Quiero ser mujer y no desfallecer en el intento es una clara declaración de mis intenciones. El mes de marzo está marcado en el calendario por la palabra «mujer». Y corre el peligro de perder por el camino su auténtico sentido, si la manoseamos demasiado.
Ser mujer sin dejar por el camino la identidad
Después de escuchar los manifiestos que se han leído en el día de la mujer, me quedo con la sensación, que llega al hartazgo, de pedir disculpas por ser mujeres. Da la impresión de un esfuerzo continuo por desprendernos de una etiqueta. En definitiva, de despojarnos de la piel que habitamos, una piel de mujer.
Que como si de una serpiente se tratara, y cada año al llegar la primavera nos reunimos en una ceremonia en la que unas a otras nos ayudamos a dejar de ser mujeres.
Cuando algo es evidente no necesita ser reclamado, solamente ponerlo en valor. Las cosas se ponen en valor con las acciones, declaraciones de intenciones sin hechos, sirven para poco.
Mi vida dice que no quiero desistir
Recientemente he tenido -y aún permanezco en ella- una experiencia fuerte sobre mi identidad personal. De propio la califico de «personal» y no de género. Para este 2019 tenía previsto irme a vivir fuera de España, junto a otros muchos proyectos profesionales, pero la atención de mis padres lo ha impedido. Algunas personas me han dicho que he cometido un gran error, que posiblemente pague en un futuro próximo.
En clave de género, se podría decir que he caído en uno de los estereotipos de «la mujer como cuidadora y hacedora del hogar», por ejemplo. Pero, yo digo como Antonio Banderas «moriré haciendo lo que me dé la gana».
Sí, lo que me dé la gana de acuerdo con mi identidad, la mía, mis criterios y mis principios. Porque eso es lo que me llena y me hacer ser yo, y no otra persona. Yo he decidido dedicar este tiempo a mi familia, un tiempo que nada, ni nadie en el mundo me devolverá cuando pase. Los proyectos materiales o profesionales, pueden realizarse siempre en mayor o menor medida. Y aún en el caso de no poder realizarlos, nunca llenarán tanto como dar la vida por otras personas.
Lamentablemente, las reivindicaciones que año tras año polarizan el día de la mujer siempre me suenan a revancha, y detrás de cualquier revancha, no hay amor.
Por eso, quiero ser mujer y no desfallecer en el intento. No quiero desistir del bien que puedo hacer al mundo justamente por ser mujer. De lo que la sociedad se pierde si me lo guardo solo para mí. O mucho peor, si lo escondo fruto del egoísmo.
Se ha identificado identidad con estereotipo
Debemos mejorar la forma de comunicar nuestra identidad y hacernos escuchar en la sociedad.
Considero que existe una verdadera necesidad de reivindicar la identidad femenina para defender realmente a la mujer, frente al riesgo de identificar la identidad con los estereotipos. El estereotipo es la generalización, el uso de clichés predominantes en determinadas épocas o contextos. O en otros casos, fruto de la mentalidad imperante social, moral o cultural.
El grado de desarrollo cultural en el que se encuentra el siglo XXI demanda no identificar desde el punto de vista conceptual la identidad con los estereotipos. La identidad obedece a la realidad de nuestro ser, el estereotipo es resultado del contexto. Es la significación que otorga el la cultura y el sentir de un determinado momento a formas, comportamientos o significados estéticos.
Quiero ser mujer y no desistir en el intento. No quiero abandonar la lucha por hacer realidad lo mejor de mi yo. Y eso nada tiene que ver con clichés, si no más bien con los dones que naturalmente emergen de mí, y que benefician a los demás. Ningún billionario se avergüenza de sus posibilidades, nosotras tampoco debemos hacerlo por nuestras virtudes. Virtudes que hacen que el mundo sea más habitable, que hacen que yo sea mejor, y de camino haga mejores a los demás. El sacrificio por los demás es muy valioso, y a mí me hace mejor. Las mujeres somos ricas en sacrificio, eso es una gran virtud.
Os dejo con la inteligencia y la fortaleza de Meryl Streep, su ejemplo como mujer es un gran estímulo…
Referencias
Ciudad con Alma. Antonio Banderas: Moriré haciendo lo que me dé la gana. (2018). Recuperado desde https://www.ciudadconalma.com/antonio-banderas-morire-haciendo-lo-que-me-de-la-gana/
Imagen: Prince Akachi; Nadim Merrikh; Rodolfo Sanches Carvalho y Carlos-Vaz en Unsplash.
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