El Parlamento Europeo ha publicado en 2021, una guía del lenguaje políticamente correcto, “Glosario del lenguaje «sensible» para la comunicación interna y externa”, para el personal y los diputados. Este documento ha sido elaborado por la ‘Unidad de Igualdad, Inclusión y Diversidad’ de la Dirección General de Personal y por la Dirección General de Traducción.
El glosario se divide en tres partes: la primera recoge la terminología para referirse “correctamente” a los discapacitados; la segunda, es para «personas LGBTI+»; la tercera para “etnias, migraciones y religión”. En suma, se trata de la agenda de género, la corrección política y la inclusión.
En el primer capítulo del glosario, el Parlamento Europeo rechaza términos como discapacitado o inválido, en favor de circunloquios como una “persona con discapacidad” o “con defectos congénitos”. También rehúsa palabras como diabético o cojo, en su lugar, aboga por usar «persona con diabetes» o «usuario de muletas o de un andador»
En la segunda parte, la más importante, Terminología sobre las personas LGBTI+, se ha agregado + a la sigla, la adición de otros grupos sexuales «no binarios», según terminología de inclusividad obligatoria. Este capítulo contiene definiciones sobre las nuevas identidades de género/sexo. Así, «Género no conforme», se aplica a una persona cuya identidad de género no se corresponde con el sexo que se le asignó al nacer; «Género fluido» a una persona sin identidad de género fija, etcétera.
Además, el Parlamento Europeo considera «inapropiado» decir madre y padre, sexo biológico, transexual, matrimonio de pareja y del mismo sexo, debe decirse « progenitores» (pueden numerarse), « sexo asignado», « persona trans, persona transgénero», «relación (o pareja) de personas del mismo sexo» y «matrimonio igualitario». De esto último se infiere que los matrimonios heterosexuales son matrimonios con desigual
Finalmente, en el apartado relativo a etnias, migraciones y religión, se evitará el término «inmigrante de segunda o tercera generación» en favor de «persona de origen migrante» o «descendiente de personas que migraron». En lugar de mulato debe decirse birracial o multirracial o mestizo. Y para definir a un blanco, se prohíbe “caucásico” (definición antropológica), debe decirse un «blanco».
Y para aquellos que en Europa no están de acuerdo con el modelo de sociedad políticamente correcta, hay acciones como las que se llevan a cabo contra Hungría y Polonia, símbolos de resistencia moral, y el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución sancionadora declarando a toda la UE zona de libertad LGBTIQ en respuesta a las políticas de estos dos países, con 492 votos a favor, 141 en contra y 46 abstenciones.
Neolengua e ingeniería social, dos caras de la misma moneda
El escritor italiano Roberto Pecchioli, ha analizado el glosario del Parlamento Europeo en su artículo Neolengua e ingeniería social, dos caras de la misma moneda (9/03/2021) y afirma que el hecho de que la principal institución europea discuta y legisle sobre la ideología de la «corrección política» en sus varias ramificaciones, es una muestra más de la situación terminal de Europa, reducida a una rama de Occidente, que se odia y se niega a sí misma y está inmersa en un suicidio ético y cultural, y también biológico consecuencia del anterior.
La neolengua, newspeak, es la lengua que aparece en la novela distópica 1984 (sobre una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana) de George Orwell, en la que se transforma el léxico para expresar la ideología, denominada Ingsoc (acrónimo de socialismo inglés) del partido gobernante y que es utilizado con fines represivos, basándose en el principio de que lo que no forma parte de la lengua no debe ser pensado. El Ingsoc es el partido político que rige los destinos del Estado totalitario de la novela y su propia ideología.
