que los jóvenes...y algunos no tan jóvenes, no se dejan manipular por aquellos que defienden la cultura de la muerte, y prefieren confiar en el poder transformador y esperanzador de la cultura de la vida. Para ello es necesario que los políticos se impliquen, y se comprometan en la defensa de la vida de todos y en todos los estadios de la vida, para lo que necesitarían nobleza de espíritu, y eso está muy en desuso. Que la ciencia investigue en este sentido también, para que se ofrezcan avances, no hacia la destrucción, sino que sean acordes con la dignidad que la persona se merece.
El minuto de silencio abrumador y los globos lanzados al cielo en homenaje a los dos de más de dos millones de niños que no han nacido en España desde el año 1985, celebraron que alguien se acuerda de ellos.
A esta iniciativa española, se ha unido América Latina y algunos países de Europa y…
¡No conseguirán que paremos de bailar!
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