El sueño de una noche de verano era que los seres humanos recuperaron la inocencia de aquella niña que vivía en una aldea en un maravilloso país del África subsahariana.
Abro el ordenador y como si de una aparición se tratase, ya está aquí el maldito folio en blanco. Caigo en la cuenta de que mis pies descansan en unas chanclas, por ellas no pasan los años, un pantalón de pijama muy gastado y una camiseta de “Neumáticos Pérez” que me regalaron al cambiar las gomas de mi Renault 5. Ha llovido mucho desde entonces y ha hecho mucho terral.
Ya está aquí el verano, a pesar de haberlo estrenado hace unos días, yendo a la playa y teniéndome que volver por el peligro que suponía esa plaga de medusas, ya está aquí el verano. Alabado y odiado verano.
El preludio del verano es la mal llamada “Operación Bikini”, porque los hombres también hacemos “Operación Bañador de Oferta del Decathlon”, vamos al gimnasio, nos depilamos y nos hacemos selfies frente al espejo, algunos muy peinaditos y con la barba muy recortadita, como si fuésemos una mala copia de Alborán o de un jugador de cualquier selección participante en el Mundial de Rusia, orgullo de Putin. Cuanto look clonado, ¡válgame Dios! Y cuanto dineral en tatuajes.
Es un término a erradicar, “Operación Bikini”, en tiempos de igualdad, donde hombres y mujeres debemos aprender los unos de los otros y donde lo femenino o masculino no debe servir para dividir, sino ayudar a educar en valores a niños y niñas. Sin distinciones estúpidas de las que hacen gala los #tontoscontemporaneos que se empeñan en poner puertas al campo y de desnaturalizar la esencia de cada sexo. Porque los futuros médicos, estudiarán Medicina y las futuras abogadas, estudiarán Derecho. La Informática se seguirá llamando Informática y el Periodismo, Periodismo y los que lo ejerzan serán periodistas, o informáticos e informáticas. Y para hacer un Doctorado haya que defender una Tesis.
Las mujeres no son víctimas de nada, esa es mi modo de entender la vida, desde el respeto a la mujer
Lo femenino y plural en contraposición al feminismo trasnochado. Las mujeres no son víctimas de nada, esa es mi modo de entender la vida, desde el respeto a la mujer. Mujeres y hombres que se complementan y se respetan. Nadie es superior a nadie. Pero por favor, que la mujer no aprenda de los errores de los hombres, ni los hombres sigamos comportándonos como garrulos. ¿Se puede piropear? Por supuesto, pero con clase. Se mira pero no se toca. Ni se te ocurra forzar “situaciones”.
Es verano, se acercan los San Fermines y la autodenominada “Manada” ha salido a la calle, por decisión de un juez. Los jueces, esos que interpretan la Ley y la aplican, han soltado a unos “machotes” que supuestamente violaron a una chica, hecho que se ha tipificado como “agresión sexual” y que después de dos años en la cárcel, campan a sus anchas. Indignante hasta el punto de que una marea de mujeres salieron a la calle a expresar su rabia, su más que comprendida rabia. Yo también saldría con ellas. Tengo mujer, hija, hermana, madre, compañeras de trabajo y amigas, me sobran los motivos para hacerlo, una y mil veces. Creo que por desgracia no va a ser el último caso. El alcohol y las drogas no son buenos acompañantes para ir de fiesta. Y la palabra respeto, desaparece de un diccionario donde cada vez entran palabras nuevas. Ya lo decía el poeta: “no hieras a la mujer ni con el pétalo de una rosa, no la hieras ni con el pensamiento”.
Pero volviendo al verano, me viene una imagen de la que mucho se habló hace dos años. Un Pedro Sánchez que se limpia la mano tras saludar a un niño negro, de la que se hicieron distintas interpretaciones, pero si la contrastamos con la llegada del buque Aquarius al puerto de Valencia, no me cuadra. El Gobierno del “no es no” ha pasado, al “venga vale” y algunos, han caído en la cuenta de que el Aquarius además de una bebida isotónica, es un buque que andaba a la deriva con cientos de inmigrantes a bordo incluso con menores no acompañados. Muchos sueños rotos, mucha mafia y tengo que decirlo, mucha culpa la tenemos en Europa por venderles humo a precio de oro.
El Gobierno del “no es no” ha pasado, al “venga vale”
Y el Gobierno abre la mano y ofrece el puerto de Valencia. 600 periodistas acreditados y un despliegue de medios para atender a tanta criatura, Cruz Roja a la cabeza. Mientras en nuestras costas andaluzas han llegado este fin de semana más de mil inmigrantes en pateras. Antes de la publicación de estas humildes líneas, Málaga recibió la víspera de San Juan, seis pateras con más de 300 inmigrantes, sin postureo. Un drama sin solución. Porque la inmigración es un problema que ha llegado para quedarse. Y la solución está en los países de origen. Fomentar a la mujer, como base de la sociedad, educar y escolarizar a la infancia, entusiasmarla para que levanten sus países, generar riqueza que les quite de la cabeza el “sueño europeo” sería una posible solución. Como decía un político, estamos trabajando en ello.
Mientras ésto ocurre nos preparamos para celebrar la noche de San Juan, mojarnos los pies, y pedir un deseo. En redes sociales el deseo es “Ser Feliz”, fíjate tu. ¿Cuál es el deseo de esas miles de personas que vienen en pateras? El mismo, pero quizás de otra manera a la que estamos acostumbrados, demasiado bien acostumbrados.
Es verano, los niños vuelven a las guarderías llamadas campamentos de verano, mientras vamos apurando madrugones y atascos que nos lleven a las ansiadas vacaciones. Este año espero ver uno de mis sueños hecho realidad y poderlo contar aquí, prometo que lo cuento.
El sueño de una noche de verano era que los seres humanos recuperaron la inocencia de aquella niña que vivía en una aldea en un maravilloso país del África subsahariana.
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