Descubro a la Fundación «Inspiring girls» cuyo objetivo es proponer «role models» profesionales a niñas. La incansable promoción de Gloria Lomana, periodista, en favor de la próxima carrera solidaria #PorUnMundo5050, provocó mi curiosidad.
En castellano, ‘role model‘, sería algo así como «persona modelo y de referencia en el mundo laboral», no obstante, parece que decirlo en anglosajón queda más chic, pues así lo dejamos y ejercitamos la flexibilidad lingüística.
Esta Fundación nació en Inglaterra y se va expandiendo por varios países, entre ellos España. Su actividad consiste en visitar colegios y dar charlas motivacionales a las niñas en edad escolar –por parte de mujeres de cualquier profesión-, con el fin de potenciar la aspiración femenina del futuro hacia profesiones de toda índole.
Es una iniciativa interesante, la aplaudo, pero no con entusiasmo porque me ha surgido la pregunta, ¿y los niños? Parece que nadie apueste por motivarlos y darles a conocer buenos referentes profesionales.
Ahí está el quiz de la cuestión: No se trata de mostrar a nuestros infantes y adolescentes que lo primordial es ser un buen profesional, seas hombre o mujer, no, se trata de destacar: «Eres mujer, tú puedes, y a los chicos que les den».
Lo de el «posicionamiento» social, laboral, mediático y hasta en la sopa de las mujeres respecto de los hombres, lleva un rato largo y produce cierto hastío, por lo menos a mí, lo confieso.
No creo ser la única, recientemente Javier Marías en su columna de El País Semanal –«¿Evitar a las mujeres a toda costa?»-, alertaba sobre la punta del iceberg de lo que puede llegar a convertirse en un enorme problema social, so pena no lo atajemos a tiempo con sentido común.
Esto de presentar ‘Role models’ femeninos solamente a niñas y no a niños, pudiera entenderlo en países donde la situación realmente sea paupérrima en este sentido, donde ni siquiera las niñas tengan acceso a la educación básica, como Afganistán o Sierra Leona. Donde hay discriminación total. ¿Pero en España, en Inglaterra, en pleno Occidente? Me cuesta entenderlo y aceptarlo.
Condición humana, ¿femenina o masculina?
Hablando con un colega sobre este asunto, me decía, y perdón por la coloquialidad natural de la conversación. «Fulanita, que ha tragado carros y carretas con machistas, ahora está lanzada, ya ocupa un puesto de dirección y se están armando las mujeres de la empresa para dar por saco a los hombres. Cantidad de tías valiosísimas y cualificadas llevan años aguantando a jefes inútiles e inoperantes puestos a dedo». Tal cual. Mi colega es hombre.
Mostré mi parecer abiertamente, «la venganza no conduce a ningún lado y provocará que la lucha por la igualdad que buscamos se frustre». Resumen de mi alegato en pro de la cordura.
Me retrotraigo a un pasado no muy lejano, donde convivimos con una mujer referente a nivel mundial, Margaret Thatcher. Referente porque llegó a lo más alto posible en su época. Educada en la Universidad de Oxford y habiendo tenido entre sus profesores a un Premio Nobel -a la sazón mujer-, Thatcher nunca asumió el rol de feminista, como tantas mujeres que llegan a lo más alto en su profesión.
Quizás porque Margaret Thatcher asumió la cultura del esfuerzo y superación por ella misma, no para competir y lo vivió con total naturalidad desde su juventud.
La «Dama de hierro» fue quien dijo esta frase, que intuyo no gustará a algunas: «En cuanto se concede a la mujer la igualdad con el hombre, se vuelve superior a él«.
Contrapuntos
A cuenta del asunto de la igualdad no han sido pocas las controversias, por ejemplo, ataques a los centros educativos donde se apuesta por la educación diferenciada en ciertas etapas.
Si antiguamente se adoptó la separación de sexos en educación por una mentalidad machista, con el tiempo y estudio, muchos pedagogos y educadores defienden esta opción como método educativo, pues se atiene a los distintos ritmos de desarrollo de los niños y de las niñas.
Luego, ¿ofrecer magníficas charlas a niñas con personas interesantísimas no es discriminatorio para los niños? ¿Por qué motivar a una niña a que sea piloto de avión y abrirle la mente y a un niño no?
La pregunta es, ¿tenemos claro como país a qué aspiramos? ¿Somos conscientes de que para construir la igualdad real hay que educar, motivar, enseñar y mostrar lo mismo a todos, niños y niñas?
¿Qué nos enseñan ‘Role models’ de verdad?
De todo este asunto, me quedo con la reflexión necesaria para nuestra sociedad del Sr. Pedro Cavadas, –el astro de la cirugía y el último recurso para los casos médicos más que difíciles-.
Preguntado por el consejo para la vida que le gustaría dar a sus hijas, responde:
«Lo que quiero que recuerden de mí, es básicamente enseñarles el valor del esfuerzo, que las cosas no las regalan. Y que la cultura del pelotazo, usted puede ser todo lo idiota que quiera, pero si hace el payaso en el sitio oportuno y no se esfuerza nada le van a regalar muchas cosas, eso puede estar muy bien para sacarte la pasta, pero eso no es real… el valor del esfuerzo, las cosas cuestan un precio de esfuerzo… El valor del trabajo y del esfuerzo y sobre todo el valor del respeto a otras personas«.
Consejo vital y profesional: «Las cosas pueden no ir bien por dos motivos, una porque tú no haces tus deberes que significa que o no te has preparado bien las cosas.. o haces un caso que está por encima de tus posibilidades, o no has estudiado suficiente, o lo que sea. Yo eso son cosas que no pueden ocurrir si te dedicas seriamente a algo, tú no puedes tener una complicación por no hacer tus deberes, si algo no va bien tiene que ser por algo que no dependa de tí«.
Otros ‘role models’
Solo espero que a esas niñas afortunadas también se les presente otras formas de vivir libremente elegidas, y ponerles de frente la belleza de la maternidad y a la necesidad de la natalidad y que para ello necesitarán al compañero indispensable, al hombre.
Porque de poco les servirá llegar a ser formidables profesionales si su público objetivo, o sus posibles trabajadores seamos los longevos abuelos españoles del futuro.
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