Al final de la obra en el apéndice Los principios de la neolengua se explican sus elementos básicos. La neolengua, que sustituye a la vieja lengua, es uno de los pilares básicos del régimen totalitario del partido gobernante y de su ideología. Tiene como objetivo dominar el pensamiento de la población y reprimir otras formas de pensamiento contrarias a los principios del Ingsoc, y calificadas de «delitos del pensamiento”. Por ejemplo, la palabra mal se sustituye por “no bueno” y para evitar que se piense en la libertad, se cambia su significado, de modo que el propio concepto de libertad política o intelectual deje de existir en las mentes de los ciudadanos. El Ingsoc, con su poder, elimina toda prueba de la realidad utilizando el Ministerio de la Verdad, encargado de escribir, borrar y reescribir continuamente la historia según las cambiantes necesidades del Partido y del proceso de adoctrinamiento, por el cual se espera que el sujeto acepte como verdadero lo que es falso, o que acepte dos ideas contradictorias como correctas, a menudo en contra de sus propios recuerdos o sentido de la realidad.
Pues bien, la realidad de hoy en día de la Europa de la «corrección política» se aproxima cada vez más a la distopía de 1984.
Coincidiendo con lo anterior, Pecchioli dice en su artículo que neolengua e ingeniería social son dos caras de la misma moneda, pues quienes cambian palabras pretenden cambiar significados y percepciones: es el campo de la ideología y de la ingeniería social.
Así, explica Pecchioli, como recientemente un grupo de mujeres en Italia (políticas, intelectuales e incluso una alta ejecutiva del Banco de Italia), han exigido al Instituto de la Enciclopedia Italiana Treccani eliminar del diccionario términos o modismos juzgados ofensivos para las mujeres. Pero la tarea de un diccionario dice, “no es prohibir o borrar, sino dar cuenta de la realidad y la petición de esas mujeres muestra que su intención es ejercer un poder, hoy de prohibición, mañana de obligación”.
Afirma el autor, que, el vocabulario del Parlamento Europeo es una destilación de la ideología de la «corrección política» en la forma que el historiador Eugenio Capozzi en Politicamente corretto. Storia di un’ideologia, define como «relativismo diversitario«, la dictadura obsesiva de las minorías en nombre de la igualdad que supone la equivalencia de toda elección, identidad o visión, combinada con la prohibición del juicio. Todo juicio es opresión. Es la ideología oficial de la Unión Europea, con la aprobación y aquiescencia del mayoritario Partido Popular Europeo y del mundo liberal.
La tesis básica de Capozzi es que la retórica políticamente correcta – con su configuración de catecismo social y su tendencia estructural hacia la censura –, es la expresión de una ideología establecida en Occidente en el último medio siglo, paradójicamente mientras el cliché dominante sostenía la muerte de las ideologías. El autor señala que, bajo el disfraz del progresismo, se pretende una «marcha hacia la “perfección”, a través de una hoja de ruta política, según un programa concebido y gestionado por un líder o partido, asistido por una clase intelectual orgánica”.
Elemento esencial en la ideología de la «corrección política» es la doctrina del «victimismo y el adversario», la denuncia de la opresión y de las deficiencias de toda situación histórica desde los parámetros actuales. Y así es como Occidente resulta siempre culpable, todo el pasado es un error. Otro elemento esencial de la ideología es el «multiculturalismo», factor clave para deconstruir la cultura occidental, de ahí el apoyo a la inmigración musulmana en Europa, y que, a cuantos tratan de defender su identidad cristiana y europea – sean gobiernos, en particular Hungría y Polonia, partidos o asociaciones –, y ponen barreras a esta inmigración sean denigrados y tachados de xenófobos.
La decadencia de Occidente, la autodestrucción de su civilización
Los postulados del PENSAMIENTO ÚNICO de la «corrección política» – que incluye el “derecho al aborto” y la ideología de género –, pertenecen al ámbito político, aunque se aplican a todos los aspectos de la cultura y la sociedad. Se trata de una ideología neomarxista que, a diferencia de movimientos anteriores, no busca derrocar el sistema político sino transformarlo desde dentro por la manipulación, y es impulsada por grupos de activistas y poderosas organizaciones internacionales del denominado Nuevo Orden Mundial (NOM).
