855 millones de personas pasan hambre en el mundo, de ellas 155 millones son niños menores de 5 años.
Este es el nombre de la campaña de Manos Unidas para este año 2018, y , aunque parezca mentira es ya la campaña número 59 en la lucha contra el hambre.
Esta lucha es la misión de Manos Unidas, porque el hambre no es una fatalidad o un destino irreparable. Así , seguirá trabajando para poner en común experiencias, iniciativas y propuestas que ayuden a vivir la solidaridad de verdad.
Compartir lo que importa es poner en común nuestra vida, nuestros bienes y nuestro compromiso por un mundo mejor en el que derechos humanos sean respetados y donde cada persona pueda disponer de loe medios necesarios para vivir con dignidad.
Clara Pardo, la presidenta de Manos Unidas, que curiosamente por indicación estatutaria, la organización debe ser presidida por una mujer siempre, ha denunciado el aumento de las personas hambrientas en el mundo, que desde 2015 se ha incrementado en casi 40 millones de personas, cantidad casi equivalente a la población española.
Estas cifras, reveladas por el último Informe sobre la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo publicado por la FAO, son «un auténtico mazazo para todos los que trabajamos cada día en la lucha contra el hambre». Además, «más de 26 millones de personas tienen que desplazarse en busca del sustento que la Madre Tierra, agotada y sin recursos, les niega», ha lamentado.
Las personas hambrientas en el mundo, que desde 2015 se ha incrementado en casi 40 millones.
Las «guerras olvidadas, eternas, que se mantienen vivas mientras la comunidad internacional se limita a condenar con la boca chica mirando hacia otro lado y sosteniendo cínicamente el inconmensurable negocio de tráfico de armas que mueve miles y miles de millones de euros» son la causa de este empeoramiento
Con este objetivo, en 2018, el trabajo de Manos Unidas, se centrará en tres cuestiones esenciales y urgentes que pueden ayudar a acabar con la pobreza y el hambre en el mundo:
- favorecer iniciativas que permitan el acceso a los alimentos para consumo humano, y no para el beneficio económico;
- impulsar sistemas de producción medioambientalmente sostenibles
- y plantear propuestas que eviten la pérdida y el desperdicio de alimentos.
Mientras estamos ajenos y disfrutando de excesos, ya que tenemos bastante más de lo que necesitamos, 815 millones de personas pasan hambre en el mundo, afectando la desnutrición crónica infantil a 155 millones de niños menores de 5 años.
Poner remedio a esta situación, o por lo menos intentarlo, depende de todos nosotros.
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