Cada etapa histórica presenta sus desafíos a la hora de luchar en pos de conservar la dignidad del ser humano pero quién diría que hoy nos encontraríamos con un nivel de bestialidad tan atroz que encima se jacta de ser progreso. ¿De qué evolución nos hablan… la de la barbarie?
¿Qué puede ser más aberrante que hoy la trata de niños constituya el “negocio” que más crece en el mundo? Y esto sucede con la connivencia de los gobiernos y de poderes encubiertos. No se puede creer que existan activistas pro-pedofilia que hablen de la misma cual orientación sexual. Tim Ballard, un famoso ex agente federal que renunció a su trabajo en el gobierno estadounidense para dedicarse a rescatar a niños de redes de trata, explica que hoy reclutan a los niños a través de los celulares. Los teléfonos se han vuelto medios muy peligrosos, posibles ventanas a la pornografía, las adicciones, adoctrinamientos, grooming, deterioro cognitivo, entre otros; de ahí la importancia de que los padres estén pendientes, limiten su uso y les enseñen a usarlos para su bien.
Estamos acechados por las pretensiones de un gobierno global que quiere imponer modos de vivir que encadenan la dignidad humana. Muchas Naciones están siendo financiadas por organizaciones mundiales que inventan falsos derechos tendientes a generar rencor y división. Apelan a ello cual herramientas de control, concentrando a la población en realidades falaces y luchas internas tales como las dicotomías entre vacunados y no vacunados, víctimas y discriminadores… y la distraen de lo que realmente sucede, es decir, de lo que ellos están haciendo.
Muchos Estados actualmente pueden interferir en la vida de nuestros niños imponiendo un adoctrinamiento sexual perverso, teniendo más poder sobre ellos que sus propios padres. Se ha endiosado la autopercepción transformándola en un derecho capaz de oprimir la realidad objetiva indiscutible y a los que perciben esta última y se mueven en función de ella, en sus agresores. Expresar que la disforia de género no puede cambiar el sexo biológico es considerado un “discurso de odio”.
Asimismo, buscan que concibamos cual avance el hecho de que un robot humanoide, en el futuro, nos atienda en vez de un médico de carne y hueso o sea un acompañante con pretensiones de mayor calidez que el ser humano.
Llama la atención cómo muchos claman por respeto e igualdad para con cualquier movimiento woke pero ellos no se hallan interpelados a respetar a la Iglesia Católica. Llegamos al absurdo de que una mujer sea denunciada por rezar en el silencio de su corazón frente a una clínica abortista, denunciándola por cometer un delito y no así a los que matan al ser más indefenso que no tiene voz. Y es que sólo hay libertad de expresión para todo lo que está dentro de esa agenda global y la mayoría de los medios de comunicación se han vuelto un cuarto poder financiado por elites mundiales.
Nos topamos con un empoderamiento ecológico que hace del medio ambiente el centro y nosotros medios utilizables para sus fines. Se difunde enternecimiento hacia los animales pero llamativamente al bebé indefenso en el seno materno no se lo considera siquiera un “ser sintiente”. El animal es propiedad de todos y materia opinable pero el bebé no tiene derechos, con él nadie se mete porque hay que respetar el “derecho” de la madre. Y así, es políticamente correcto pronunciarse a favor de la vida de los orangutanes pero no de los bebés humanos. También pretenden que comamos insectos o carne sintética apelando a argumentos arbitrarios.
Los poderosos del mundo pretenden determinar nuestro modo de vivir… a menos que entre todos, poco a poco, sigamos peleando contra estas esclavitudes sádicas y perversas que se disfrazan de buenas causas, atacando la exquisita naturaleza del ser humano y a la familia, núcleo básico de la sociedad donde realmente se desarrolla.
Además cada Nación presenta sus propias luchas. En mi país, Argentina, vivimos una brutalidad: subalternos que reprimieron el terrorismo por orden de un gobierno democrático, tras cincuenta años de ocurridos los hechos, se encuentran presos mientras esos terroristas están libres e indemnizados y ocuparon importantes puestos en el gobierno anterior. Así es como el relato parcial de un gobierno asociado al terrorismo encadenaron la verdad, cometiendo una flagrante injusticia con olor a venganza e infiltrada en el propio poder judicial.
El sentido común se ha vuelto una reliquia cuestionada, hoy se habla mucho de libertad pero hay que estar atentos para no ser dirigidos hacia una “libertad” programada por intereses.
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