La incorporación del aborto como derecho de la mujer en las legislaciones y su amplia aceptación social está en el origen de la decadencia moral y cultural de Europa, donde cada año se eliminan legalmente en países de la UE y el Reino Unido en torno a 1.200.000 vidas humanas, de ellas 100.000 en España, que en el periodo 1985-2019 suma 2.486.748 (Ministerio de Sanidad), el equivalente a toda la población de Castilla y León. La manipulación del lenguaje y de la verdad se inicia precisamente con el aborto, que pasa a ser definido como “interrupción voluntaria del embarazo”, y quitar la vida al ser concebido pasa a ser un “derecho”.
La ideología de género trata de destruir la base antropológica en la que se asienta nuestra sociedad y se implementa de acuerdo con una agenda internacional impuesta por activistas e instituciones como la ONU o el Parlamento Europeo. La ideología de género, que implanta la indiferenciación sexual, es desestructurante de la identidad de la persona, y su meta es lograr una sociedad sin clases de sexos por medio de la deconstrucción del lenguaje, de la relación familiar, la reproducción, la sexualidad y la educación. Lleva a la crisis de identidad de las personas, como señalan pediatras y científicos, con una evidente repercusión en el ámbito social, político, educativo. Frente a una ideología de género, que pervierte la realidad y fomenta la desintegración de la persona, la naturaleza humana y la dimensión cultural se unen en un proceso amplio y complejo que constituye la formación de la propia identidad femenina y masculina. La denominada ‘perspectiva de género’ es normativa, imperante, y cada vez más intolerante. Se está cumpliendo la profecía de Tocqueville sobre la degeneración de la democracia: “el despotismo democrático dejará de lado el cuerpo de los ciudadanos para ocuparse y apoderarse de su conciencia, y degradará a los hombres sin atormentarlos”. Mediante las leyes y la manipulación del lenguaje se desarrolla en Occidente una fuerte ingeniería social para cambiar las ideas y las costumbres, y crear una sociedad que pone en crisis la vida misma y está llevando a la destrucción de nuestra civilización. |
En su libro En defensa de España (2018) el historiador e hispanista Stanley G. Payne, dedica el capítulo final a «Los españoles del siglo XXI ante su Historia», e incluye los apartados de «El Posmodernismo y el pensamiento único» y «La creación política y la creación de nuevos conceptos».
Payne analiza las consecuencias de las doctrinas políticas del posmodernismo y el nuevo progresismo del pensamiento único, también denominado ‘corrección política’, que desde la década de 1980 tienen una influencia cada vez más destacada en la política española, y señala que el posmodernismo pone el énfasis en la relativización, en el subjetivismo, en el lenguaje y en la deconstrucción. Esta doctrina, dice Payne, “rechaza especialmente la civilización occidental, que ha pasado a ser el enemigo número uno” y afirma, “la ideología del «buenismo» y la «corrección política», no tiene precedentes en la Historia. Ninguna civilización ha proyectado una doctrina tan poderosa dirigida a su autodestrucción, es el producto del posmarxismo cultural y de la secularización de la sociedad”.
Minorías creativas para la regeneración de Europa
Tomando conciencia del momento crucial de nuestra civilización Occidental, conviene recordar al influyente filósofo e historiador inglés Arnold J. Toynbee, que pensaba que el destino de una sociedad depende siempre de ‘minorías creativas’, “las civilizaciones se desarrollan superando retos, cuando las minorías creativas idean soluciones que reorientan a toda su sociedad, obrando como fermento de la misma”.
Ese es el camino para la regeneración de Europa – devastada por las ideologías marxistas y libertarias –, y para su reconstrucción sobre sus cimientos del cristianismo, recuperando los grandes principios y criterios de la moral social. Más allá de la política, la sociedad civil tiene un papel decisivo actuando ante los desafíos planteados.
Afrontar el suicidio de Occidente al que conducen las mayorías destructivas de nuestra civilización requiere repuestas de minorías constructivas desde todo ámbito, político, social, cultural y religioso.
FUENTE: FOROCULTURA21
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